Capítulo 26

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París, Francia
Camille.

Al fin era el horario en el que nos íbamos a encontrar con los demás en la tal dichosa cena. Para mi fueron horas interminables para que llegue el momento en el que iremos todos, Sam, Hayes, Nash, Cameron, Kate y, finalmente, yo.
Cameron ha reservado una mesa, supongo que bastante larga, en uno de los restaurantes más visitado por celebridades y/o gente rica. No me entusiasma mucho la idea de tener que aguantar la voz de Kate demostrando los perfecto que es su novio. Ojala la deje, no es por mala pero es una perra. Y el sentimiento de odio no se va a ir por el rumor, o "broma" como ella me había dicho, que inventó.
Junto con Sam salimos del departamento para encontrarnos con los demás en la recepción, o una especie de esta. El silencio se hace presente en el ascensor, ninguno dice nada. Hasta que decido romper el silencio.

-¿Hasta cuando tenemos que seguir con esta farsa de que somos "comprometidos"?
-No lo sé, dímelo tu. Tu has dicho eso. Yo solo hago lo que quieres que haga. - Dice sin expresión alguna.
-¿Y por qué lo haces? Digo, ya que tu no trabajas para mi. - Y no hay momento más oportuno que el ascensor se quede a mitad del camino.
-Tómatelo como que es algo que me debo a mi mismo.- Termina suspirando. Con traje y todo se apoya en una de las esquinas de pequeño espacio y se sienta en el suelo. - Ponte cómoda, seguro que tardaran en descubrir cual de los cinco ascensores se han parado. - Yo lo miro como si estuviera loco, pero ¿qué mejor manera de arruinar un regalo de Kate como sentarme en el sucio piso del elevador?
Me siento un poco alejada de él. Giro un poco la cabeza para verlo, está muy metido en ver un punto inexistente, su cara es neutra. Seguro debe estar pensando en algo. Sus ojos se ven hermosos, y sus labios apetecibles.

Últimamente me estoy llevando más con Sam, o algo así. Una que otra palabra nos decimos y se que no esta haciendo bien su trabajo de secuestrador pero yo no se lo diría. Tal vez sea una estrategia el tratarme así para que luego le diga que no es un buen secuestrador y después actuaria como uno, la policía lo descubriría y pondría la excusa de, "con mi comprometida estamos jugando al secuestrado, en un mes es la boda" con esa sonrisa que muy pocas veces la había visto.
Esa es una buena hipótesis.

-¿Qué está pasando? pregunto.
-Se ha quedado el ascensor... - empieza a decir con voz cansada.
-No me refiero a eso, - me quedo en silencio pensando si lo digo o no - ¿Alguna vez has secuestrado gente?
Él, con el ceño fruncido, se gira a verme.
-¿A qué viene la pregunta?
-Nada, solo era para saber si era tu primera víctima o no.
-En cuanto a secuestros, sí, eres la primera. Pero no mi primera víctima. - Hace una pausa para después continuar. - ¿Por qué la pregunta?
-No lo sé, curiosidad, supongo.
-Y tú, ¿por qué no te has ido aún?
-Supongo que - me quedo callada, ¿de verdad le diría que no me voy porque no tengo por quien luchar mi libertad?¿que no tengo a nadie que se preocupe por mí? ¿que me da lo mismo estar muerta?- no lo sé.

Y me a cobarde, no tendría porque saber el porque sigo aquí. No me animo a decirle la verdad.
No creo que tu secuestrador sepa que no tienes a hacia a la cual, por eje pro, pedir rescate o cosas de secuestradores.

A los veinte minutos de estar encerrados, el ascensor volvió a funcionar, nos reunimos con los demás y subimos a una especie de camioneta que tenia Cameron y fuimos al restaurante.
Al llegar a este nos atendió una señora a la que parecía molestarle a hacer su trabajo, además de que su cara parecía estar estirada, unos diez minutos pasaron para que dicha mujer encontrará el nombre de Cameron en las reservas. Un señor nos acompañó a nuestra mesa, la cual estaba cerca de un balcón que daba a la torre Eiffel.
La mesa era como yo sospechaba. Una hora hablando, mejor dicho escuchando a Kate hablando de su fiesta de los dulces 16 y De cuántos logros había tenido su novio.
La noche había sido larga al igual que la mentira que teníamos junto con Sam, como siempre actuamos como si fuéramos una pareja feliz que la verdad, hasta yo me la creía. Por un momento pensé si yo tendría un final así, lo que me parecía muy poco probable ya que de cierta forma. Y me sentí celosa de que Kate, ella tiene un novio verdadero y todo lo que tengo yo es una farsa. Todos se ven entretenidos en su charla pero me es inevitable pensar que en esta vida no tendré nada bueno ni nada que contar y nadie a la cual contar esta historia.

Es difícil pensar qué con Kate fuimos mejores amigas. Esa chica a la cual me traicionó diciendo lo que dijo sobre mí y mi familia.
Y acá terminé fingiendo ser alguien que no soy frente a estas personas que se muestran como en verdad son.

La veladas término junto a esta la actuación del día, al ir a la habitación veo como Sammy se va al sofá y lo miro de cierta forma me parece injusto que él siendo del secuestrador tenga que dormir en esta decoración de este departamento me le acerco y le digo las siguientes palabras:
- ¿Sabes? puedes ir a dormir a la cama si quieres.
-No es necesario estoy bien así, además no me apetece molestarte.
-No no harás, creeme. - Él parece dudarlo. - La cama es suficientemente grande para que duermas sin tocarme un pelo, si es eso lo que te molesta.
Él me da una pequeña sonrisa y camina hacia donde estoy, la puerta de la habitación.
-Gracias, ese sofá me incomoda bastante.

Al acostarnos, parecía que ninguno quería tocar al otro pero yo anhelaba dormir como lo habíamos hecho antes, abrazados. Necesito sentir que alguien me quiere, aunque sea solo en mi mente.
Y lo hizo. Se acercó a mi y me abrazó, yo estaba a espaldas de él, así que fue como la primera vez que dormimos juntos. Y me fue inevitable sentirme querida.

Killer  |Sam Wilkinson AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora