Cuando llegamos, los pibes actuaron normal, ni le preguntaron qué le pasó, fue como si se hubieran visto todo este tiempo.
Yo solamente miraba seria todo lo que hacían y los escuchaba atenta.
Él me dijo que es la primera vez que se preocupaban por él... ¿y sus amigos?.
Suspiré y me levanté.
Voy a comprar cualquier frazada, este frío no es soportable, cada año es peor.
A penas di un paso todos los pibes se quedaron callados y me siguieron con la mirada hasta que me perdí en una esquina.
Otra vez a gastar guita, pero esto es para mí, hace mucho no me doy el lujo de comprarme algo.
Le compré a una mantera la frazada más calentita que tenía, si, la del tigre.
Cuando volví con los pibes no pude evitar sentarme al lado de Valentín y taparlo también.
Mauro y Nacho me miraron sorprendidos y Dani rodó los ojos.
—Les dije —murmuró el último.
Valentín lo miró enojado y negó con la cabeza.
No cazo una.
Valentín me empujo y tiró la frazada arriba mío.
—No hace falta que hagas esto —soltó seco.
Frunci el ceño sin saber que responder.
Me encogí de hombros y fui a sentarme al lado de Nacho para hacer lo mismo que anteriormente había hecho con Valentín.
Él me abrazó más que contento y estuvimos charlando de muchas boludeces, Mauro acotaba algunas cosas y Valen y Dani no decían nada.
Se notaba que había mucha tensión entre estos dos últimos.
Después de un rato terminamos durmiendo Nacho, Mauro y yo abrazados y tapados.
Así hasta no sé que hora.
[.]
Me desperté sola.
Sola...
O eso pensaba hasta que escuché una respiración pesada.
Miré el rinconcito y ahí estaba Valen acurrucado intentado mantener el calor.
¿Voy?
Me mordi el labio con un debate en mi interior.
La última vez me saco cagando...
—¿Vas a venir o no? —escuché su voz tranquila.
Lo miré confundida, ¿como...?.
Abrió un ojo y me sonrió.
¿Sintió mi mirada? ¿Telepatía? ¿Lee mentes?.
Me levanté sin decir nada y me acerqué a él, me senté cerca y nos rodee con la frazada.
Tengo miedo de moverme, no lo quiero incomodar.
Él soltó un suspiro cansado y me abrazó acomodándome en su pecho.
Esto es... raro.
No quiero ser bruta, todavía tiene la herida esa en su abdomen y me da miedo lastimarlo.
—¿Te sentís bien? —susurre levantando mi cabeza de su pecho.
Él asintió con los ojos cerrados.
—¿Seguro? —volví a preguntar.
Abrió los ojos y buscó los míos.
—Si, seguro, dormí. —Volvió a empujar mi cabeza hasta su pecho.
—Bueno... —susurre.
Una corriente eléctrica pasó por todo mi cuerpo cuando él llevó su mano a mi pelo, se siente tan bien, tan reconfortante, me hace sentir segura y cómoda, hace mucho no me pasaba... me siento como si estuviera en casa.
Cerré los ojos disfrutando este momento, ojalá esta sensación durara para siempre.
Pero se que no lo va a hacer, en unos minutos o horas voy a volver al mundo real, a ese mundo donde tenes que buscarte la vida como sea, ese mundo en donde vivo con miedo, ese mundo peligroso y frío, donde las personas no se paran a pensar como te sentís y solo se preocupan por su propio bien, donde la justicia no existe, o capaz si existe pero la gente no la ejerce y la usa corruptamente.
¿Cuantas veces vimos gente asesinada injustamente?
¿Cuantas veces vimos a los políticos, a los policías y a los jueces lavarse las manos?
¿Cuantas veces nos metieron a todos en la misma bolsa?
Yo vivo en la calle y la gente no sabe ni la mitad de cosas que pasan acá o que pasan allá, los medios de comunicación ocultan la realidad.
Así estamos país.
Cada vez nos vamos más a la mierda.
Intenté despejar mi mente y volver a dormir plácidamente.
Aunque no lo pude hacer, tengo miedo de dormirme y volver a despertarme sola.
Tengo miedo de que a Valentín cambie de opinión otra vez y me mandé a la mierda como lo hizo antes.
Moví mi cabeza hacia arriba con cuidado para verlo mejor.
¿Esta más flaco?.
Seguramente si, anda a saber dónde y cómo estuvo estos días.
Iría a comprar comida pero no tengo ganas de moverme y no tengo un sope.
Bueno, si tengo, pero ni en pedo vuelvo al lugar donde trabajo para ir a buscar más plata.
Por ahora espero que aguante, si todavía no se murió con todo lo que le pasó confío en que va a estar tranqui.
Quedé congelada cuando se movió y me apretó más entre sus brazos, me agarraba como si no quisiera que me vaya.
Yo tampoco me quiero ir.
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Compañeros de Calle; Wos.
Fiksi PenggemarVivir en la calle no es fácil, a la primera te metes en un problema. Y más cuando conoces a un wachin, con sus mambos, que te hace sentir como en casa... aunque estén en las últimas. Ese pibe que parece un drogadicto pero tiene la calidez de un hog...