Capítulo 9.

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Cuando llegamos, los pibes actuaron normal, ni le preguntaron qué le pasó, fue como si se hubieran visto todo este tiempo.

Yo solamente miraba seria todo lo que hacían y los escuchaba atenta.

Él me dijo que es la primera vez que se preocupaban por él... ¿y sus amigos?.

Suspiré y me levanté.

Voy a comprar cualquier frazada, este frío no es soportable, cada año es peor.

A penas di un paso todos los pibes se quedaron callados y me siguieron con la mirada hasta que me perdí en una esquina.

Otra vez a gastar guita, pero esto es para mí, hace mucho no me doy el lujo de comprarme algo.

Le compré a una mantera la frazada más calentita que tenía, si, la del tigre.

Cuando volví con los pibes no pude evitar sentarme al lado de Valentín y taparlo también.

Mauro y Nacho me miraron sorprendidos y Dani rodó los ojos.

—Les dije —murmuró el último.

Valentín lo miró enojado y negó con la cabeza.

No cazo una.

Valentín me empujo y tiró la frazada arriba mío.

—No hace falta que hagas esto —soltó seco.

Frunci el ceño sin saber que responder.

Me encogí de hombros y fui a sentarme al lado de Nacho para hacer lo mismo que anteriormente había hecho con Valentín.

Él me abrazó más que contento y estuvimos charlando de muchas boludeces, Mauro acotaba algunas cosas y Valen y Dani no decían nada.

Se notaba que había mucha tensión entre estos dos últimos.

Después de un rato terminamos durmiendo Nacho, Mauro y yo abrazados y tapados.

Así hasta no sé que hora.

[.]

Me desperté sola.

Sola...

O eso pensaba hasta que escuché una respiración pesada.

Miré el rinconcito y ahí estaba Valen acurrucado intentado mantener el calor.

¿Voy?

Me mordi el labio con un debate en mi interior.

La última vez me saco cagando...

—¿Vas a venir o no? —escuché su voz tranquila.

Lo miré confundida, ¿como...?.

Abrió un ojo y me sonrió.

¿Sintió mi mirada? ¿Telepatía? ¿Lee mentes?.

Me levanté sin decir nada y me acerqué a él, me senté cerca y nos rodee con la frazada.

Tengo miedo de moverme, no lo quiero incomodar.

Él soltó un suspiro cansado y me abrazó acomodándome en su pecho.

Esto es... raro.

No quiero ser bruta, todavía tiene la herida esa en su abdomen y me da miedo lastimarlo.

—¿Te sentís bien? —susurre levantando mi cabeza de su pecho.

Él asintió con los ojos cerrados.

—¿Seguro? —volví a preguntar.

Abrió los ojos y buscó los míos.

—Si, seguro, dormí. —Volvió a empujar mi cabeza hasta su pecho.

—Bueno... —susurre.

Una corriente eléctrica pasó por todo mi cuerpo cuando él llevó su mano a mi pelo, se siente tan bien, tan reconfortante, me hace sentir segura y cómoda, hace mucho no me pasaba... me siento como si estuviera en casa.

Cerré los ojos disfrutando este momento, ojalá esta sensación durara para siempre.

Pero se que no lo va a hacer, en unos minutos o horas voy a volver al mundo real, a ese mundo donde tenes que buscarte la vida como sea, ese mundo en donde vivo con miedo, ese mundo peligroso y frío, donde las personas no se paran a pensar como te sentís y solo se preocupan por su propio bien, donde la justicia no existe, o capaz si existe pero la gente no la ejerce y la usa corruptamente.

¿Cuantas veces vimos gente asesinada injustamente?

¿Cuantas veces vimos a los políticos, a los policías y a los jueces lavarse las manos?

¿Cuantas veces nos metieron a todos en la misma bolsa?

Yo vivo en la calle y la gente no sabe ni la mitad de cosas que pasan acá o que pasan allá, los medios de comunicación ocultan la realidad.

Así estamos país.

Cada vez nos vamos más a la mierda.

Intenté despejar mi mente y volver a dormir plácidamente.

Aunque no lo pude hacer, tengo miedo de dormirme y volver a despertarme sola.

Tengo miedo de que a Valentín cambie de opinión otra vez y me mandé a la mierda como lo hizo antes.

Moví mi cabeza hacia arriba con cuidado para verlo mejor.

¿Esta más flaco?.

Seguramente si, anda a saber dónde y cómo estuvo estos días.

Iría a comprar comida pero no tengo ganas de moverme y no tengo un sope.

Bueno, si tengo, pero ni en pedo vuelvo al lugar donde trabajo para ir a buscar más plata.

Por ahora espero que aguante, si todavía no se murió con todo lo que le pasó confío en que va a estar tranqui.

Quedé congelada cuando se movió y me apretó más entre sus brazos, me agarraba como si no quisiera que me vaya.

Yo tampoco me quiero ir.

Compañeros de Calle; Wos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora