El viaje en auto fue, nuevamente, sin intercambio de palabras. A excepción de que, ésta vez, había música de fondo.
El último disco de the weekend, era nuestra compañía ésta noche.
-¡Oh, me encanta esta canción!- dije emocionada y empecé a cantar "Save your tears".
James me miró y sonrió, uniéndose a cantar el estribillo conmigo.
Al cabo de unos quince minutos, nos detuvimos en la puerta de un famoso restaurante.
Y en cuanto ví su nombre, sentí que mi mundo se tambaleaba.
"Memorias"
Éste sitio era uno de mis favoritos.
Y recuerdo que desde chica fantaseaba con ésto.
Siempre decía, que cuando fuera grande, quería tener una cita en el lugar más caro y elegante, en "Memorias".
¿Pero también se lo había contado a James?Joder, no podía recordarlo. ¡Y era una pieza clave!
Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho.
No podía ser real.Bajé del auto en total confusión, y me volteé a verlo.
Él estaba entregando las llaves del auto al muchacho que los
acomodaba.En cuanto centró su mirada en mí, sus ojos brillaron.
Uns breve sonrisa hizo que sus comisuras se elevaran, pero luego desapareció.Se acercó a mí con su caminar seguro y tranquilo.
-¿Vamos?-
Quería hablar. Quería preguntarle por qué me estaba haciendo ésto. ¿Acaso quería enloquecerme?
No podía ser una coincidencia.
¿O si?Ahj.
Comenzó a caminar sin esperar mi respuesta.
En cuanto cruzamos el umbral, un hombre con traje nos recibió.
-Buenas noches, ¿Tienen reserva?- preguntó con elegancia.
-Si, a nombre de James- respondió con educación mi compañero.
-Siganme por aquí...-
Aún no podía salir del trance en el que estaba. Todo el lugar era increíble, mejor de lo que alguna vez podía haber imaginado. Sus pisos eran de madera, y tenía hermosas lámparas de cristales que colgaban del techo. De fondo, sonaba una música tranquila y romántica. Me parecía un sueño estar acá.
Nos sentamos en una pequeña mesa al lado de una ventana. Sobre ésta había unas hermosas velas, volviendo el sitio más íntimo aún.
Mierda, James. Me estás complicando las cosas. Me cuesta odiarte si haces todo ésto.
-James- llamé su atención. Estaba leyendo la carta de los vinos.
-¿Si?- preguntó dirigiéndome su hermosa mirada.
-¿Por qué éste lugar?- solté de pronto.
Me miró confundido.
-Es el restaurante más lindo de la ciudad-
-James...- insistí.
-Perdona, no sé de que hablas-
El rostro de James estaba impenetrable. Por sus ojos no pasaba ni una sola emoción.
Tal vez era una casualidad, estar aquí.
Quiero decir, estaba segura que él era mi ex amigo. No había dudas de eso.
Pero, estar cumpliendo uno de mis deseos de la infancia, era puramente coincidencia.-A veces actúas raro- dijo.
Iba a responderle que la culpa era suya, por comportarse como un idiota.
Pero entonces se acercó el mozo.-¿Qué van a pedir?-
Mierda no había visto la carta.
Le eché un vistazo de prisa y pedí una lasagna, al igual que James. Éste lugar era reconocido por tener las mejores pastas.-Aún no puedo creer que hayas aceptado- comenzó la conversación, mientras apoyaba sus antebrazos sobre la mesa.
Dios. Estaba tan guapo, que se me hacía agua la boca.
-Yo tampoco- me burlé.
-Aunque, todavía no conseguí mi beso...-
-¿Todavía?- alcé una ceja.
Él asintió sonriendo.
-Te tienes demasiada confianza- respondí.
James rió por lo bajo, y cambió de tema.
Charlamos un rato sobre su pasado. Él me contó sobre su estadía en otro país, las costumbres, sus amigos. Y luego sobre nuestro futuro: él quería ser jugador de fútbol profesional, y por eso había venido a nuestra institución. Tenía al mejor equipo de todo el país.
Por mi parte, aún no sabía que quería estudiar... Me gustaba la psicología, pero no estaba segura.
James escuchaba cada una de mis palabras con atención, y se detenía a hacerme preguntas, de vez en cuando.La noche estaba resultando mejor de lo que esperaba. Él era divertido y me sentía cómoda a su lado. Ojalá fuera del todo honesto conmigo...
Necesitaba saber ya mismo qué sucedía. Pero sentía que, si era audaz, poco a poco, lograría conseguir la información que necesitaba. Él nunca me diría de frente la verdad. Comenzaba a conocerlo bien.
La velada llegó a su fin, y luego de degustar unos increíbles platos, volvimos al auto.
-No puedo respirar de todo lo que comí- murmuró mientras aceleraba el auto.
-Oh Dios, yo tampoco- reí.
De pronto, mi celular comenzó a sonar en mi cartera.
Era Jess. Decidí responderle porque era extraño que me llamara en medio de ésta cita.-¿Hola?-
-Amiga, cuéntame todo-
Carajo, Jess.
Lo miré a James pero éste estaba concentrado en la ruta. Gracias a Dios, no había escuchado.
-Cuando llego a casa te llamo- respondí y al instante corte.
-¿Era tu padre?- cuestionó mi ex amigo.
-Si, si. Es que no está en casa, quería saber si había llegado- comenté nerviosa, mientras guardaba el teléfono.
-¿No está en tu casa? ¿Estás sola?- frunció su ceño.
-Si, el trabaja doble turno a veces. Pero luego viene a dormir-
No sabía por qué estaba contándole todo ésto. Era privado. Pero se sentía tan... Natural, hablar con él. Las palabras fluían de mi boca con facilidad.
-Oh... ¿Dónde trabaja?-
-En la fábrica que está en las afueras-
James asintió en silencio. Desvié mi vista a la ventana y observé las luces de las casas a lo lejos. A los pocos segundos, volvió a hablar.
-¿No te aburres estando tanto tiempo sola?-
-La verdad no. Ya me acostumbré. Además paso gran parte del tiempo con Jess. -
-Bueno, si algún día te aburres, puedes llamarme.-
Giré mi cabeza hacia él de prisa.
-Claro que no- dije
-¿Por qué?-
-Pues... No. Si fueras mi amigo, lo haría- respondí con fingido desinterés.
Su rostro se tensó pero luego volvió a la normalidad.
Já. Touché, ex amigo.
-Puedo ser tu amigo- dijo serio.
-No lo creo. Intentas besarme- acusé.
Alejó su vista de la carretera y me sonrió.
-Podemos ser amigos que se besan-
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Eres tú
RomanceMi vida transcurría sin muchos sobresaltos. Hasta que un día, alguien del pasado volvió cruzarse en mi camino. Pero él, ya no era el mismo. TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS. OBRA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE. #13 en Romántico 😍