Capítulo Ocho: Rumores.

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 •Flash Back•

—No es cosa de la que esté orgulloso.- contestó él.

—Entonces, ustedes si eran novios.

Traté de que mi mandíbula no cayera al suelo. ¿Scott y la perra mayor novios? Oh Dios mío, mátame por favor.

—Me parecía linda y era un blanco fácil. No tuve que esforzarme mucho para, hmm, ya sabes.- continuó.—Sólo fueron pocas semanas porque no pude soportar sus berrinches y caprichos estúpidos.

—No la trajiste aquí ¿Verdad?

—No, ella vino. Estaba molesta porque no quise ir a una cena con sus papás, y desgraciadamente conoció a los míos pero no la presenté como mi novia.- sonrió ante el recuerdo.—Eso hizo que se cabreara más. Luego solo dejé de llamarla.

Él se encogió de hombros y me miró a la cara. Supuse que mi rostro estaba en blanco, no mostraba ninguna emoción, porque no sabía que sentir ¿Rabia? ¿Tristeza? ¿Felicidad?

—Mis padres la detestaron; literalmente y luego de eso nunca volví a traer una chica a casa.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Porque si lo hacía posiblemente no estarías aquí. Sé cómo son ustedes las chicas, no pisan un territorio luego de que el enemigo lo hizo.

Cierto.—Aun así debiste decirme. Su odio hacia mí es en parte por eso.

—¿Qué más le hiciste?.- preguntó.

—Iba a golpearla en el baño, el día que fuimos a jugar bolos.

—Oh genial, mi chica es boxeadora.

Sonrió ampliamente antes de volver a ponerse encima.

—¿Estamos bien? ¿Eso no te afecta?

—Creo que puedo sobrevivir.- Mentí y sus labios se estrecharon contra los míos.

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Esa tarde -aparte de besarme con Scott en su cuarto hasta que las cosas se estaban poniendo calientes- me la pasé hablando con sus padres y comiendo tarta con ellos.

Scott me trajo a casa temprano, pero no le invité a pasar. Estuve repasando una y otra y otra vez nuestra conversación, la que tuvimos en su cuarto antes de que su padre subiera por nosotros para jugar póker. Resulta que Scott es muy bueno en ello.

Creo que puedo sobrevivir

Esa pequeña mentirilla blanca, en realidad dudo que pueda hacerlo, es decir, eran Scott y Mandy. Ellos hacían justo lo que yo hago con él. ¡Dios mío! Ellos tenían.. Tenían sexo.

Imágenes de ellos dos haciéndolo invadieron mi mente y casi vomito en mi propia boca. Asco, es algo que tengo que superar, ya pasó, Scott se hartó, la dejó y ahora me quiere a mi. Pero ¿Por qué me quiere? Apesto en deporte, música, manualidades, en todo prácticamente. Soy pelirroja y las pecas en la cara se me ven horribles, mi cabello es todo un enredo, no tengo curvas y ella, ella es perfecta.

Rubia, alta, esbelta, cuerpo de atleta, cabello lizo, sonrisa radiante y el ego del tamaño de Mercurio. Pero aun así él se hartó. Supongo que con tanta perfección el cerebro se le encogió. No tiene que afectarme, porque, después de todo, a Scott no le interesa Mandy.

***

Entré a la cafetería algo desesperada porque moría de hambre. Este día había sido algo raro, ya que todos me miraban y murmuraban entre sí. Muchas de las chicas de último año se me acercaban solo para llamarme "puta" pero supuse que fue por culpa de Mandy y su pequeña humillación en el partido del sábado.

Don't You Remember?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora