○ Día 08: Princesa y Caballero AU ○

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La pequeña niña se dirigió con una sonrisa emocionada hacia la salida de su gran habitación, se paró en las puntitas de sus pies con la intención de agarrar la manija y abrir la puerta, sabiendo a la perfección que su amigo se encontraba del otro ...

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La pequeña niña se dirigió con una sonrisa emocionada hacia la salida de su gran habitación, se paró en las puntitas de sus pies con la intención de agarrar la manija y abrir la puerta, sabiendo a la perfección que su amigo se encontraba del otro lado. 

—Chat Noir, aquí Princesa Mari. Logré realizar con éxito la primera parte de la misión —susurró presionando su dedo índice con su oreja, como si hablara con un auricular puesto.

Unas risitas resonaron en la esquina del pasillo. Marinette frunció su ceño al ver que otra vez, su amigo no se tomaba en serio sus misiones, pero como siempre, logró contagiarla de su humor.

—Aquí Caballero Chat —susurró él de la misma manera, a pesar de estar ya cara a cara —Listo para ejecutar la segunda y última parte de la misión.

Esta vez fue la pequeña azabache quien rompió en risas, y su amigo no perdió el tiempo en cogerla de la mano para poder escapar juntos del castillo. Como siempre hacían desde que se conocieron.

—¿Estás segura que tu mamá no volverá a ir a tu habitación? —preguntó el rubio, escondiéndose detrás de una columna al ver la sombra de un guardia.

—Segurísima —respondió sonriente —Ya fue a verme dos veces, después tu mamá la acompañó a sus aposentos.

—Está bien...—suspiró retomando su camino —¿Sabes? Creo que mi madre sabe de nuestras escapadas.

La niña se detuvo y soltó un jadeo de sorpresa, tapándose la boca con ambas manitas con miedo.

—¿Le dirá a papá? Si él se entera nos va a castigar. No sé qué pueda hacerte, por favor que no le diga —rogó al borde del llanto.

Su amigo apretó levemente su mano para después abrazarla y darle un inocente beso en su coronilla.

—No le dirá nada, tontita —rio un poco desordenándole el cabello. —Y no importa lo que el Rey pueda hacerme a mí. Yo soy tu caballero y protegeré a mi Princesa hasta que dé mi último suspiro. —prometió con una gran sonrisa y un brillo en sus ojos.

Las mejillas de Marinette se ruborizaron y ahora fue ella quien aptetó el agarre en sus manos.

—¿E-Entonces estamos a salvo?

—Por supuesto —le guiñó el ojo, y siguieron caminando hasta los jardines del palacio.

La primera vez que se escaparon les costó encontrar su lugar favorito, incluso se perdieron un par de veces por los enormes pasillos. Pero después de dos años haciendo eso y con experiencia, se aprendieron de memoria todas las rutas y atajos de todo el castillo.

‹‹La suerte del Gato Negro›› // Reto Marichat 2021//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora