Capítulo 28

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París, Francia
Sam

Me despierto pero no abro los ojos, en cambio disfruto de unas caricias que se realizan en mi cara. Por la nariz, una ceja, una mejilla y uno de mis labios.

La última caricia es lenta, como si quisiera recordar mediante el tacto mis labios, y es obvio quien hace esas caricias. Seria raro si fuera Cameron, muy raro... Más que raro seria extraño para mi, tal vez para Kate no pero... Se nota mucho que batea para el otro lado ese chico.

Abro un ojo para asegurarme de que es Camille y ella cierra los ojos y saca su mano lo más rápido que puede. Una sonrisa se me escapa. Vuelvo a cerrar el ojo para volver a sentir esas caricias y estoy seguro de que sera así.

Dicho y hecho.

Lo que no me esperaba era un roce de labios. Me sorprendo por su acción. Eso si que no lo esperaba.

Escucho como suspira. Me gustaría estar en su mente para ver que es lo que esta pensando ahora mismo. Para poder saber por qué hizo ese pequeño gesto, para saber si ella esta tan confundida como yo, saber que piensa sobre esta situación. Si ella piensa si su vida fuera de otra forma me hubiera conocido.
Un dedo suyo delinea mi mandíbula, muy suave. Y es inevitable no soltar un suspiro.
Mi brazo está en su cintura y tiro de ella para que esté más cerca.

-Hazlo de vuelta. - Susurro, ella delinea mi mandíbula otra vez. - Lo otro. - Tomo su cintura con firmeza.
En ningún ningún momento volví a abir los ojos.
Un roce tímido es lo que obtengo. Paso mi brazo libre debajo de su cuello para tomar su nuca y empujarla hacia mi con mis dos brazos.
Ella queda totalmente pegada a mi anatomía, y yo le devuelvo el roce. Luego apoyo mis labios sobre los suyos para comenzar a moverlos.

Se que esto esta mal. Se que tengo que maltratarla, abusar de ella o hacer daños psicológicos pero me es imposible si me mira de aquella manera, si me toca de la manera que lo hace, si me besa como me esta besando ahora mismo, lento, pausado, disfrutando cada segundo, al igual que yo.
Con poco esfuerzo me pongo enzima suyo, intensificando el beso.
Nunca en mi vida llegue tan lejos con una mujer.
-Camille, - digo entre besos, ella me responde con un ruido que proviene de su garganta- ¿qué me estas haciendo?

Ella no responde, por supuesto. Hace el esfuerzo de poder estar encima mio y se lo permito.
Camille se sienta sobre mi y yo me levanto para quedarme sentado sobre la cama. Tomo su cara de vuelta para volver a besarla pero tiene otros planes. Va directo a mi cuello, donde deja pequeños besos.
No puedo negar que no me gusta, pero me siento nervioso sobre esto.

-No creo que - digo entre suspiros pero ella me calla.

-Me haz dicho que nunca habías hecho esto ¿no es así? - Dice en susurros. Yo tomo su cintura y con timidez, levanto un poco su remera, solo un poco, lo suficiente para tocar su piel mientras asiento en respuesta a su pregunta.

Con un movimiento brusco, Camille se saca la remera, quedando desnuda de la cintura para arriba. Trato de verla a la cara, mi nerviosismo se notaba hasta China.
Ella suelta una pequeña risa y me besa tiernamente. Posa sus manos en mi pecho desnudo, si recuerdo que tenia una camiseta no tengo idea si me la saque para dormir o ella me la sacó en algún momento, tirando de mi hacia atrás, quedando yo acostado y ella sobre mí, con sus besos que hipnotizan.

Se puede decir que esta fue una de las mejores mañanas que tuve en mi vida y me alegra de que fue junto a Camille.
Y esto pudo haber aclarado un poco mis ideas.

Que digo, se que estoy enamorándome de a poco de Camille, de alguien que maté a toda su familia, de alguien a quien se supone que tengo secuestrada, de alguien que supuestamente debería estar maltratada.

Pero no es así.

Nate tendría que haberse dado cuenta de que solo yo puedo estar enamorándome de mi misión.

Killer  |Sam Wilkinson AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora