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Cuando dije que estaba dispuesta a pasarla bien, no tuve en cuenta que James estaría en malla.

En una maldita malla azul.

Todos sus músculos se marcaban a más no poder.
Las gotas resbalaban por su cuerpo, como si fuera un modelo de revista.

Y podría serlo tranquilamente.

- Tú puedes- murmuró Jess por lo bajo.

Mike se acercó a nosotras.

-¡Viniste!- me abrazó.

Estaba muy borracho.

- Si - sonreí.

- Hola hermosa mía - tomó a mi amiga por la cintura y la besó con pasión.

Definitivamente el alcohol lo desinhibía.

Terminaron su espectáculo y Jess nos dijo:

-Vamos a la pileta-

El jardín estaba lleno de gente, eran como cincuenta personas. Una de las famosas fiestas de Mike, en todo su esplendor.

Las mujeres tenían cuerpos que era imposible no poder envidiar. Pero algunas eran demasiado flacas... Me pregunté si serían felices.
Yo aún disfrutaba las dos hamburguesas que bailaban en mi estómago.

Y todos los muchachos estaban muy bien ejercitados, pero mi mirada se desviaba, inevitablemente, a James que estaba en la pileta.

-¡Vamos, Eva!- mi amiga ya estaba metiéndose en la piscina.
Su cuerpo también era de modelo, era muy estilizada y alta.

Deslicé mi vestido blanco por mi cuerpo, dejándome expuesta.

Bien, acá vamos.

Me acerqué a los escalones y bajé para sumergirme.

El agua estaba hermosa, tibia. Era una noche de mucho calor y era un placer poder refrescarse.

Alcé mi vista y lo ví a James. Estaba viendome con intensidad. Su mirada recorría mi cuerpo lentamente y luego mi rostro.

Me zambullí completamente.

Cuando me asomé a la superficie, Mike traía dos vasos, uno para Jess y otro para mí.

-Eva, te traje tu bebida favorita- extendió un vaso de fernet.

Oh si. Estaba delicioso, muy fresco.
Era genial la sensación de estar fresca, bajo el agua, y beber un trago.

Jess nadó hacia mí.

-¿La estás pasando bien?-

-Sii- sonreí.

Ella alzó su vaso y brindamos.

-¡A emborracharnos!-

Media hora después...

-Te quierrrro muuuucho- abracé a Jess

-Yyyyo también- sonrió.

Jaaaa. Estabamos ebrias a más no poder.

Mi amiga se alejó nadando y fue a abrazar a su chico.
Qué lindos.

Tomé otro trago y me moví al ritmo de la música en el agua.

James estaba del otro lado de la piscina, con algunos de sus amigos.
Pero su mirada, seguía sobre mí.

Era tan lindo...
¿Por qué estaba enojada con él?

Ah si, ya.

Maldito...

En ese momento me dieron ganas de nadar y comencé a ir hacia el otro lado.

Cuando asomé mi cabeza hacia la superficie para respirar, un torso me detuvo.

Y qué torso.

Lo conocía a la perfección.

-Hola Eva-

James sonrió, con esa sonrisa derretidora.

-Hola mal amigo- reí.

Él alzó su ceja izquierda.

-Creí que ibas a ignorarme, como todos éstos días...- soltó.

-Siiiiiii. Qué bien estuve ¿Verdad?-

-Ah, ya entiendo- sonrió -Estás borracha- peino su cabello húmedo, haciendo que sus triceps se marcaran en ese simple gesto.

-No estoy borracha- fruncí el ceño, ofendida.

Silencio.

-Bueno un poco- admití -De otro modo no me acercaría a tí-

-Lo sé. -suspiró -No sabes cómo me detesto-

Dió un paso hacia mí. De fondo sonaba "La Canción" de Bad Bunny y J Balvin.

-Yo quisiera hacerlo... Pero no puedo-

Ups. Las palabras salían de mi boca descontroladas.

- Y yo, quisiera, en este preciso instante, besarte. - respondió.

-¿Y por qué no lo haces?- pregunté confundida.

-Porque no me dejarías. Y estás borracha. - dijo con obviedad.

-No me importa- me encogí de hombros.

Él rió, dejando relucir sus perfectos dientes blancos.

-No lo haré, Eva-

-Entonces, lo hago yo-

Acorté la distancia que nos separaba, lo besé y pasé mis manos por su cuello. Como era muy alto, aproveché la fuerza que te da el agua, y me trepé a él, enlazando las piernas.

James se quedó quieto unos segundos, como si estuviera sorprendido.
Pero a los pocos segundos, me tomó por la cintura y siguió besándome. Repartía suaves caricias en mi espalda, mientras me sostenía.

Su lengua acariciaba la mía con anhelo.

Había deseado sus besos con tanta pasión...

Sin embargo, a los minutos, se alejó de mí, pero no me bajó.

-Eva. Debemos parar. Mañana te vas a arrepentir de ésto-

Lo miré con tristeza.
Pero luego, ésta se transformó en furia.

-Eres un maldito. ¿Por qué me hiciste eso James?-

-De verdad lo siento. No sé qué más hacer, Eva-

-Tú sabías que siempre me gustaste... Me rompiste el corazón- mis ojos se llenaron de lágrimas.

Joder estaba hablando de más. Pero no podía parar.

-Y tú siempre me has gustado también, Eva. Eres la chica más preciosa...-

Me solté de su agarre y me alejé.

-No te vayas- murmuró.

-Necesito... Necesito estar sola- respondí y salí de la piscina.

Eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora