Capítulo 5.

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Me senté en un banco rápidamente y me acomodé dispuesta a dormir.

—Hola.

No me hacía falta ni abrir los ojos para saber que Valen se sentó al lado mio.

—Hola —casi susurre. No quiero ni moverme, siento que cada vez pierdo más el calor y las energías.

—Estuviste en el tren ¿no? —más que una pregunta es una afirmación pero igualmente asentí y me disculpe —. No pasa nada, yo le dije a Dani que te mande ahí.

¿Eso tiene que convencerme?

—Vamos a domir —susurre apoyando mi cabeza en su hombro.

Sentí como el se tensó. ¿Tendrá algún problema?

Volví a disculpame pero no saqué mi cabeza de ese lugar, tengo mucho sueño y estoy muy cansada como para hacerlo.

—Hace mucho frío wacho, se me congela el culo —se quejó Valentín.

Yo solamente asentí con la cabeza sin emitir ningún sonido.

Después de unos minutos el también se acomodó y dormimos lo más pegados posible para no pasar frío.

[.]

No sé cuánto tiempo había pasado pero el ruido de la lluvia cada vez es más molesto.

Solté un quejido e intenté acurrucarme más a lo que sea que estoy abrazando.

Sentí como algo se movió y me acordé que al lado mío esta Valentín.

Fui abriendo los ojos de a poco con una paja impresionante.

Solté un bostezo y lo miré.

Parece un nene, todavía no se despertó y tiene la boca entre abierta, suelta pequeños suspiros pesados y a veces llegaba a fruncir los labios. Hasta cuando duerme relajado tiene la mandíbula maracada. El piercing que tiene en la ceja definitivamente le da el toque de turro que le falta, que sea blanquito y de ojos celestes le quita eso que le falta. Tiene el pelo desordenado y desprende un aroma a una mezcla de jabón y porro bastante agradable.

Me hace sentir cómoda que este tan tranquilito, con su cabeza apoyada en mi hombro, como si nos conociéramos de toda la vida.

Un trueno hizo que de a poco se vaya despertando, apenas abrió los ojos con lo primero que se encontró fue con mi mirada detallando cada parte de su cara y no la pienso apartar.

Me miró con esos ojitos celestes de dormido, un poco desorientado y re en una.

Esta en un cumple.

—¿Hola? —me saludó confundido otra vez haciendo que me ría.

—Hola —contesté animadamente con una sonrisa.

—Esta lloviendo. —Hizo un puchero.

—Ajá. —Asenti —. La baja. —me mordí el labio mirando la lluvia que cada vez se vuelve más fuerte —. ¿Qué mierda hacemos ahora? —Suspire frustrada.

—Dormir acá —soltó como si fuera obvio.

Volví a asentir en silencio. No es una mala idea, había estado calentita así que ya fue.

—Ya vuelvo. —Me levanté a duras penas para buscar algún baño.

La mayoría de las estaciones tenían baño, espero que esta no sea la excepción.

Por fin encontré uno y me metí a mear al toque, no aguantaba más.

De paso aproveché y me cepille los dientes, ya que estamos.

Antes de salir me acomode la capucha en la cabeza y salí a comprar algo para comer.

Ni idea que hora es, pero esta todo oscuro y no para de llover. El viento es más frío y húmedo.

Encontré un puestito de patis y compré dos, también agua.

Volví a donde estaba Valen y le ofrecí lo que compré, él me sonrió agradecido y comimos en paz.

—Ese lo hice yo. —Señaló orgulloso un graffiti que esta en la pared de en frente, cruzando las vías.

Lo miré atenta y noté que tiene la firma de "Wos".

—¿Wos? —pregunté.

—Mi aka —informó. Solté un "ahh" moviendo la cabeza.

—Piola. —Le di otra mordida al paty ——. Cuando vayas a competir invitame.

No me pude guardar eso, por lo poco que había escuchado hoy en el tren es buenísimo y no me lo imagino teniendo a un rival y más variables para rapear.

—Si, obvio. —Sonrió contento —. ¿Vos no competis? —Me miró interesado.

—Competía, pero me aburrí de que siempre me tiren los mismo acotes solamente por ser mujer, lo único que saben hacer es humillarme diciéndome que vaya a lavar la ropa y cosas así, lo peor es que con esas rimas pobres me ganaban. —Recordé frunciendo el ceño, siempre intentaba no tomármelo personal y nunca lo hice, pero me cansé.

—Ahora va a ser diferente, si te cruzas conmigo te prometo que no te voy a decir ninguna de esas pelotucedes — habló seguro intentando animarme a competir otra vez.

Lo miré dudando pero cuando hice contacto visual con sus ojos algo me dijo que lo intenté otra vez, dándome ese empujón que necesitaba.

Capaz si es buena idea.

—Puede ser... —Jugué con mis dedos sin darle muchas esperanzas.

—Daale. —Pasó un brazo por mis hombros y me siguió animando frotando suavemente mi brazo.

—Bueno —acepté, de todas formas iba a aceptar, nomas lo quería ver rogandome un toque.

—Bien ahí, wacha. —Me dio un pequeño empujón alegre.

Compañeros de Calle; Wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora