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ZAYN

Estaba sudado, sucio y muy enojado.

Odiaba hacer deportes, era algo tan simple como eso. Él nunca había comprendido la necesidad de los mismos, bueno, si él sabía porque pero él no tenía necesidad de ellos. Mi salud estaba en perfecto estado y era tan flaco como podía serlo sin estar enfermo. Él no necesitaba hacer más deportes que el de subir y bajar las escaleras de la biblioteca, la razón de patear una pelota a una red estaba más allá de mi comprensión.

Lo había probado y lo odiaba.

Bien, lo admitía, yo no era quien portaba el gen deportivo, en todo caso mi hermana pequeña, Safaa, se había llevado todo el maldito aporte genético. Ella era una de las porristas de segundo año, etiquetada automáticamente en el grupo de los populares. Esa era una de las razones por las que ella la evitaba estando allí, ella no quería que la trataran de modo diferente o me prestaran más atención a mi. Ella había estado enojada al principio ante mi insistencia en ocultar el parentesco entre nosotros pero luego de un tiempo, simplemente se acostumbró a ello. Nadie en la secundaria sabía que compartíamos Adn. Y seguiría de ese modo si dependiera de mi.

-Vamos -Liam colocó su mano en mi nuca, guiándome con facilidad hacia las puertas de los vestuarios gracias a mi cansancio. Él pareció aprovechar el momento, ya que su brazo se deslizó con facilidad sobre mis hombros-. Ambos estamos listos para salir de aquí antes de que te desmayes y tenga que cargarte hasta la enfermería.

-No vas a cargarme a ningún lugar, prefiero arrastrarme.

Él sonrió-. Y dime, mi pequeño saltamontes, ¿odias al mundo en general o esto es algo especialmente dirigido hacia mi?

-Por lo general, el mundo apesta pero tu te estas ganando un repudio personal.

-Eso es bueno -afirmó luego de pensarlo por un momento-. Del odio al amor hay solo un paso.

-Del odio al asesinato solo un centimetro. -replique.

Y eso solo lo hizo reír, era enervante. Tenía la hipótesis de que su corta inteligencia lo hacía inmune a mis ataques, lo cual no lo hacía menos insoportable pero tener una razón que excusaba las cosas que sucedían siempre me hacía sentir mejor.

Dando un paso lejos, quite su brazo de mis hombros con brusquedad y me incliné en busca de aire, aún no había recuperado totalmente mi aliento-. ¿Todos los entrenamientos serán de esta manera?

Me miró con diversión-. Nah, seguramente solo los primeros, luego tu cuerpo se acostumbrara al esfuerzo físico y ya no te sentirás como si te estuvieses muriendo o algo así.

-¿Estás seguro?

-Bastante -asintió-. He visto a varios chicos pasar por lo mismo, es solo cuestión de que comiences a tener una mejor forma física.

-Me agrada mi físico -me defendí patéticamente.

Rió-. No dije que estuviese mal pero en el caso de que estalle un apocalipsis zombie, tu solo arrójate al suelo y no intentes correr, te atraparán en un segundo.

-Los zombies son biológicamente improbables, ya que un ser humano ha perdido sus facultades para... -me corté de golpe cuando escuché el sonido de voces en grupo que se acercaba a donde estábamos. Girandome sobre mis talones, observé con temor hacia las puertas que daban a los vestuarios-. ¿Qué es eso?

-El equipo -dijo con obviedad- ¿Por qué crees que te cite tan temprano? El lugar les pertenece a ellos hasta que comience la primera clase.

Me volví hacia él- ¿Qué quieres decir? ¿Ellos vienen? ¿Por qué? ¿Por qué no me dijiste antes? ¿Qué hacemos aquí aun? ¡Vámonos!

Socialmente Torpe |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora