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ZAYN

Bostezando, extendí mis brazos sobre mi cabeza, escuchando mis huesos tronar y sacudiéndome los restos de sueño. Mi acompañante no invitado se movió a mi lado, apretando más la almohada entre sus brazos mientras me empujaba unos centímetros más fuera de la cama con su trasero. Fruncí el ceño, enviándole mi peor mirada pero teniendo en cuenta que estaba inconsciente, no tuvo mucho resultado. Suprimiendo la urgencia de golpearlo para que despertara de un susto, tome mis lentes de la mesa de noche y me arrastré fuera de la cama.

Era sábado, el único día de la semana en que me levantaba temprano sin quejas. Había estado siguiendo la misma rutina desde los diez años por lo que ni siquiera abrí los ojos cuando salí de la habitación y me dirigí al baño para encargarme de mis asuntos. Una vez que eso estuvo hecho, bajé a la primera planta y entré a la cocina, encendiendo la cafetera y llenando un vaso de agua para ponerlo en el refrigerador -sabía que lo necesitaría luego.

Liam iba a obtener el grandioso despertar que se merecía, pero antes necesitaba hacer algo.

Con un vaso de zumo en la mano me dirigí por el pasillo y abrí la última puerta, asegurándome de cerrarla antes de rodear el escritorio de pesado caoba y sentarme en la cómoda silla acolchonada detrás del mismo. Revisando rápidamente, tome una hoja olvidada sobre un mueble cercano y la doble un par de veces antes de colocarla sobre el escritorio, apoyando el vaso encima antes de acomodarme mejor en la silla. Subiendo mis piernas, las coloque contra mi pecho y dejé que mis ojos vagaran alrededor.

La oficina era pequeña, con el escritorio frente al ventanal que ocupaba toda la pared detrás de mí, una biblioteca, una chimenea y un par de vitrinas que complementaban el ambiente sobrio. Las paredes eran de un color claro pero no gran sabia cual exactamente, las cerámicas del suelo oscuras hacían juego con los pocos objetos decorativos. Solo dos fotos adornaban las paredes y en ninguna aparecía yo. Nunca me había gustado la oficina de papá pero era la única en la que podía tener privacidad para usar la computadora a mi antojo.

Encendiendo el aparato, espere a que la pantalla se abriera antes de acomodar la cámara en mi dirección y oprimir el botón para que comenzara a grabar. Usaba las horas de la mañana, en las que sabía que todos estaban aún dormidos para que nadie pudiese escucharme.

Mi imagen me devolvió la mirada desde la pantalla e hice una mueca detrás de mis lentes de pasta-. Hola -mi voz sonó débil y el chico frente a mi se mordisqueó el labio-. Sé que seguramente no veas esto, tu nunca lo haces. No tienes tiempo para mi y lo entiendo, lo he comprendido desde hace mucho tiempo. -susurré la última parte, mirando mis uñas para intentar evitar las lágrimas - Te extraño, K, quiero que vuelvas. Me siento muy solo, mamá y papá no me entienden y me siento tan perdido. Han estado sucediendo cosas y solo... si tu respondieras mis llamadas seria... solo quiero hablar contigo, hermano, te necesito.

Intenté detenerlo pero el sollozo escapó de mis labios antes de que pudiese hacer algo. Hundiendo mi rostro detrás de mis piernas intenté tomar un respiro profundo para calmarme pero eso solo hizo que el llanto se intensificara. Quitándome los lentes empañados, refregué mis ojos y suspiré. No podía llorar, no debía hacerlo.

-Conocí a alguien -observé la condensación del vaso de zumo, algunas lagrimas aun bajaban por mis mejillas pero intenté ignorarlas, al igual que el sonido ahogado en mi voz-. A decir verdad, lo conozco desde hace algún tiempo pero nunca habíamos hablado antes. Se llama Liam -fruncí el ceño, tomando un respiro-. Él me confunde.

Miré la pantalla brevemente, el chico de oscuro cabello desordenado me devolvió una mirada triste por lo que volví a mirar el vaso.

-Él es fastidioso. Lo he tratado un poco... he sido yo mismo con él varias veces pero sigue allí, no quiere alejarse y eso me asusta muchisimo –me pasé los siguientes minutos hablando sobre Liam y lo molesto que era. Cuando me di cuenta de ello, me detuve de golpe y sentí mis mejillas sonrojarse-. Probablemente debería editar eso pero como no vas a ver esto, no le veo el sentido. Solo quería desahogarme con alguien y tu siempre has estado allí pero... -suspiré, sacudiendo la cabeza-. Solo espero que estés bien, hermano.

Socialmente Torpe |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora