Capitulo 18

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Ella podía hacer esto.
   Podía.
   Solo necesitaba tocar.
   Estaba afuera de la puerta del estudio de su tío, con los dedos enroscados en un puño, como si estuviera lista para abrir la puerta.
   Pero no lo suficiente.
   ¿Cuánto tiempo llevaba de pie allí? ¿Cinco minutos? ¿Diez? De cualquier modo, era lo suficiente para marcarla como una cobarde.
   ¿Cómo había pasado esto? En la escuela había sido conocida por ser capaz y pragmática. Era la muchacha que lograba que las cosas se hicieran. No era tímida o temerosa.
   Pero cuando tenía que ver con su tío Snow…
   Suspiró. Él era tan severo, tan taciturno. Era tan diferente a como había sido su risueño padre.
   
   Inhaló y cuadró sus hombros. Esta vez diría lo que tenía que decir. Se haría escuchar.
   Levantó la mano. Golpeó.
- Entre.
- Tío Snow -dijo ella, al entrar en su estudio. Se sentía oscuro, incluso con la luz del sol que entraba a través de la ventana.
- Katniss -dijo él, mirándola brevemente antes de regresar a sus papeles-. ¿Qué pasa?
- Necesito hablar contigo.
   Él hizo una anotación, frunció el ceño ante su trabajo.
- Habla.
   Katniss se aclaró la garganta. Esto podría ser mucho más fácil si él simplemente levantara la mirada hacia ella. Odiaba hablarle a la cima de su cabeza.
- Tío Snow -dijo ella de nuevo.
   Él gruñó una respuesta pero siguió escribiendo.
- Tío Snow.
   Vio como sus movimientos se ralentizaban, y entonces, finalmente, la miró.
- ¿Qué sucede? -preguntó claramente molesto.
- Tenemos que hablar sobre Lord
Cato.
- ¿Hay algún problema?
- No. -Se escuchó decir a sí misma, aunque eso no era cierto. Pero era lo que siempre decía cuando alguien le preguntaba si había un problema.
   Había sido entrenada para decir eso.
   ¿Hay algún problema?
   No, claro que no. No, no se preocupe por mis deseos. Por favor, no se preocupe por mí.

- ¿Katniss? -la voz de su tío era afilada.
- Hay un problema. Y necesito hablar contigo sobre él. -dijo ella más fuerte, como si el volumen le diera valor.
   Su tío le ofreció una mirada aburrida.
- Tío Snow -empezó ella, sintiéndose como si estuviera andando de puntillas a través de un campo de erizos-. Sabes… -se mordió el labio.- Es decir, eres consciente…
- Dilo rápido -chasqueó él.
- Lord Cato -dijo Katniss rápidamente, desesperada por salir de eso-. A él no le gustan las mujeres.
   Por un momento el Tío Snow no hizo nada más que mirarla. Y entonces él…
   Sonrió.
   Sonrió.
- ¿Tío Snow? -el corazón de Katniss empezó a latir demasiado rápido-. ¿Lo sabías?
- Claro que lo sabía. ¿Por qué piensas que su padre está tan deseoso de tenerte? Sabe que tú no dirás nada.
  « ¿Por qué no diría nada?»
- Deberías agradecérmelo. La mitad de los hombres son brutos. Estoy dándote el único que no te molestará.
- Pero…
- ¿Tienes alguna idea de a cuantas mujeres les encantaría estar en tu lugar?
- Ese no es el punto, Tío Snow.
   Sus ojos se volvieron a helar.
- ¿Qué dices?
   Katniss permaneció perfectamente quieta, comprendiendo de repente que debía hacerlo. Este era el momento. Nunca lo había desobedecido antes.
   Tragó saliva. Y entonces lo dijo:
 - No deseo casarme con Lord Cato.
   Silencio. Pero en sus ojos… sus ojos eran tormentosos.
   Los labios de su tío se fruncieron y retorcieron, incluso cuando el resto de su cara parecía hecha de piedra.
 - ¿Puedo saber por qué?
 - Yo… yo quiero hijos -dijo Katniss, utilizando la primera excusa que pudo encontrar.
 - Oh, los tendrás -dijo él.
   Luego sonrió, y su sangre se volvió a helar.
 - ¿Que? -susurró ella.
 - Puede que a él no le gusten las mujeres, pero podrá hacer el trabajo para hacer un mocoso. Y si él no puede… -se encogió de hombros.
 - ¿Qué? -Katniss sentía como el pánico crecía en su pecho-. ¿Qué quieres decir?
- Davenport se encargará de eso.
 - ¡¿Su padre?! -jadeó Katniss.
 - Será un heredero masculino directo, y eso es todo lo que importa.
   La mano de Katniss voló a su boca.
 - Oh, no puedo. No puedo. -Pensó en Lord Davenport, con su horrible respiración y sus cachetes flácidos. Y sus ojos crueles. Él no sería amable.

Enamorado De Un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora