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-Oh, por Dios- balbuceó Jess. -Está muerto por tí- 

-Claro que no. ¡Ni siquiera me recuerda!- reí. 

-No sé que rollo hay con eso. Pero hasta un ciego puede ver que le gustas-

-No me importa. Voy a ir a esa maldita cita, sólo para averiguar qué está pasando.-

-Buena excusa- masculló mi amiga. 

-Haré como que no escuché nada- respondí y ella sonrió.

-Por cierto. ¿Qué pregunta te había tocado, que dijiste Martha?-

-¿Quién te cae peor?- dije riendo.

-¡A mi también!- extendió su mano y chocamos los cinco. 

-¿Y qué hay con eso de la cita con Mike?-

-Uf. No sabes lo cerca que estuvimos de besarnos hoy, en la cocina. Creo que mañana, va a ser una gran noche-

-Joder, te robó el corazón. Debo admitir, que de todos, es el mejorcito- me burlé.

Jess rodó los ojos, pero sabía que tenía razón.

🌸🌸🌸🌸🌸

La semana pasó con velocidad.
Por fortuna, no me crucé con James, a excepción de la clase que compartíamos juntos. Pero, más allá, de fugaces miradas, nada había pasado. 

Jess había tenido su cita, y finalmente, se habían besado. Dios, eran tan lindos juntos. Estaba muy feliz por ella.  

En cambio yo... Aquí estaba, mordiendo mis uñas. Era sábado, y casi, las ocho de la noche. 

Jess estaba en mi cuarto, dándome  miradas burlonas, mientras me movía de un lado a otro. 

-Debes calmarte. Estás hermosa- repitió por quinta vez. 

Llevaba un pantalón negro y una blusa roja, con un escote "decente" según mi amiga. Aunque, en mi opinión, no lo era. 

-No puedo creer que esté haciendo ésto.- balbuceé -Ni siquiera sé a dónde vamos a ir. ¿Y si me secuestra?-

Jess rió.

-No va a secuestrarte, sólo quiere que le des un beso- 

-No lo tendrá- respondí segura.

Mi amiga no dijo nada.

-¿No me tienes fe?- la miré sorprendida.

-Lo siento- alzó sus manos - Es bastante sexy, te entenderé si no logras resistirte.-

Rodeé mis ojos, y mi celular comenzó a sonar. Lo tomé, y vi el nombre en pantalla. 

"Mi ex mejor amigo".

Asi lo había agendado. 

-Es un mensaje de él- comenté- Dice que está abajo- 

Todo mi ser se llenó de adrenalina, mis manos comenzaron a sudar, y mi corazón se enloqueció.

-Tranquila, respira- Dijo Jess al verme en pánico.

Me miré al espejo por última vez y suspiré. Tenía que hacerlo. Tenía que averiguar qué había pasado con él.

Me despedí de mi mejor amiga  y bajé con nerviosismo hasta la puerta. 

Al abrirla, una figura imponente me recibió.

Allí estaba. De pie, con una camisa blanca y unos jeans oscuros, casi negros. Su cabello estaba, como siempre, levemente despeinado. Sus ojos brillaban al verme, y su sonrisa parecía aún más grande que de costumbre. Lo que me sorprendió, fue que, no había ni un rastro de soberbia en su rostro.

-Buenas noches, Eva- murmuró. -Estás hermosa- recorrió mi cuerpo rápidamente, pero eso fue suficiente para acelerar mi pulso. 

Tú también, quise decir. Pero me quedé callada. 

-¿Vamos?- continuó.

-Vamos- respondí y cerré la puerta detrás de mí. 

Caminé a su lado hasta el vehículo, que estaba aparcado a pocos pasos. El perfume que desprendía de su cuerpo,  y que llegaba hacia mi gracias a la suave brisa, iba a volverme loca. 

James me abrió la puerta de su auto para que subiera.

-Qué caballero- me burlé.

-Hay muchas cosas de mí que no conoces- murmuró, y cerró la puerta. 

Fruncí el ceño al escucharlo. ¿Había un mensaje oculto en sus palabras?

Si se refería a que ahora era un idiota, ya lo había notado.

Se sentó en el asiento del piloto y prendió el motor.

-¿A dónde vamos?- pregunté.

A diferencia de lo que imaginaba, me sentía bastante cómoda a su lado. No estaba actuando como un arrogante, así que, se sentía bien.

-Vamos a ir a un lugar que te va a encantar.- respondió y aceleró, adentrándose en la avenida principal.

Eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora