Capítulo Dieciocho: ¿Todo va a estar bien?

828 28 6
                                    

¿Estaba soñando? O ¿Esto estaba pasando de verdad? ¿Estaba debajo de Scott? ¿Enserio habíamos tenido sexo en la parte trasera de su coche?

Él se había quedado dormido sobre mí, estaba escuchando su respiración tranquila, él parecía tranquilo. Los latidos de su corazón eran una suave melodía para mí.

No lo podía creer lo que había pasado.

Él me había dicho que me amaba y yo me había entregado a él. Así sin más, solo pasó y todo aún está fresco en mi memoria. No fue la cosa más romántica el mundo, no hubo preliminares, él solo me folló, duro. Aun me siento adolorida, sigo abrumada, pero me sentía feliz a pesar de todo, porque se supone que ahora las cosas estaban bien ¿Verdad? Scott y yo volveríamos a estar juntos. Al fin las cosas volverán a hacer como antes.

Digo, excepto por la muerte de su padre, no podía sacar de mi cabeza su trágica perdida. Es por eso que creo que no deberíamos estar aquí, pero no quería despertarlo. Quería que descansara y se desconectara del mundo por un segundo. No es justo que le esté pasando esto a él, simplemente no es justo.

Scott se removió sobre mi pecho, él estaba despertando. Me quedé quieta. Miraba desconcertado el lugar donde se encontraba entonces chocó con mi mirada y entendió. Lucia desagotado, triste. Sus ojos estaban hinchados, estaba completamente distinto, excepto por ese pequeño brillo en los ojos.

—Emma.- Había dicho en un susurro.

—Hola.- dije mientras le daba una pequeña sonrisa.

—Por un momento pensé que esto había sido parte de un sueño.

—Para nada.- contesté. —Fue totalmente real.

Él se movilizó de mi cuerpo dejándome totalmente libre. Me acomodé en el asiento y recogí mis bragas.

—Tengo que llevarte a casa.- Él estaba mirando afuera, ya era de noche.

—¿No vamos a hablar entonces?

—Tengo que ir con mamá. No puedo dejarla sola tanto tiempo.

—Pero ¿Todo va a estar bien? ¿Verdad?

Salió del auto y volvió a subir en la parte delantera sin ni siquiera decirme otra cosa. Mi corazón comenzó a latir fuertemente, estaba empezando a asustarme. Lo vi subirse la bragueta de sus pantalones y mirarme a través del retrovisor.   

—Ven aquí.- me dijo.

—Scott, me dijiste que me amabas.- su voz se estaba quebrando.

Él alejó su vista.

—Y lo hago, pero tengo que llevarte a casa. Tu padre dijo que no podía pasar de las 8. Así que ven aquí.

No fui capaz de articular una palabra más. Bajé de la parte trasera del coche y me senté donde hacía estado desde el principio. No me molesté en volver a ponerme las bragas, mi tobillo aun dolía y parte de mi cuerpo también.

Una vez que estuve de copiloto el encendió el coche y lo puso en marcha. Me abracé a mí misma y evité hacer contacto visual con él. Después de lo que pasó ¿Así es como me va a dejar? ¿Ni siquiera va a darme una explicación?

Me siento Mandy. Él solo la usó para unos cuantos polvos. Y a mí, para el polvo de su vida, cuando su padre muere y necesita a alguien para llorarle encima y buscar un momento de alivio.

—No pienses mal.- dijo él. —Solo necesito un momento para reponerme.

—Nunca vas a reponerte de la muerte de tu padre.- Contesté.

Don't You Remember?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora