Posó su mirada azulada en todas las rosas rosadas que Chat Noir le regalaba sin falta cada día que venía a visitarla, contando mentalmente cuántas eran en total antes de suspirar con frustración al perder la cuenta. De nuevo.
A veces, él ni siquiera se molestaba es darle la rosa, simplemente la colocaba en una de las tantas macetas que tenía en su balcón. Y cuando menos se dio cuenta, aquella pequeña terraza estaba rebosando en flores.
—Parece una florería...—susurró para sí misma, acercándose a una maceta y regando un poco de agua.
—No seas exagerada —escuchó a sus espaldas, sonriendo con un poco de timidez al reconocerlo —¿No vas a voltear y admirar mi belleza natural?
Utilizar el ego cuando estés nervioso. Excelente estrategia.
Claro, Marinette pudo deducir aquello al instante ya que hace tiempo que Chat Noir hablaba excesivamente de él. Tenía sus momentos, pero sabía que este caso era diferente.
—Voltearé —respondió ella, sintiendo que se relajaba un poco —Pero no será para apreciar tu belleza natural.
El rubio rio un poco antes de acercarse más a su amiga.
¿Seguían siendo solo amigos? ¿De verdad?
Sacudió su cabeza alejando esas preguntas y decidió ponerle atención, sujetando con fuerza la rosa que llevaba en manos esta vez.
—¿Entonces para qué?
La joven suspiró, jurando mentalmente que se le saldría el corazón del pecho de tan rápido que latía.
Y justo cuando había reunido la confianza para articular una frase sin parecer nerviosa, choca con sus esmeraldas y dicha frase se esfumó de su mente. Así como así.
De todos modos, se obligó a decir algo.
—P-Pues... Te iba a decir que...
—¿Ajá? Te escucho.
Marinette arrugó su nariz y formó una trompita con sus labios al escuchar su tono divertido y burlón.
¡Claro! ¡Condenado Gato! Ya se las iba a pagar.
Ella sabía perfectamente que no era la única nerviosa.
—Que dejes de traerme flores todos los días o le quitarás el negocio a la florería. —dijo dándole la espalda nuevamente. Él carcajeó atrás —¿De qué te ríes? Hablo en serio. Es eso o mi balcón se convertirá en una.
—¿No vas a recibir la que te traje hoy?
—Sé que es rosada. Déjala en una maceta, por favor. —pidió.
Chat Noir sonrió con ternura en su sitio. Sabía que ella estaba nerviosa por los anteriores acontecimientos, y tal vez sentía algo de ilusión y orgullo que aquello no le sea indiferente a la chica. Pero ciertamente, tampoco quería que algo cambiara entre ellos.
Además, él agradecía de rara manera a dicho sujeto akumatizado que les hizo abrir los ojos. Sin embargo, ya se habían evitado por dos días. Algunos dirán que es poco, pero él ya no podía soportarlo más.
Y con ese propósito repitiéndose en la cabeza, le quitó delicadamente la regadera de las manos para después levantarle la mirada cogiéndole del mentón.
—C-Chat...—sururró con un fuerte sonrojo apoderándose de su rostro.
—Esta vez, esta rosa es la que te daré —le dijo con uns gran sonrisa, levantando dicha flor entre ellos.
Marinette tragó grueso y llevó sus temblorosas manos a la rosa, pero no pudo evitar fruncir el ceño y reír audiblemente en cuanto vio su color.
—¿Qué pasa? —preguntó el héroe.
—¿Amarilla? —ella siguió riendo —¿Celos? ¿Por qué celos?
—¿Tú también? ¡Que no significan celos! —resopló él, cruzado de brazos.
Marinette supo a lo que se refería con la primera parte, y solo sonrió, acercándola a su nariz para poder olerla.
—Significa amistad —refunfuñó el héroe, y ella se estaba por sentir decepcionada cuando entonces escuchó lo siguiente —Y para que sepas, ésa no es sólo amarilla. —le arrebató la flor casi indignado, y señaló sus bordes. —Tiene los filos rojos, y cambia el significado.
—Oh...—susurró realmente sorprendida al notarlos —¿Qué significa?
Chat volvió a sonreír con satisfacción, pero con un adorable sonrojo en su rostro.
—Eso ya es tarea tuya —musitó antes de acercarse más a ella y darle un beso cerca de las comisuras de sus labios. —No prometo nada con respecto a convertir tu balcón en una florería. Descansa, Princesa.
Y con un guiño de ojo, saltó hacía otro techo, desapareciendo entre la obscuridad de la noche.
Marinette se quedó con la mirada fija en la rosa unos minutos más antes de bajar rápidamente a su cuarto y prender su computadora.
—¿Chat Noir ya se fue? —preguntó Tikki acercándose hacia ella.
Al verla tan concentrada tecleando, decidió observar con atención y en silencio.
La azabache dejó la rosa en el escritorio mientras leía con voz temblorosa la información que Google le había lanzado.
—Mientras que una rosa rosada y blanca puede ser el regalo ideal para demostrar tu agradecimiento a un buen amigo...—inhaló profundo antes de continuar —Una rosa amarilla con bordes rojos puede simbolizar el comienzo de un enamoramiento.
Marinette quedó en blanco al procesar todo en su cerebro mientras Tikki se aguantaba la risa por haberlo predicho unos días antes, y los demás kwamis chillaban de emoción y algunos de lo cursi que era todo eso.
—Antes Chat Noir te traía rosas rosadas, ¿verdad? —preguntó su kwami con burla. —Hasta ese entonces eras su amiga.
Era.
—¿Q-Qué voy a hacer ahora? —preguntó, escuchando su corazón retumbar en sus oídos.
—En primer lugar...—el kwami del perro tomó la palabra al levitar a la altura de su rostro —¿Te aseguraste de que deje de quitarle el puesto a la florería?
—¡Este no es momento, Barkk!
🌹🌹🌹
La verdad, me divierto mucho escribiendo a los kwamis JAJSJAJSJ.
Digamos que aquí empiezan a dejar el nombre de amigos de lado, tienen la cabeza revuelta por un suceso que se narrará en días siguientes.
No hay mucho que decir, espero que se encuentren de maravilla y que les haya gustado este relato. ¡Nos leemos mañana con Baile! Los quiero muchito, besos✨✌🏻
🌹 Día 13, Florería: ¡Listo! ✅
—Bogaboo💕✨
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‹‹La suerte del Gato Negro›› // Reto Marichat 2021//
Random-Mi amor por ti es más grande que el universo, tan infinito como las estrellas del cielo, y tan puro como lo puede ser un ángel. Lograremos estar juntos, Princesa ♡ 《Reto de Mayo: Marichat 2021》