Nubia trabaja para los Lamont desde que su abuela tuvo que dejar el puesto en la empresa. Definitivamente preparar cafés e informes no era su sueño, pero es lo mejor que tiene y adora a su jefa Leah, así que no puede quejarse. Ahora lo único que bus...
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Martes 17 de abril de 2018
Entrecierro los ojos, Minerva y Micaela están en sus escritorios, afuera de la oficina de Henrik, murmurando mientras me lanzan miradas que comienzan a alterarme, a afectarme de verdad.
Esto me recuerda tanto a la preparatoria, cuando una chica estaba molesta conmigo porque su novio dijo que yo era linda. Durante semanas me persiguió junto a sus amigas, una vez me acorralaron en el baño para burlarse y jalarme el cabello. Yo sentí mucho miedo, creí que me golpearían, sin duda lo habrían hecho si hubieran tenido la oportunidad
Me pongo de pie, tengo que detener esto, no es sano para nadie trabajar de esta manera, la presión que me hacen sentir me afecta. Me planto frente a ellas, quienes esbozan una sonrisa que me parece desagradable, burlona.
—¿Pueden decirme qué es lo que les pasa? El otro día en la cafetería estaban haciendo lo mismo, si ustedes me explican yo con gusto puedo enmendar mis errores, quizá hice algo que les ofendiera. Creo que venimos aquí a trabajar, no les pido que seamos amigas, solo que intentemos ser compañeras.
Minerva hace una mueca y gira los ojos.
—Por favor. —Resopla—. ¿No puedes sacarte el palo del culo ni un momento? ¿Siempre eres tan aburrida? No escuché la mitad de lo que dijiste.
Rechino los dientes.
—Me parece que estás siendo agresiva, yo siempre las he tratado con respeto.
Micaela se queda ahí, mirándonos, creo que noto un poco de preocupación en sus ojos, pero no podría asegurarlo porque no la conozco.
—¿Sabes qué nos molesta, Nubia? Que eres una mosquita muerta, que vienes aquí creyendo que eres superior a nosotros.
—No sé de qué estás hablando, Minerva.
—De que nos tratas como si fueras mejor y eres igual a nosotros, chupándole la polla al jefe para trepar, ¿verdad? Por eso eras tan envidiosa con su agenda, lo querías para ti solita.
