Capítulo dos: Nuevas Frustraciones

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Nota mental: ignorar a Rachel todos los domingos de mi vida.

Mi cabeza dolía como el infierno, espero que las 4 aspirinas que me tuve que tragar me hicieran efecto rápido porque no sé si pueda mantenerme así todo el día. ¡Joder! ¿Por qué bebí tanto anoche? Soy una mierda, embriagarme solo con cerveza. Rodé los ojos y me di un golpe mentalmente. Arrastré mis pies de mala gana hacía la entrada de la escuela. No quería estar aquí, digo, nadie quiere.

Todo estaba normal. Justo como todos los lunes. Pasillos llenos de gente perezosa que camina como zombi. A excepción de los jugadores de fútbol. Estaban histéricos, al parecer habían ganado el partido el sábado y como siempre lo están presumiendo. Eché un vistazo al rededor y lo vi.

El chico sexy con el que hablaba anoche en el bar estaba apoyado en la pared. Alzó la mirada, me vio y no supe que hacer. Digo, después de lo de anoche ¿Somos amigos o algo? Solo me invitó una cerveza y escuchó mi estúpida historia sobre como Dylan y yo tuvimos 5 minutos de felicidad.

¿Que se supone debo hacer ahora? ¿Saludarle? Definitivamente no, ni siquiera me sé su nombre y sería demasiado vergonzoso solo ir y decirle "Hola". Él me sonrió con esa sonrisa torcida y coqueta. Hice lo mismo y bajé la mirada. Solo espero que no venga hacia mí.

Mis pies me dejaron frente a mi taquilla e hice un gran esfuerzo para abrirla y cambiar de libros. Hoy será un día bastante pesado.

— ¿Qué demonios le paso a tu cabello? Hoy está peor que nunca.

—Linda forma de dar los buenos días. -Murmuré.

Ese era Dylan. Mi amado y preciado novio. Novio que no recuerda nada de lo que tuvimos hace un año. Pero que aun así cuenta como la mejor relación que he tenido en la vida. El como siempre, llevaba la mochila a un lado, su cabello acomodado hacia arriba y esa sonrisa de zorro de la que me enamoré al momento en que lo vi.

— ¡Joder Emma! ¿Qué rayos estabas haciendo? Parecen que te acaban de follar en el piso.- Su tono era divertido.

— ¿Eso te pondría celoso?

Esa pregunta -Junto a otras más- se las he hecho cada vez que sacamos el tema de los chicos. Creo que mi subconsciente está enviándole indirectas a ver si recuerda algo de lo que pasó entre nosotros. Digo subconsciente porque no soy lo suficientemente estúpida para hacerlo yo misma sin tener ayuda de algo que está parte atrás de mi cabeza.

—Depende de quién haya sido el chico.

Esa no era la respuesta que esperaba.

—Como sea, ¿Qué tal tu fin de semana?- Él estaba sonriendo, más de lo normal.

—Definitivamente no mejor que el tuyo. ¿Qué pasó? Estás -inusualmente- feliz.

— ¿Es muy obvio?

Asentí.

— ¿Qué pasó?- Volví a preguntar.

—Es esta chica, Alison, ya sabes. Creo que es la indicada.

Sus ojos brillaban como nunca antes y me arrepentí al instante. No debí de haber preguntado, estúpida Emma, eres estúpida.

Alison es la chica con la que Dylan ha estado saliendo las últimas semanas y me sorprende demasiado lo que acaba de decir. ¿Está enamorado? Oh mi dulce Dios espero que no. Quiero decir, aún no se conocen. No llevan dos meses saliendo. ¡No puede estar enamorado! ¡No de otra!

Jesús ¿Acaso me estoy escuchando?

— ¿Por qué lo dices?- Volví a arrepentirme.

—Ella me hace sentir... Diferente. Es genial, es como si estuviéramos destinados a estar juntos.

Don't You Remember?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora