SU HOGAR

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Jueves 8 de agosto

Nos despedimos. Pero me dijo que el viernes me daría una sorpresa. Que

disfrutara del jueves con Isabel.

Que tenía que ir a su casa, estaba en una localidad llamada Linlithgow y quería

que yo la conociera.

Isabel llevó todas sus cosas a su habitación.

Y así fue. Isa me dijo que la única manera de matar el tiempo era visitando

sitios, estuvimos en infinidad de lugares y llegó la hora de comer. Nos echamos

la siesta y llegaron las 6 de la tarde.

Me mandó cientos de whats diciéndome lo mucho que me echaba de menos.

Que el viernes a las 6 después de cenar nos recogería en la puerta del hotel. Que

tuviéramos preparadas las maletas con ropa para el fin de semana.

Esa noche salimos juntas, tomamos unas copas y nos empinamos un poco.

Llamé a mis hijos y a Chus y ella a Carlo.

Los echábamos de menos y nos dio por llorar.

Pero todo iba bien. Nos fuimos a nuestras habitaciones y después nos

acostamos, yo tardé en dormirme.

Soñé con Trevor.

Viernes, 9 de agosto

Me levanté tarde. Mandé un whats a Isa, no me respondió. Estaría dormida. Me

duché, me vestí y fui a buscarla.

Después de mucho martillear la puerta me abrió. Una cara de sueño que tiraba

para atrás. La obligué a ducharse.

Ya eran casi las 11 de la mañana, nos fuimos a desayunar fuera del hotel.

Paseamos por la Milla, nos compramos algunas cosas y comimos en un Burger.

Me llamó Trevor, me aseguró tranquilidad, que a las 6 en el Hall del hotel, que

nos recogería.

Ya eran las 6 y bajamos las dos. Allí estaba, hablando con Angus. Nos miramos

y con nuestros ojos nos dijimos todo.

Me dio un beso que casi me tira para atrás. Y otro a Isa en la mejilla. Nos cogió

las maletas y la metió en su coche.

Nos llevaba a su casa. A su hogar. Unos paisajes preciosos, verdes nos rodeaban

por doquier. Olía a fresco, a flores.

Y cuando estábamos a puntos de llegar lo ví.

En mis sueños aparecía un camino y al final una casa de piedra vestida de

verde, así era la de Trevor.

Algo sentí en mi cuando puse los pies en el suelo.

Me quedé petrificada. Trevor me cogió de la mano y me guió hacia la puerta.

Era una casa de tres alturas, me dijo que era de finales del siglo XVIII

recubierta de hojas verdes que la hacían especial. Unas ventanas con unas

vidrieras de colores y una puerta de doble hoja. Rodeada de una pequeña

muralla alrededor toda ajardinada y llena de rosales. Tenía una pequeña

Mi destino eres tu  #01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora