Capítulo 11 "Confesión"

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Narra Dulce
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Durante el camino ninguno de los dos dijo nada. La tensión podía cortarse con tijeras. Ahora era yo la que quería hablar con el. Necesitaba respuestas. Pero creo que el no estaba de buen humor. Sus ojos seguían rojos, la expresión en su rostro era horrible. Estaba muy enfadado.

No entiendo por qué. Yo le daba igual. Mi vida le daba igual. ¿Porque le molestaba lo que pudiese pasar después? ¿De verdad no sabía todo eso que había dicho el señor Volga? O simplemente me lo ocultó... Aunque de la manera que se ha puesto, creo que el desconocía ese dato al igual que yo.

Estaba súper mareada. Con muchísimas ganas de vomitar. Necesitaba llegar ya a casa con urgencia ya que si no iba a liar una muy gorda en este lujoso coche.

Llegamos a casa. Entramos sin hablarnos. Me quedé parada en la entrada de casa. Lucifer beso mi frente, era la primera vez que lo hacía y me sentí protegida. Se fue a su despacho y me dirigí a mi habitación.

Necesitaba una ducha, estaba muy mareada. Aún con todo lo que había pasado, no había bajado ese vino que se me subió a la cabeza. No podría decir que estoy ebria, pero si que estaba bastante perjudicada.

Entre en el servicio y me desnudé

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Entre en el servicio y me desnudé. Dejé correr el agua de la bañera y me sumergí en ella. El agua estaba caliente. Era muy agradable. Me tumbé larga en ella con la cabeza sobresaliendo sobre el borde. Me estaba quedando dormida. Estaba muy cansada, había sido un día muy largo.

Cuando abrí mis ojos. Lucifer estaba ahí, sentado sobre el borde. Mirándome. Llevaba un vaso de whisky en la mano. Me sonreía. Ers muy guapo. Su rostro estaba iluminado por la luz de las velas. Su sonrisa era perfecta, su barba, sus ojos... Todo en el era perfecto.

- Lo siento Dulce. No te escuché y entre pensando que había pasado algo. - Se levantó para marcharse.

- No te preocupes, puedes quedarte.

- ¿Y no te importa que te vea desnuda?

- No me verás, la espuma cubre mi cuerpo y cuando vaya a salir te darás media vuelta. Ademas si querías verme ya lo podrías haber hecho mientras cerraba los ojos.

- De acuerdo. - sonrió - Podría haberlo hecho, pero no lo he hecho señorita. No soy esa clase de demonio.

Se remangó la camisa y cogió la esponja. Me miró y con la mirada le di permiso para que me enjabonase. Era el hombre más sexy del mundo. Y del inframundo también te lo aseguro.

- ¿Y qué clase de demonio eres pues Lucifer? - Me apoyé sobre el borde de la bañera bocabajo, mi espalda y mi trasero sobresalían por encima del agua y la espuma. No me quitaba la vista de encima. Lo vi tragar saliva.

Pasaba suavemente la esponja por mi espalda. Dejando caer el agua sobre ella. Estaba fría y erizaba mi piel. Seguía pasando la esponja por mis hombros, mi cuello, la zona baja de mi espalda. Dejaba caer agua sobre mi trasero. No sé si era el vino o la situación, pero a pesar del agua que estaba enfriandose, me estaba entrando calor en mi cuerpo. Mi espalda se arqueaba con el toque de cada gota sobre mi piel.

Enamorada del inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora