𝙈𝙔 𝙆𝙄𝙉𝙂 ➸ 𝘛𝘢𝘦𝘎𝘪ᵃᵈᵃᵖ [T2]

diez

La tranquilidad de aquella noche es interrumpida cuando un fuerte grito se escuchó por el castillo. Era apenas de madrugada cuando el estruendoso ruido atravesó el lugar.

TaeHyung y Yoongi se levantaron alarmados cuando escucharon aquello, el omega no lo dudó y salió de la habitación justo cuando unos guardias del castillo entraban a la habitación del príncipe dispuestos a defenderlo de cualquier cosa que hubiera dentro.

El pelirrosa entró a la habitación y vió que su cachorro estaba sollozando, los guardias se relajaron notoriamente y se retiraron cuando TaeHyung entró a la habitación.

— MinGi, ¿qué sucedió? — cuestionó el omega acercándose a la cama con rapidez.

— P-Papi.— sollozó el cachorro abrazando a su padre cuando este llegó junto a él.

— ¿Qué pasó? — cuestiona acariciando el rubio cabello.

— E-El lobo está allí y-y m-me a-atacó y n-no podía moverme. — solloza.

— Una pesadilla. — comenta suspirando el alfa.

Ambos padres se acercaron a su cachorro y soltaron su aroma para que el menor pudiese dormir tranquilo.

— Su majestad, los guardias me avisaron que algo pasó.— Wooyoung apareció.

— Solo tuvo una pesadilla, pero gracias. — dijo Yoongi sonriéndole al rubio.

— Que extraño, MinGi jamas había reaccionado así por un sueño. — habló TaeHyung.

— Aún debe estar asustado por lo que pasó con HongJong y él en el bosque.— el omega dijo.

Cuando el cachorro por fin está profundamente dormido, Yoongi y TaeHyung volvieron a su habitación, donde al acostarse sobre la cama, cayeron dormidos.

♕︎  𝐌𝐘 𝐊𝐈𝐍𝐆  ♕︎

Los reyes y el joven príncipe se dirigían al pueblo en aquel gran y elegante carruaje. Al despertar, el alfa había recibido quejas de diferentes robos en diferentes establecimientos.

Lo que más preocupó a los reyes es que en el orfanato se habían quejado de un robo durante la noche, cuando los cachorros dormían.

Cuando el carruaje se detuvo, todos los pueblerinos lo miraron con alivio, sabiendo que el rey iba a tomar cartas en el asunto de los robos.

— Yo iré a ver al ministro Cha para ver que pasó, si quieres ve con MinGi al orfanato.— habló TaeHyung antes de bajar del carruaje.

El carruaje después avanzó hasta el orfanato, donde Yoongi bajó con su cachorro en brazos. Cuando llegó notó que estaba la misma omaga que había visto la primera vez que fue a aquel lugar, con una niña de seis años junto a ella.

— YongSun. — sonrió el pelirrosa.

— Su majestad. — la omega sonrió — Hace mucho no lo veía por aquí. — la joven chica se inclinó.

— Veo que tu cachorro ya nació, recuerdo la primera vez que te vi.— rio el rey — Aún estabas en estado.

— Si, ha pasado tanto desde aquella vez.— sonríe con nostalgia.

— ¿Y ByulYi? — cuestiona el omega.

— Ha enfermado y se quedó en casa, me toca a mí cuidar a los cachorros. — la chica hace un puchero — DaHyun, saluda.— dice la omega al ver a su tímida hija.

MinGi veía fijamente a aquella niña la cuál su papi parecía conocer. Al pequeño cachorro se le hacía extraño y gracioso ver como toda la gente se inclinaba cuando sus padres llegaban a algún lugar, por lo que soltó una risita cuando vió a la niña haciendo aquello.

Cuando los cuatro llegaron al jardín, pudieron ver a muchos cachorros corriendo por el lugar. ByulYi, la alfa de YongSun es quien supervisaba a los pequeños. Todos se detienen cuando ven a Yoongi entrar.

Muchos de ellos lo reconocieron inmediatamente, pero algunos de ellos, los nuevos, no sabían quién era él.

— ¡Principe! — exclama un cachorro que lo reconoce.

MinGi se asusta un poco al ver a muchos cachorros juntos en un mismo lugar, por lo que se aferra al cuello de su padre. Era la primera vez que el principe convivía con tantos cachorros de su edad, pues con los únicos que estaba eran HongJong y Somin, sus primos.

Cuando ByulYi se acerca a ellos, el omega nota como tiene un cachorro de al menos dos años es sus brazos.

— Que lindo, ¿cómo se llama? — cuestiona el rey.

— Apenas llegó hace dos mese al orfanato, se llama Jongho. — dice YongSun.

Cuando MinGi voltea a ver al niño, nota que efectivamente era lindo, pero no más que él, su papi no podía decirle lindo a nadie más. Cuando el otro cachorro levanta la mirada ambos se ven y así se quedan. El príncipe sintió algo removerse en su interior, esa sensación extraña de algo o alguien alterándose en su interior.

Tímidamente MinGi vuelve a esconder su rostro en el cuello de su padre, querido desaparecer y volver al castillo.

— MinGi, ¿por qué no vas a jugar con ellos? — el omega baja de sus brazos al cachorro.

El rubio no se soltó del cuello de su padre, quería quedarse con él pero el pelirrosa logró hacer que se soltara. Cuando el principe volteó a ver alos demás, notó como lo miraban con sorpresa.

— Cuanto ha crecido el joven príncipe. — comenta YongSun con una sonrisa — Ya son tres años, ¿no?

— Así es.— afirma el rey.

— Diez años mas y se sabrá su jerarquía.— comenta la alfa.

Los cachorros no sabían de lo que los adultos hablaban, cuando MinGi notó que su papi ya no le hacía caso decidió alejarse hasta llegar junto a un árbol, dónde se sentó y formó un puchero.

Los demás niños seguían viéndolo extraño, la diferencia era muy evidente. Al ser el príncipe el cachorro llevaba puesta una ropa muy formal para alguien de su edad, mientras los otros niños parecían tener la misma ropa blanca.

— ¿Cómo te llamas? — cuestiona un niño cuando llegó junto a él.

— Kim MinGi.— se presentó en cachorro.

— Ohhh, llevas el apellido Kim.— dice el contrario sorprendido.

— ¿Y eso qué? — cuestiona el joven príncipe.

— E-En clases nos enseñaron que debemos respetar a cualquiera que lleve el apellido Kim, por que son nuestros superiores, nuestros gobernantes.— una cachorra un poco más grande llego mientras decía aquello.

— Yo no sabía eso. — dice sorprendido MinGi.

— ¿Cómo consigues el apellido? — cuestiona la cachorra — Según la maestra cualquiera que lo porte es un rey, príncipe o princesa. Yo quiero ser una princesa — dice fascinada la niña.

— No sé, mi papá me lo dió, creo.— dice confundido el pequeño rubio.

— ¿Eso significa que él es un príncipe? — cuestiona el otro cachorro.

— Eso creo...— la pequeña se encoge de hombros.

MinGi solo miraba extraño el comportamiento de aquellos dos chicos que hablaban sobre él y su nombre.