CAP XXXII

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Pov Narrador

-- ¿Sabes quién es Randolf, más conocido como 'Abel' en su mundo? -- Pregunto el menor mientras esperaban la llegada de su hijo, recibiendo una mirada para nada agraciada de parte del otro.

-- ¿Como sabes de ese hombre? -- Inquirió

-- ¿Sabes o no de él? -- William no quería volver a discutir con su amor, y mucho menos en ese momento donde solo quería estar cerca de él y su pequeño.

-- Lo único que debes saber es que es un hombre muy peligroso -- Liam asintió, esa información era mejor que nada; y por la cara de su marido, supo que de verdad era peligroso.

•••

Por el pasillo, dos hombres y una rubia caminaban con prisa. La mujer llevaba en brazos a su sobrino que jugaba con la camara instantánea, no sabía aún como tomar las fotos y todo de ella le generaba curiosidad.

-- ¿Quieres ver a papá? -- Pregunto mirando los ojos del menor puestos aún en el objeto.

-- Sii, papá Wi-wiyiam dijo que se lo llevadon y no vino por mi. -- Espeto mirando a su tía ahora.

-- Bueno pues, llegamos -- Aviso Vladimir sonriéndole al niño. Era grande el cariño que todos le tenía al pequeño y a su papá, todos en ese tiempo de preocuparon por el estado de Liam, y se esforzaron muchos por hallarlo.

Teo fue dejado en el suelo y cuando se abrió la puerta, entró después de su tía siendo seguido por los otros dos. A Liam se le aceleró el corazón al verlo, tenía el pelo más largo y Lucia encantador con con una mano tomando la de la rubia y la otra la cámara de color azul.

-- Papá -- Grito cuando lo vio. Se soltó y corrió donde el rubio que lo subió a la cama donde fue apretado en fuerte abrazo por el menor.

-- Hola precioso -- Susurro besandole las mejilla múltiples veces causando risitas de su niño -- ¿Como has estado mi vida? -- Interrogó dejando que se acomodara a un lado de la cama y conteniendo sus lágrimas.

-- Bien. Pensé que... que no iba a venid -- Liam sonrío abrazando a su hijo dejando que una lágrima cayera por su mejillas hasta que la mano del rubio la quitó. Ahí abrazado se fijo en los otros y levantó una mano para saludarlos, recibiendo de sonrisas acompañadas de batidas de mano.

-- Te encuentras bien -- Pregunto la rubia mientras se acercaba.

-- Ahora que están aquí si. -- Contesto dejando relucir una sonrisa. -- ¿Tu estad bien?.

-- Si, no te preocupes.

-- Es un gusto tenerlo de vuelta joven Alan.

-- Así es. -- Lo apoyo Vladimir.

-- Gracias chicos. -- Después de aquello el mayor sintió que no tenía la tención de su pareja así que pidió a sus hombres y hermana esperar afuera y cuando estos salieron el mayor recompuso su neutral actitud.

•••

Fueron necesarios cuatro días de hospitalización, aún con la intensión de Val de sacarlo antes poniéndose como responsable al saber los cuidados que debía tener; fueron negadas las opciones porque el en la instancia donde estaria, no tendrian los equipos para hacer las debidas pruebas pertinentes.

Después que pasaron los cuatro días, lo trasladaron a una gran casa blanca que a partir de ese momento funcionaria como base, hasta que hallarán otra igual de segura a la que fue atacada. Y es que sus enemigos no se habian rendido, el pez gordo seguía haciendo sus movimientos y ellos se encontraban entre la espada y la pared. El mayor temos del rubio, era que le hicieran daño a su familia, que le hicieran daño a su hermana, su hijo y a su marido.

Esa mañana tuvo que salir de imprevisto para arreglar unas irregularidades -según había dicho-.

Lian permanecía sentado en el borde de la cama donde su hijo dormía plácidamente; se permitió darse un baño y pensar en las dos semanas que estuvo secuestrado, y los diesisiete días que estuvo en coma, hasta que se acordó el sueño que tuvo mientras estuvo en ese estado, en las palabras de aquella mujer y el favor que le pidio. Randolf, más conocido como 'Abel', las palabras llegaron a su memoria y se quedaron ahí aún cuando estuvo completamente vestido.

Se sentía preocupado porque en esos días hospitalizado noto el estrés sobre su marido, la mirada perdida que cargaba aveces, lo pendiente a cada detalle que mantenía y la sobreprotección con él y su hijo, todo eso lo afirmaba. Estaba enterado de que estaban al ojo del huracán y es por ello que su rubio salía, para buscar unión, para buscar respaldo.

Cuando su hijo despertó lo baño, vistió y fueron a tomar el desayuno; solo estaban ellos y Catalina, además de los guardias tanto dentro como fuera de la casa que hasta con cámaras estaba asegurada.

-- Cata -- Llamo su atención después de terminar sus desayunos. -- Puedes ayudarme a hacer algo de lo que estoy seguro a tu hermano no le va a gustar.

-- De cero a cinco, ¿que tan enojado puede estar si se entera?. -- El menor hizo una mueca, sonrío y habló.

-- Es probable que un ocho más o menor. Si llega a salir mal tendríamos más problemas de los que te imaginas -- La mueca se ensanchó más ganándose la mirada desaprobatoria de su cuñada.

-- ¿Tan así? -- Casi que su mirada reflejaba terror. Lian asintió sonriendo. -- Merezco una pista antes de decidirme -- Inquirió dejando a un lado su plato.

-- Randolf, más conocido como 'Abel' ¿Te suena? -- Donde la chica hubiera tenido comida en la boca de seguro se hubiera atrancado apenas escucho el nombre.

-- Estás bromeando ¿Verdad? -- La negativa del Pelinegro hizo que una alarma se encendiera en el cráneo de la rubia. -- Déjame contarte que si llegas a hacerlo -sin mi ayuda claro esta- y llega a salir mal, estaremos acabados. Literal. Con ese hombre no se juega, la experiencia y conocimiento del tema lo ponen en el punto en qué se emcuentra. William maneja algo "grande" si del país hablamos; ese hombre y todo lo que tenga que ver con el, es conocido en el mundo. -- Después de decir aquellas palabras la chica se despidió no sin antes decir que no lo hiciera por el bien de todos.

Peligroso amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora