Domingo 15 de abril de 2018
Insiste en acompañarme, yo finjo que no es la gran cosa, pero la verdad es que no estoy caminando, siento que levito sobre el piso brillante y pulido. Ha hecho esto todas las noches desde que llegué y no puedo quejarme. Justo ahora es diferente, el momento frente a la fuente sigue repitiéndose en mi mente como un bucle.
Lo enfrento antes de entrar, se ve agotado, el cansancio se ve reflejado en sus ojos, ya un poco despeinado porque pasé mis dedos por su cabello varias veces mientras nos besábamos.
Mientras. Nos. Besábamos.
Quiero soltar una risita por los nervios. ¿Qué cosas pensaba cuando entraba a su oficina todos los días? ¿Era tan difícil para él como lo fue para mí? Ahora siento que todo ha sucedido muy rápido y nada puede ser tan bueno, ¿verdad?
Mi pesimismo se ve ensombrecido por el deseo de sentir sus besos otra vez, de que sus brazos me rodeen. No puedo pensar en otra cosa más que en que está frente a mí y en lo que sucedió hace rato, a mí sentada en sus muslos, sus dedos deslizándose en la costura de mi pantalón.
Se siente como si entrara en la adolescencia de nuevo, con las hormonas sin control, el corazón agitado y cientos de mariposas en mi vientre, torturándome.
—Mañana iré a trabajar medio día —dice—. Tengo que arreglar unos asuntos.
—¿Quieres que te acompañe? —cuestiono dándole una mirada desde debajo de mis pestañas a un lado de la entrada de la alcoba.
—No es necesario, puedo arreglármelas, aunque no pueda hacer nada sin mi eficiente y hermosa asistente, según sus propias palabras.
Aguanto la sonrisa mordiendo mi labio inferior.
No sé cómo responder, hace tanto tiempo que no hago esto, la última vez que coqueteé con alguien era demasiado joven, y no es como si hubiera coqueteado con muchos. Me siento torpe.
Tal parece que puede leer mis pensamientos, pues se hace cargo del asunto, hace un movimiento rápido que me sorprende y me hace tomar una gran bocanada de aire. En un segundo me acorrala, no me molesta, al contrario, como si ya lo hubiéramos hecho muchas veces reacciono apoyando mis palmas en su pecho.
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Perdido en ti © (ET #1) *ACTUALIZANDO*
Любовные романыNubia trabaja para los Lamont desde que su abuela tuvo que dejar el puesto en la empresa. Definitivamente preparar cafés e informes no era su sueño, pero es lo mejor que tiene y adora a su jefa Leah, así que no puede quejarse. Ahora lo único que bus...