Se vistió a toda prisa sintiéndose agitado y nervioso. Su mente ya no estaba pensando en Changbin y en lo pesado y molesto que era, ni siquiera estaba pensando en la promesa de Felix.
Su mente solo podía repetir un nombre.
Hyunjin. Hyunjin. Hyunjin. Hyunjin.
Iba a tener a Hyunjin cerca.
Iba a escuchar su voz de cerca.
Iba a verle sonreír de cerca.
Iba a escuchar su risa.
Las manos de Jeongin temblaban y sintió sus piernas flaquear cuando abrió la puerta de casa y bajó las escaleras corriendo. Si junto a Changbin estaba Hyunjin, no sabía cómo reaccionaría.
Pero Changbin estaba solo.
Jeongin se metió las manos en los bolsillos para poder fingir que no estaba alterado, pero Changbin se dio cuenta de todas formas.
—¿Estás bien? ¿Te he metido demasiada prisa?
—No, está todo bien. ¿Nos vamos? —preguntó.
Tenía esperanzas de que Changbin le dijera que debían esperar a alguien más, pero el chico solo asintió y echó a caminar.
Entonces una melodía empezó a sonar de repente y Jeongin se dio cuenta de que eran las cinco y de que no solo no iba a ver a Hyunjin, sino que además iba a perderse su ensayo.
—Oh, mierda. Llegamos tarde. Espero que estés listo para correr.
—Creo que no es buena idea, es mejor si no voy.
—No digas tonterías, eh... Espera, ¿cómo te llamas?
—Olvídalo. Tengo cosas que hacer.
—Oye, "eh, tú", es un poco tarde para echarte atrás, así que empieza a caminar o de verdad te arrastraré.
Jeongin elevó las cejas.
—¿"Eh, tú"?
—Me dijiste que te llamara así el otro día, y como no me has dicho tu nombre...
—Jeongin, me llamo Jeongin.
Changbin asintió y luego cogió el brazo de Jeongin y tiró de él hasta que el menor accedió y caminó por sí mismo.
Llegaron a un bar donde cuatro chicos estaban ya sentados en una mesa gritando y riéndose.
Changbin se plantó frente a ellos y sujetó a Jeongin del hombro.
—¡Changbin, ya era hora!
—Lo siento, lo siento.
Poco a poco fueron reparando en la presencia del menor y todos se quedaron callados.
—Este es Jeongin —dijo Changbin, agitando su cuerpo con suavidad.
—Espera, yo le conozco —comentó uno de ellos.
Tanto Changbin como Jeongin miraron al chico que acababa de hablar. Sus mejillas eran gigantes porque las tenía llenas de comida, pero Jeongin lo reconoció al instante. Lo había visto en la habitación de Changbin más de una vez, pero además se lo cruzaba volviendo a casa todos los días.
—Ah, hola —dijo Jeongin.
—Hola —respondió con una gran sonrisa—. Me llamo Jisung. Soy el mejor amigo de Changbin.
Changbin le dio un empujoncito para que se sentara junto al chico y él ocupó el asiento de su lado, en la esquina. Jeongin agradeció que lo juntara directamente con alguien con quien podría sentirse cómodo en vez de dejarlo alejado. No importaba que Changbin estuviera ahí, porque los conocía a todos y se metía en la conversación de todas formas, pero si hubiera sido Jeongin el que estuviera en su lugar... probablemente se habría pasado las dos horas que estuvo allí callado y sintiéndose mal consigo mismo.
En cambio, Jisung y él congeniaron enseguida y eso ayudó a que también hablara con algunos de los otros chicos. Estaba pasándoselo tan bien, que cuando Changbin le dijo que era hora de marcharse, Jeongin no quiso.
—Si tenéis que iros, no pasa nada —le dijo Jisung—. No es como si no fuéramos a vernos más. De todas formas... dame tu número y te meto en nuestro grupo.
Por fin Changbin consiguió sacar a Jeongin del bar y decidió burlarse de él:
—Y eso que no querías venir.
—No estoy acostumbrado a la gente nueva, pero tus amigos son muy simpáticos.
Changbin sonrió.
—Ahora eres uno más del grupo. No añaden a cualquiera. A mí me costó un año.
—¿En serio?
El mayor asintió y le revolvió el pelo. En otro momento, Jeongin se habría enfadado y le habría empujado, pero ahora le entró la risa. No podía creerse que estuviera a gusto con Changbin, cuando se había pasado la vida quejándose de lo molesto que era.
—Oye —dijo—, ¿has visto lo buen amigo que soy? Te he traído a casa y todo.
Jeongin entrecerró los ojos. Changbin estaba a cinco pasos de la puerta de su edificio.
—Solo estaba bromeando. Si no vivieras al lado de mi casa te habría acompañado igualmente, para que lo sepas.
Tras decir eso, abrió la puerta y se marchó.
—Adiós a ti también, antipático.
Solo unos minutos más tarde, cuando ya había llegado a su habitación y había ignorado a Changbin saludándole con la mano, le llegó una notificación.
Le habían metido en el grupo.
Fue agregándolos a todos hasta que llegó a un contacto que hizo que su corazón se saltara un latido.
«Hyun.e»
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Pianist [HyunIn]
FanfictionEl mejor momento del día para Jeongin era a las cinco de la tarde. Porque era la hora a la que Hyunjin tocaba el piano.