Cuéntame Un Cuento

Ella

—Estoy sola. No tengo a nadie.
Pensaba la chica que tenía a todos. Una buena relación con sus padres, buenos amigos que se preocupaban por ella, un novio con el que hablaba casi todos los días...

Entonces, ¿por que se sentía así? ¿Que más quería?

Ella sentía que no le importaba a nadie. Aunque sus padres le preguntaran cómo le iba el día, aunque sus amigos le pidieran salir a dar una vuelta, aunque su novio le dijera que la quería.

Ella no lo sentía. Y no sabía por qué. No quería preocupar a nadie, así que mantendría la puerta cerrada.
Para que nadie pudiera ver lo que pasaba por su mente. Una mente oscura y fría que lo único que quiere es sentirse querida.
Os diré por qué no puede sentirlo, por qué no se siente querida por nadie.

Porqué no se quiere a sí misma.

No le gusta nada de ella misma.
No le gusta su risa, por eso se tapa la boca cuando ríe.
No le gusta su cuerpo.
No le gustan sus manos ni sus rodillas.
Cree que sus piernas son demasiado grandes, que su cara demasiado redonda y que su barriga tendría que ser más plana. Por eso deja de comer durante un tiempo.

No le gusta la forma con la que le habla a los demás. Piensa que se agobiante, aburrida y pesada.
Piensa que tendría que tener más confianza en sí misma. No le gusta no tener la capacidad física para correr y no ahogarse.
No le gusta nada de ella, por ello, no puede imaginarse a alguien hacerlo.
No puede imaginarse alguien creyendo que ella es la persona con la que pasaría el resto de su vida.
No puede.
Pero no dejara que nadie lo sepa y seguirá haciendo como que es la persona más orgullosa y con más confianza de todos.

—Alguien sin autoestima.