Capítulo 4

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Omaha, Nebraska

Sam

Mientras asaltaba una pequeña tienda para obtener algo de dinero y alimentos, los mismos hombres que me estaban persiguiendo me toman por los hombros y me llevan a un callejón. Haciendo grandes esfuerzos para soltarme de su agarre me dieron un puñetazo en el estómago.

- ¿Qué quieren?

-El señor Maloley quiere verlo ésta tarde.

- No lo haré- dije mientras me acomodaba la sucia camiseta.

- Tiene una propuesta para usted.

- Dije que no lo haré ¿o eres muy idiota? - Uno de los gorilas de Maloley me tomó del cuello y me estampó contra la pared.

- Te esperará a las 8:00 PM, puntual. - Me dijo el otro gorila.

Me sueltan y me dejan tirado en el pequeño callejón sucio, creo que vi pasar a una rata por debajo de un contenedor de basura. La comida que había robado se encontraba arriba de un gran charco de no-sé-qué. Se podía oler el olor a podrido del lugar. Me siento y pego la cabeza contra el muro de ladrillo mientras cierro los ojos.

<<Mi vida es una mierda.>>

La única chica que beso después de siglos no corresponde a mis besos, aunque obviamente no lo iba a hacer. ¿Quién soy yo para que ella me besara como si estuviera enamorada de mí? Estúpidos cuentos de hadas. No tienen idea de lo cruel que es este mundo. Un mundo lleno de gente egoísta. Un mundo en el que el más rico gana y los pobres no tienen nada, como yo que tengo que estar robando porque no me aceptan en ningún trabajo, excepto Nathan Maloley. Menudo idiota aquél.

Reviso mis bolsillos y encuentro el dinero que he robado. Será mejor que tome el dinero y vaya a comprar al otro lado de la ciudad. Tal vez la vieja aquella corre el rumor que he tomado "prestado" dinero y alimentos, viejos chismosos. Pero no debería estar robando, debería estar en una universidad. Claro que aquello seria si el estúpido de Taylor no hubiera nacido. Creo que es la persona que más odio en el mundo, después de mí claro está eso.

Levantándome del suelo pienso en lo que mi vida se ha convertido desde que el cara de excremento ha llegado a mi vida para arruinarla.

Sea la propuesta que sea la de Nate podría tomarla. Mi vida continua sin ningún incentivo para hacer las cosas que siempre quise realizar. Y de todas formas iré a la cárcel.

<<Mi madre biológica debería haber usado un condón y evitar que exista>>

*** ***

Con las compras hechas entro a la mugre de departamento, si a esto se lo puede llamar así. Tiro la bolsa en algún lugar del piso vacío, no completamente, y me tiro encima del viejo colchón. La caída a éste se hace larga porque no está en una cama. Con un brazo sobre mis ojos y el otro en mi estómago, pienso sobre si ir donde me esperaría Maloley, mi vida no podría estar más jodida de lo que está. ¿Que me podría llegar a pasar si acepto la propuesta de Nathan?

*** ***

Con dos minutos de antelación estaba en el despacho de un viejo conocido. Nathan Maloley, mafioso por herencia. Entró en su despacho y se sentó en frente mío.

- Como creciste pequeño Sammy.

- No me llames así.

- ¿Por qué no, Sammy? - Dijo burlonamente mientras enfatizaba en "Sammy".

- ¿Por qué me has llamado?

-¿No puedo ver a un viejo amigo?

Nate y yo eramos amigos cuando teníamos quince años. Su padre me había dado un techo pero tenía que trabajar para él.

- Los amigos podrían llegar a ser una debilidad. Eso es lo que siempre me decía tu padre.

- A mi me decía que no se podía confiar en nadie. -Dijo con una sonrisa burlona. - Te llamé para terminar con un trabajo que era de mi padre.

- ¿Y en dónde entro yo en eso?

- Tu has participado en el, como en otros. Me gustaria terminar con algunas cosas que quedaron después de la muerte de mi padre. - Dijo completamente serio.

- Sigo sin entender lo que dices- le digo mientras me acomodo en la silla.

- Thompson. ¿Te suena? - Dice levantando una ceja, y estoy seguro de que mi cara se ha puesto blanca, más de lo que esta por la falta de cuidados.

Killer  |Sam Wilkinson AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora