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No supo nada de ninguno hasta el día del concurso, cuando ya pensaba que tendría que marcharse solo.

Innie, te espero bajo. ¿Estás listo? —dijo Changbin cuando el menor descolgó el teléfono.

—Eh... Es que tengo un problema.

¿Un problema? ¿A estas horas? ¿Qué ocurre?

Jeongin estaba plantado delante del armario, con unos vaqueros puestos y sin camiseta mientras sujetaba el teléfono y movía el pie con nerviosismo.

—No sé qué ponerme. Nunca he ido a un evento así.

—Yang Jeongin, por favor.

—¿Cómo vas tú, hyung?

—Ponte cualquier cosa.

—¡No puedo ir vestido de cualquier modo! Llevo unos vaqueros negros, pero, por ejemplo, no puedo ponerme mi sudadera verde, ni la rosa, ni la morada. Definitivamente no debería ponerme una sudadera. Entonces, si no llevo sudadera, ¿qué llevo? No puedo ir en manga corta porque hace mucho frío fuera, y tampoco debería llevar un jersey de colores.

—¿Eso es todo lo que tienes?

—Sí.

La frustración de Changbin era perceptible incluso a través de la línea.

Abre cuando llame al timbre. Voy a dejarte algo.

—Pero...

Tenemos prisa.

Colgó. Jeongin se tumbó en la cama. No sabía qué le dejaría, pero la ropa de Changbin le estaba grande, no había más que verla. Probablemente le vendría demasiado ancha porque... bueno... Changbin estaba bastante más fuerte. Lo único bueno es que no sería demasiado larga para él.

Se asustó pese a que estaba esperando el sonido del timbre.

—¿Aún vas así? —exclamó, mirándolo de arriba a abajo cuando subió las escaleras y llegó al rellano.

Jeongin reparó entonces en que todavía estaba sin camiseta y se dio la vuelta con rapidez. Unos segundos después escuchó la puerta cerrarse y notó la mano cálida de Changbin en la espalda presionándole hasta que logró que se moviera.

—Venga, niño. Hyunjin nos va a matar.

Fueron hasta la habitación de Jeongin y Changbin le dio la chaqueta a rayas de vestir que le había llevado. El menor la extendió para verla bien.

—Wow, qué emoción. Nunca he llevado algo tan formal.

Dejó de observarla y la usó para taparse y girarse hacia el mayor.

—Luego tendrás tiempo de ilusionarte. ¿Tienes una camiseta negra básica?

—Ah, sí.

Rebuscó en su armario hasta dar con una y, tras ponérsela, se colocó la chaqueta. Se miró en el espejo y luego miró a Changbin boquiabierto.

—Me veo extraño.

—Estás guapo —comentó.

Jeongin sonrió, sintiéndose cómodo con un cumplido por primera vez en mucho tiempo.

—Vale, venga, tenemos que irnos.

Por suerte, como había dicho Jeongin, hacía frío en el exterior. Eso les evitó llegar sudando por correr para llegar a tiempo.

—¿Para qué me haces darme tanta prisa? ¡Todavía quedan quince minutos para que empiece, podríamos haber venido andando!

—Quería llegar pronto y era mi única opción. ¿Quieres ir a ver a Hyunjin?

—Eh... No. Mejor después...

No se había preparado mentalmente para encararlo. Ni siquiera sabía qué decirle. ¿Suerte?

—Tienes razón. Se estará relajando ahora. Vamos a sentarnos.

Hyunjin les había dado unos asientos junto a los de sus padres, así que fue la primera vez que Jeongin los vio, pero tampoco habló mucho. El que llevaba la iniciativa era Changbin, pues al parecer se conocían desde hacía años. No dejaba de bromear y charlar mientras Jeongin se limitaba a sonreír de vez en cuando y a lanzar miradas esporádicas hacia el escenario. Quería que Hyunjin apareciera ya.

Aunque primero tocaron muchos otros chicos y chicas y lo hicieron genial, cuando lo hizo Hyunjin, Jeongin no fue capaz de apartar los ojos. Estaba vestido con un traje parecido al de la última vez, pero ahora tenía el pelo recogido en una coleta. Caminó hasta el centro del escenario y se inclinó para saludar al público.

Todos aplaudieron hasta que se sentó en el taburete frente al piano.

Jeongin era el único que no había sido capaz de moverse. No podía perderse ni uno solo de los movimientos del contrario. Sus manos empezaron a moverse por el piano como si no le estuviera costando esfuerzo alguno. Era increíble.

—Lo está haciendo mejor que otras veces —le dijo Changbin.

—Parece muy concentrado.

—Y tranquilo. No suele notarse, pero a veces me doy cuenta de que está nervioso. En cambio hoy...

De repente se escuchó una nota fuera de lugar y Changbin giró el rostro sorprendido.

—Acaba de fallar.

Los ojos de Jeongin se agrandaron.

—¿Qué significa eso?

—Podrían descalificarlo si vuelve a pasar algo así.

Justo cuando Changbin terminaba de hablar, Jeongin vio cómo Hyunjin alzaba el rostro del piano y miraba en su dirección. No necesitaba girar la cabeza, porque se encontraban cerca de la esquina.

Volvió a fallar en otra nota. Hyunjin frunció el ceño y trató de centrarse de nuevo en la melodía. 

Sin embargo, segundos después falló de nuevo.

—¿Qué le está pasando?

—No sé qué, pero algo le ha desconcentrado.

Pianist [HyunIn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora