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POV Eva

-Me siento terrible- Jess limpió sus lágrimas con el dorso de la mano.

-No te atrevas a culparte- murmuré con la garganta seca. Había estado llorando desde que James se había ido. Mi amiga había venido una hora después, cuando la llamé. No quería arruinar su noche, pero en cuestión de minutos, ya estaba aquí.

-Es que yo te insistí... Y te dejé sola...-

-¿Cómo ibas a imaginarte que algo así podía pasar? Luke es más enfermo de lo que creíamos-

-Es un maldito bastardo. Tienes que ver como Mike lo echó de su casa. Casi llama a la policía. Pero como tú ya no estabas, no iban a venir a tomar la denuncia... Incluso quiso venir aquí conmigo para verte, pero me pareció mejor estar solas-

-Él es un buen chico. Me alegra tanto que esté contigo-

Ella me abrazó, por quinta vez en una hora.

-Y James también. Te salvó amiga. Y por lo que me dijiste, fue increíblemente sexy y dulce-

Reí al escucharla.

-Si... -suspiré -Joder, cada vez es más dificil fingir que no me gusta- me sinceré.

-Lo sé amiga- sonrió - Pero ahora puedes imaginar lo que él siente por tí también. Es muy evidente... Tal vez puedan darse una oportunidad-

-No lo sé... Mañana hablaré con él. Primero debo agradecerle de nuevo.- Un nudo se atravesó en mi garganta. -Maldito hijo de puta- mascullé al recordar a Luke.

Jess me abrazó de nuevo.

-Estás bien. Siempre lo estarás. Lo prometo amiga-

Solté una lágrima al escucharla. Ojalá así fuera.
Una parte de mí estaba asustada respecto a que Luke quiera vengarse o volviera a atacarme.
Me daba pánico pensar en que lo hiciera y nadie pudiera ayudarme, como ésta vez.

No me servía de nada pensar así. Sino, no querría volver a salir de mi casa.
Por lo pronto, ahora estaba sana y a salvo, gracias a mi ex mejor amigo.

El resto de la madrugada, Jess y yo dormimos en mi habitación.

Pensé que no podría conciliar el sueño, pero estaba tan agotada, que en cuanto apoyé mi cabeza, me dormí.

🌸🌸🌸🌸🌸

El ruido del celular me despertó.

Observé a mi amiga. Estaba durmiendo profundamente, con su boca entreabierta.

Tomé el teléfono y atendí, era James.

-¿Hola?- fruncí el ceño. Miré la hora, eran las diez a.m.

-Eva. ¿Cómo estás?- dijo con su voz gruesa característica.

-Mejor...-murmuré -Quisiera verte hoy-

-Estoy abajo...- soltó.

-¿Qué?- me senté de golpe en la cama.

-Estoy abajo. Pero no te preocupes, puedo esperar-

Dios, debía apurarme.

-Está bien, en cinco minutos bajo-

-De acuerdo-

Colgué.

Jess seguía durmiendo como un oso polar.

Me vestí rápidamente y fui al baño para peinarme y lavarme los dientes.  Mi cara estaba demacrada. Era imposible disimular la mala noche.
Pero James ya sabía todo, no debía fingir.

Estaba agradecida porque mi papá no había estado anoche en casa.
Al parecer, por fin, había conocido a una mujer que le gustaba.
Si se hubiese enterado de todo ésto, hubiera ido a matar a Luke.
Aún no sabía como iba a contárselo...

Bajé nerviosa y caminé hasta la puerta.
Al abrirla, me encontré con él.

Su cabello estaba más despeinado que de costumbre. Alrededor de sus ojos había unas enormes ojeras. Y sus manos estaban en los bolsillos.

Toda su actitud arrogante y altanera había desaparecido. Era él, simplemente él.
Aunque se notaba que había dormido muy poco.

-¿Cómo te sientes?- preguntó.

-Mejor... ¿Tú? No te ves bien- me acerqué a él. Estaba preocupada.

¿Habría ido a buscar a Luke de nuevo? ¿Se habría arrepentido de golpearlo? Seguro no podría volver a jugar en el equipo... El idiota era el capitán, y no lo permitiría.

-Tengo que hablar contigo-

Todo mi ser se agitó al escuchar el tono en que lo dijo.

-¿Qué sucede?-

-Sé que tu restaurante favorito es Memories. Sé que tu color favorito era el rosa, pero luego te aburrió porque era muy común, y lo cambiaste por el naranja. Sé que odiabas las películas de terror, aunque fingías que te gustaban. Sé que lloraste cuando me fui. - mi corazón se detuvo.

-Eres tú- respondí balbuceando-Lo sabía...-

Estaba anonadada. No lo podía creer.
Era él.
¡Y me reconocía!

-No entiendo... Sabes quien soy- hablé confundida.

James suspiró y peinó su cabello, en un gesto nervioso.

Eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora