Enamorada del inframundo

Capítulo 1 "Último año"

Como cualquier mañana Dulce se levantó para ir a la universidad, estaba muy cansada. Era muy exigente consigo misma y se quedaba hasta altas horas en la noche estudiando para los exámenes.
Dulce tenía un carácter fuerte, a veces resultaba un poco borde, pero con la gente a la que quería solía comportarse bien. Aunque en su caso fuese solo con sus dos amigos, Nathan y Verónica.

Bastian, el hermano de Dulce. Era el típico chico popular de la uni, del cual todos querían ser amigos y todas iban locas detrás de él. En verdad era bastante atractivo, pero todo lo que tenía de atractivo lo tenía de tonto. Aunque nadie puede explicarse porque es así y luego saca sobresalientes en todas las materias. Nadie lo entiende, porque jamás le han visto coger un libro y ponerse a estudiar. Es todo un misterio este chico.
En el fútbol si que es bueno y aunque no siempre ha destacado en el deporte, desde hace unos años si que empezó a jugar mejor y hacerse notar en los partidos. Tanto que ha conseguido ser el capitán del equipo.

Tenía buena vida. Todo le iba bien, amor, hobbies, estudios, todo. Casi todo lo contrario a Dulce. Ella los estudios los llevaba bien. Pero se pasaba horas y horas estudiando y leyendo libros. ¿Hobbies? Le gustaba leer y para eso no hace falta ser bueno, ni destacar en nada. Y sobre el amor... Mejor no hablamos sobre ese tema. Su última relación fue ¿en la escuela primaria? Si, cuando tienes ocho años y le dices a tus padres que te gusta fulanito y que es tu novio. Pues eso. Nada bien.

Pasaron el día en la universidad como cualquier otro. Como siempre, la misma rutina, la misma monotonía. Todos hablaron de lo mismo durante todo el día. El cumpleaños de Bastian. Era dentro de tres días y había preparado una fiesta el fin de semana en casa, aprovechando que sus padres no estarían, a la que acudirían un montón de personas. A Dulce no le gustaban mucho aquellas fiestas. Siempre era lo mismo. Alcohol, música y mucha gente alcoholizada dando el espectáculo.

Dulce llegó a casa, se duchó, se puso su pijama y para no variar saco sus libros para preparar los próximos exámenes.
Pasaron las horas y se hizo de noche. Su hermano llegó provocando bastante ruido a su paso. Ya estaba ebrio otra vez. Se encerró en su habitación y todo volvió a ser silencioso. Dulce bajó a la cocina a prepararse un café doble, necesitaba mantenerse despierta para poder terminar sus trabajos. Jamás entendió como Bastian podía sacar mejores notas que ella sin esforzarse lo más mínimo. Eso a ella le frustraba muchísimo.

Cuando volvió a su habitación. Paso cerca de la habitación de Bastian en la cual escucho a su hermano hablar con alguien. Imaginó que estaría hablando con alguien por teléfono. Su sorpresa fue cuando escucho la voz de la otra persona, era una voz grave y fuerte, como la de un hombre.
Sin poder evitarlo, como si algo dentro de ella se apoderará de su mente, se acercó más e intentó escuchar aquella conversación. Su hermano suplicaba clemencia a aquella persona, mientras aquel hombre reia... Temiendo por su hermano, entró a la habitación hecha una furia con la intención de poner fin a aquella discusión.

Cuando entró sus ojos no podían creer lo que veían. Una figura oscura y tenebrosa, levitaba en frente de su hermano. Este, arrodillado, suplicaba su perdón. No entendía nada de lo que estaba pasando.

- ¿Ba-Bastian-n? - pronunció ella.

Al escuchar sus palabras, aquella figura se dio media vuelta y sus miradas se cruzaron. Sintió un pinchazo en su corazón tan fuerte que se llevó la mano a este. Sentía como le faltaba el aire al respirar. Como su mundo se oscurecía. Se volvía todo negro, poco a poco.

***
"Se despertó, estaba en una especie de habitación muy lujosa pero a su vez oscura. Todo era de color negro con algunas cosas en blanco y otras en un rojo burdeos. Salió de aquella habitación y camino por un largo pasillo. Escuchó pasos por detrás de ella. El pánico se apoderó de su cuerpo. Se quedó paralizada. Bloqueada. No podía mover ni un solo músculo. Presa del miedo, sus lágrimas comenzaron a brotar. No sabía que lugar era ese. Una mano fría como el tempano tocó su hombro a la vez que escuchaba su nombre a través de aquella voz grave que había escuchado ya antes."

Habían pasado un par de horas cuando Dulce abrió los ojos. Estaba en la habitación de Bastian. Todo había sido un sueño. Un mal sueño.

Bastian caminaba de un lado a otro, muy nervioso. Con las manos en la cabeza. Hablando para si mismo. Balbuceaba algo pero Dulce no conseguía entender que decía. Están aturdida todavía...

- ¿Du-Dulce? - preguntó Bastian mirando a su hermana - ¡Estás viva! ¿Estás bien, te duele algo?

- Si, tranquilo, estoy bien aunque estoy confundida... - hizo una pausa antes de continuar - No se lo que ha sido real y lo que ha sido un sueño...

- ¿Que recuerdas?

- Recuerdo haber entrado en tu habitación porque escuche una voz extraña dentro y te escuché suplicar su perdón... No quería verte así, así que entre para ayudarte y lo último que recuerdo fue ver a una sombra oscura que me miraba fijamente a los ojos. Su mirada era imponente, eran unos ojos negros como el carbón, tanto que no se veía la existencia de pupila por ninguna parte... Fue todo muy extraño, me dio la sensación de estar en un sueño...

- No fue un sueño Dulce. - lamento Bastian - Fue todo real. Ese hombre...

- ¿Hombre? ¿En serio esa figura oscura y levitando dices que es un hombre? Vamos no me jodas Bastian. Deja de tomarme el pelo.

- No te estoy tomando el pelo, el puede adoptar la forma que quiera. En realidad puede hacer lo que quiera. Cumplir los deseos más imposibles de las personas, pero todo tiene un precio... - continuó.

- ¿Me quieres decir que es una especie de brujo o algo así?

- No, no es un brujo Dulce. - hizo un pausa para continuar - El se hace llamar Lucifer.

- ¿Perdona? ¿Lucifer? ¿El demonio?

- Si, el mismo.

***