Capítulo Veinticinco: El final.

883 39 11
                                    

8:35 p.m

Sabía que esto era una completa locura. Sabía que no debía hacerlo pero desde el principio, me arriesgué con él. Desde el principio le dije que sí, sin pensar que podría pasar luego. Tuvimos una cita a pesar de que Rachel y Dylan me advirtieron que no debía. Pero lo hice de todos modos, salí con el chico senior y terminé haciendo lo que yo misma aseguraba no iba a pasar.

Terminé siendo su novia, y lo dejé meterse en mis bragas.

Cielos, recuerdo perfectamente esos días, es como si hubiesen pasado el fin de semana anterior. Recuerdo nuestra primera cita, la cual su primo Jacob arruinó. Recuerdo nuestro primer beso, el cual mi idiota y amado mejor amigo Dylan arruinó y recuerdo la primera vez que me dijo que me quería y pensé que todo se arruinaría.

Pero todo estuvo bien, continuamos saliendo y él me hacía sonrojar mucho. Recuerdo que me llamaba "Bonita" y ponía mi mundo de cabeza. Recuerdo que me decía cosas pequeñas pero que me hacían sentir especial. Recuerdo sus pequeños detalles, y que me parta un rayo ahora mismo si eso no hacía que lo quisiera más y más. Recuerdo que Rachel casi se volvió loca cuando le dije que me gustaba y ese mismo día Dylan estaba celoso porque Scott y yo nos estábamos besando en el pasillo.

Recuerdo que me enamoré de él perdidamente.

Sonreí.

Recuerdo que quería matar a aquella camarera que nos atendió cuando fuimos a North Beach. Scott se dio cuenta que quería aventarle el tenedor y se burló de mi por un rato por mis evidentes celos. Recuerdo los siguientes días, cuando salimos los cuatro, Peter, Rachel Scott y yo a jugar a los bolos. Ese mismo día casi le pego a Mandy, allí fue cuando oficialmente entré a su lista negra.

También recuerdo cuando conocí a sus padres y tuvimos una pequeña sesión de besos en su cuatro. ¡Jesús! Fueron tantas cosas increíbles, tantos momentos maravillosos que solo están vivos en mi memoria y que, aunque no vivirás para siempre, lo hemos dejado escrito en la historia.

Mi historia con él fue perfecta.

Si, si lo fue. Porque para que una historia de amor sea perfecta, tiene que tener un poco de todo. Peleas, mentiras, llanto, sonrisas, alegrías, cursilerías, personas que los quieran ver separados. Lo tuvimos todo. Pero lo arruiné al dejarme llevar por lo que aun sentía por Dylan.

¿Qué sería de nosotros si yo hubiese detenido a Dylan a tiempo? ¿Si él y yo no hubiésemos terminado? ¿Estaríamos juntos ahora? –Fruncí el ceño.- No me imagino una vida sin Andrew. Definitivamente no.

Tomé un trago de mi cerveza y vagamente miré hacia mi izquierda. Por la ventana de cristal pude notar que había un sujeto del otro lado sonriendo.

Era él.

Le sonreí de vuelta y esperé que entrara al bar para por fin tener nuestra conversación. Porque la de anoche en el hospital fue un desastre.

Scott tardó unos segundos para entrar y dirigirse hacia donde yo me encontraba sentada. Estaba un poco abrumada por todos los recuerdos que llegaron a mí, así que tuve que respirar profundo un par de veces para poder estabilizarme.

–Gracias por aceptar mi invitación.- dijo mientras se tomaba asiento en la barra junto a mí.

–Como dos viejos amigos que se encontraron tenemos derecho a tomar una copa y contarnos como nos ha ido.- cité lo que dijo esta mañana y él sonrió.

Pidió una cerveza y luego dirigió su mirada hacia mí.–Te veías muy pensativa ¿Estás bien?

Asentí.–Solo recordaba nuestra historia.

Don't You Remember?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora