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-Siempre supe quien eras, Eva.- murmuró.

Fruncí aún más el ceño.

-¿Por qué dijiste que no me reconocías el primer día?- pregunté cruzándome de brazos.

Mis oídos pitaban. Sentía cada latido de mi corazón. Estaba tan nerviosa... Pero al fin sabría la verdad.

-Cuando me fui del país, descubrí muchas cosas de mí. Como por ejemplo, que me gustaba el fútbol. Tanto que quería dedicarme a eso. Así que, comencé a entrenar duro para lograrlo. Unos años más tarde, volvieron a transferir a mi papa acá. Entonces, busqué un colegio que tuviera un equipo reconocido.-

-Maddison School- susurré atenta.

-Si. El primer día me acerqué al capitán. No sabía que él era tan imbécil, ¿Cómo podía suponerlo?- apretó su mandíbula -Y entonces él me dijo: "Si quieres entrar al equipo, sólo debes hacer una cosa..." Era mi futuro, Eva. Estaba dispuesto a todo por ello-

No respondí. Comenzaba a sentir toda la ira invadir mi cuerpo.

-Luke me dijo a quienes no debía acercarme. Fue caminando por todo el pasillo, señalando a aquellos que no pertenecían al grupo "Popular". -

-Es un maldito hijo de puta- respondí.

- Y no me importaba, la verdad. Sólo me quedaría un año en ésta escuela, y luego me iría al campus de entrenamiento, para perfeccionarme. Ni siquiera pensaba en hacer amigos. Sólo quería estar en el equipo y poder lograr mi sueño.-

Suspiró, y continuó.

-Entonces, él te señaló.- mi corazón se aceleró -Yo no sabía que estabas en esa escuela, Eva. Te lo juro. Sino, buscarte habría sido lo primero. -

Mis ojos se llenaron de lágrimas, al atar cabos.

-Rogué porque no voltearas, porque no me reconocieras. Estabas con tu celular, muy concentrada... Pero entonces, me viste. Y te acercaste con esa sonrisa tan hermosa que tienes. Estabas tan feliz por verme. Y yo también-

-No pareció- respondí seca.

-Estabas preciosa. Habías crecido, eras toda una mujer. Tus ojos brillaban, todo en tí me tenía loco. Pero...-

-Hiciste lo que Luke te dijo- concluí.

-Pensé que iba a ser más fácil. No sabes lo dificil que era para mí cuando estabas cerca y no podía abrazarte. Y sabía que si te decía la verdad, no me perdonarías, así que, intenté convencerte de que no era yo-

Mi rostro se debió haber transformado, porque enseguida dijo:

-Lo lamento tanto, Eva. Estoy tan arrepentido. Fui el peor idiota de todos. Pero ya mandé todo a la mierda. El equipo, mi futuro. Sólo me importas tú. Tú eres mi sueño ahora. -

-No puedo creer que me hayas hecho ésto...-  una lágima resbaló por mi mejilla - Eras mi mejor amigo. Y sabes, nunca me importó que otros me ignoraran. Pero tú... nunca lo imaginé-

-De verdad lo siento, Eva- dió un paso hacia mí.

Su mirada era triste. Sus hombros estaban caídos. Se notaba que era sincero, pero eso ya no valía de nada.

-Te avergonzaba- afirmé.

-¡No! Nunca entendí porque Luke me dijo eso. Eres preciosa, inteligente, divertida. Nadie merece ser juzgado, tú menos. Y el maldito, ayer, quiso aprovecharse de ti...- James apretó sus puños.

-Vete- murmuré.

-Eva, por favor-

-Jugaste conmigo todo éste tiempo. Las prendas, la cita, el beso. Te burlaste de mí en cada momento- solté otra lágrima, herida, al recordar todo.

-No- respondió desesperado -No podía evitar estar lejos tuyo. No quería. Todo lo que te dije siempre fue verdad, Eva. Tú me conoces-

-No te conozco-

-Si, lo haces. Mírame a los ojos, Eva. Sabes que siempre te quise- respondió tomándome de los hombros con sus manos, para que lo observara.

Mi corazón se estrujó. Claro que lo conocía. Nos habíamos críado juntos.

Sus ojos siempre fueron sinceros. Pero me había lastimado muy fuerte.
Ya no me importaba si me quería o no.

-Por favor, vete-

-Eva...-

-Vete- repetí con firmeza. Apenas podía sostenerle la mirada. Sabía que si lo hacía, su rostro arrepentido me convencería y terminaría entre sus brazos.

-Voy a recuperar lo nuestro, Eva. Lo prometo. No te volveré a perder- sentenció.

Y sin decirnos más nada, se dió media vuelta y caminó alejándose.

Cerré la puerta, totalmente consternada.

Jamás imaginé que podía ser ésta la causa. Que él podría traicionar a nuestra amistad así.

Alcé mi mirada y la ví a Jess. Su rostro demostraba que había escuchado todo.

-Lo lamento, amiga- murmuró y me lancé a sus brazos llorando.

Joder, cómo dolía.

Eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora