○ Día 29: Rosas ○

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Estaba nervioso

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Estaba nervioso. Realmente nervioso.

Chat Noir casi podía jurar que veía su mano temblar mientras sacaba rosa por rosa todas las que estaban en las macetas de Marinette y que él mismo le había regalado.

Claro, era consciente de que las primeras ya estaban lo suficientemente marchitas como para botarlas, y pronto se encontró preguntándose mentalmente si era una cosa del destino.

La mayoría de las rosas rosadas — que por coincidencia significaban amistad se habían marchitado, al igual que su relación amistosa con ella.

De la buena manera, él quería pensar. Porque si lo de hoy terminaba mal, entonces estarían podridos hasta las patas.

Y su corazón no lo aguantaría.

Se permitió soltar un suspiro cuando tuvo en manos la última rosa que le había regalado; una rosa amarilla con los bordes rojos.

Levantó con cuidado la caja en donde estaban las rosas, y con ayuda de su bastón logró llegar al lugar especial de ambos.

Volvió a dejar la caja en el suelo y se dirigió a coger su rosa, aquella rosa amarilla y de bordes rojos que Marinette le había regalado hace apenas uno días. La única prueba que tenía hasta ahora de que ella pueda corresponder a sus sentimientos.

Una boba sonrisa apareció en su rostro mientras la pensaba, y deseó con todo su corazón que — por primera vez en la historia — un gato negro como él tenga la suerte suficiente para tenerla a ella.

Hoy era el día. Hoy, no callaría más sus verdaderos sentimientos.

||•••||

Marinette entró a su habitación soltando un suspiro cansino.

Faltaba casi un mes para su cumpleaños, pero Alya se había aferrado a la idea de que hoy tenían que ir a recorrer todas las tiendas para encontrar su atuendo perfecto para ese día.

Aún así, no sabía cómo es que había terminado quedándoselo puesto hasta ese instante.

Estando a punto de lanzarse a su cama para dormir, escuchó perfectamente a alguien caer en su balcón.

De súbito comenzaron a sudarle las manos. Y es que esos días habían sido una montaña rusa de emociones.

Después de haberle entregado su flor a Chat Noir, han habido un par de besos entre cada visita. Pero ella no podía evitar sentirse confundida.

¿Seguían siendo amigos? ¿Amigos que se besan? ¿O eventualmente olvidarán aquellos besos?

Sacudió con fuerza su cabeza y se obligó a salir por la trampilla para ver a su amigo casi novio, quien extrañamente se notaba igual o incluso más nervioso que ella.

‹‹La suerte del Gato Negro›› // Reto Marichat 2021//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora