AMOR

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POV PANSY.

¿Madre? ¿qué quería decir con eso? la Slytherin podía notar la mirada de Hermione escudriñando su cara. ¿Había perdido el juicio? ¿el miedo le había nublado la mente, y había dicho eso para salir del paso?

-Tres, no se que quieres decir, pero estás muy confundida...-

-Salgamos de aquí, vayamos a la mansión, puede que estén alertando al resto- Propuso Draco interrumpiendo a la morena, todavía muy asombrado por los nuevos acontecimientos. Pansy pensó que era lo más sensato, ya que todavía seguían en peligro y desarmados. El muchacho corrió a por la varita de la morena, y se dirigieron todos a lo que habían denominado como nuevo hogar.

POV HERMIONE.

Hermione no soltaba la mano de su novia. Seguía bastante aterrada, tenía los músculos agarrotados y las piernas como un flan, todavía podía sentir el cuerpo vibrar ante el susto de perder de nuevo a su chica. Lo que había manifestado la pequeña le había dejado fuera de juego ¿Cómo que Pansy tenía una hija? ¿desde cuándo?, ¿eso quería decir que le había puesto los cuernos?, por más que intentaba analizar a Pansy con la mirada buscando alguna señal que le dijera cómo se sentía, más hermética se volvía, no encontraba nada. ¡Por Merlin!, por qué era todo tan complicado. La pequeña, seguía de la mano de la leona, que a su vez observaba distraída el paisaje, como sí nada de lo que hubiera ocurrido hace unos instantes tuviera que ver con su presencia. En un silencio incomodo, llegaron a la mansión y se alojaron de nuevo en el salón de la casa. La señora Parkinson, mucho más revitalizada, yacía sentada en el sofá con Terry tomando una taza de té. ¿de dónde rayos había conseguido una taza?.

-Pansy- Gritó Terry aliviado al verla. La pequeña debilidad de la serpiente, se levantó raudo del sofá, y se abalanzó con fuerza sobre la morena, enroscándose como un koala en su cintura.

-Ahora no, enano- Contestó la serpiente impasible. Terry confundido, se separó lentamente de la Slytherin, y busco a la Gryffindor con la mirada inquiriendo una explicación por su raro comportamiento. La leona, con una sonrisa poco convincente, le quitó importancia con la mano para no preocupar más al pequeño.

-Madre, ¿Cómo te encuentras?- Preguntó la morena preocupada, al ver a la mujer ya yacía erguida en el sofá. La señora Parkinson observó a su hija, y dejó durante un momento la humeante taza de té, que sostenía entre sus largos dedos.

-Cuando pensabas contarme lo de tu padre Pansy.- Protestó decepcionada.

-Chicos, será mejor que...- La señora Parkinson interrumpió de nuevo a su hija, esta vez mucho más contundente.

-De aquí no se va nadie, total si ya lo saben todos, Pansy, ¡me he tenido que enterar por este niño!, ¡Cómo crees que me he sentido!, ¿eh? ¿Te haces una idea de lo estúpida que me siento? ¡Eres una cobarde! el hombre al que amaba, y he amado ,me ha dejado... ¡Para siempre! ¡lo han matado como a una rata!- Sollozó.

Pansy lanzó una mirada asesina al pequeño Terry, que esté a su vez, que no sabía dónde meterse, se puso blanco como el papel, y se acercó a Hermione buscando la protección que tanto ansiaba. La Gryffindor, en vez de rechazarlo, o regañarlo por su metedura de pata, lo acercó con su brazo libre, hacia su cintura, mientras le acariciaba el pelo en un intento de tranquilizarlo.

-Lo siento, fue sin querer, se me ha escapao.- Dijo en un susurro, mas para él, que para el resto.

-Madre, lo siento mucho, quería contártelo, pero no vi el momento, cuando llegaste estabas muy débil, temía que si te lo contaba, no salieras viva... tu has perdido a tu marido, yo he perdido también a un padre... Su muerte no fue en vano mamá, él nos protegió para que pudiéramos escapar.- Le explicó en el mismo estado de amargura en el que se encontraba su madre.

ESTIRÉ LA CUERDA. PANSMIONE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora