Lección 1. ¿Qué carrera escoger?

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«No me vengas a decir, solo soy bueno respirando»

Este es un tema sobre el que se escriben y dicen tantas chorradas, que es deber mío advertirte una que otra premonición, antes de que cometas un grave error, promovido por el idealismo e ingenuidad. ¿Cuántas veces no te han dicho «escoge la carrera que te guste»? O su variante «lo que te parezca bien», por el simple hecho de ser atractivo para ti. Amigo, déjame decirte aquello que te va a resultar incómodo, pero que —aun así— es mi deber de mencionar para romper esas burbujas y hacerte pisar la tierra firme.

El mundo es cruel, no todo se trata de ideales y sueños, muchos quisieran ser corredores de fórmula 1, o jugar en la Champions League, pero ¿cuáles son las posibilidades para que eso se vuelva realidad? Visualiza por ejemplo que Juan es pésimo cantando, tanto que podría pasar por una parodia cuando realmente está esforzándose. Crees que una persona sin el mínimo talento para ese arte, podrá algún día volverse una estrella, cuando en realidad —si acaso— podría conseguir un par de vistas en YouTube y con un título por el orden de: intenta ver esto sin reírte challenge.

Lo que quiero decir es que no es imposible alcanzar sueños bastante ambiciosos, pero tampoco debes, mientras apuntas a lo más alto, dejar de ver el suelo que pisas. Si eres un genio y tienes un talento incuestionable, seguro podrás tener éxito en aquello que tanto anhelas, pero si eres pésimo en matemáticas y de pronto decides estudiar alguna profesión inherente a ese campo, como la ingeniería, déjame fuertemente aconsejarte que te des una buena cachetada y reacciones.

En este mundo las personas no nacemos iguales, todos tienen habilidades innatas además de talentos ocultos, que, tras descubrirlos, deben explotar al máximo. Te cuento una historia; en la secundaria tenía un amigo que siempre pasaba dormido en clases de matemáticas, no prestaba atención y se tomaba con frescura una materia que muchos encontramos como cosa ardua y trabajosa. Adivina, ¿le iba mal? Pues no, simplemente era un genio para esta asignatura en particular y casi como si se tratase del estudiante más serio, conseguía estupendos resultados. Los ejercicios eran juegos para él y solo podemos concluir: «Así es la vida».

Lo que debes comprender es que todos somos ese amigo, tenemos puntos fuertes y débiles, lo trascendental es averiguar qué se te hace tremendamente fácil y tú lo sabes, estás más que calificado para desarrollarte en ello, ya sea que eres muy bueno para aprender idiomas, hablar en público, escuchar a los demás sin aburrirte, resolver problemas de física, o algún deporte. Todos tenemos esos puntos fuertes y debemos aprovecharlos, ¿de qué le serviría a mi amigo ser tan bueno en matemáticas y luego estudiar una carrera donde se necesite una buena ortografía y redacción? Considerando que él no fuese tan capaz en cuestiones lingüísticas.

Espero que para este punto comiences a entender, no solo se trata de escoger una profesión «que te guste», debes hacerte muchísimas preguntas y entre ellas, una muy importante es saber si tienes afinidad, talento, capacidad o como tú le quieras llamar, a esa chispa que te va a hacer sobresalir porque «naturalmente, serás mejor».

Hazlo, analiza tus pasatiempos, tus notas (en diversas materias) y pregunta a tus conocidos; estoy seguro que encontrarás algo en lo que realmente eres bueno, no me vengas a decir: «Solo soy bueno respirando», porque yo sé que dentro de ti hay talento. Una vez superada esta interrogante, hay que ser astutos y cuestionarse, ¿qué carrera tiene posibilidades económicas positivas para mí?

Las Posibilidades Económicas Positivas es algo difícil de responder porque hay mucho por averiguar, puede que tengas talento, pero ahora debes saber cómo usufructuarlo, dime, ¿de qué sirve estudiar, además de sufrir angustias durante varios años, para que luego no sea posible encontrar empleo? No odies al mundo por haber elegido la carrera de astronauta viviendo en un país tercermundista donde lo más cerca que estarás de los viajes espaciales, son los programas de la NASA, vistos por televisión. Ya debería ser bastante previsible que no existirán opciones laborales.

Realmente la gente tiende a simplificar todo diciendo que «selecciones lo que te guste», lo que deberían decir es que necesitas evaluar una serie de puntos, así como una checklist. Es necesario que exista suficiente demanda laboral para que no te encuentres desempleado y viviendo a costa de tus padres, también dicha demanda puede existir pero debes preguntarte si el salario que vas a percibir, es capaz de hacerte vivir decentemente, y créeme, ya sé que a ti lo que te interesa es «ser feliz» y te insulta este tema del dinero, pero cuando tengas varias bocas esperando por comida en la mesa, entonces no resultará tan maquiavélico el tópico del mundano billete.

Admítelo, a todo ser humano le gusta una buena comida, un buen carro, ropa elegante o algún perfume que huela a éxito, todos tenemos ciertos antojos y necesidades materiales para las cuales requerimos determinada cantidad de dinero para poder respirar tranquilidad, esto no tiene nada de malo, no debes sentirte culpable por darle una prudente importancia en la balanza, al salario. Al final del día, es tu decisión, pero más vale que tu trabajo te haga infeliz y te sientas desdichado sobre un Ferrari último modelo, que siendo un pasajero en un bus atestado donde no puedes ni siquiera conseguir asiento, y para colmo ya te han robado el celular por tercera vez este año.

Resumen

Escoge una carrera que te guste, pero ten en cuenta las PEP y otros aspectos:

v Tu talento natural para dicha profesión.

v La demanda laboral (¿conseguirás empleo fácil?).

v Las condiciones de trabajo y el salario (¿te vas a morir de hambre?).

v Circunstancias más particulares: ¿se acomoda a tu estilo de vida?, los pro y contras de tu caso, facilidades para estudiar dicha carrera, entre otros.

*PEP: posibilidades económicas positivas. 

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