A VECES, ME GUSTARIA SER MAS VALIENTE

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POV HERMIONE.

Sábado, ocho de la mañana. El sol comenzaba a entrar por el cristal de la ventana, calentando levemente la habitación y dándole de lleno en la cara haciéndola despertar. La Gryffindor estaba tumbada en su cama, mirando al techo de su sala común. Por Merlín, ¿porque no podía dormir más los días que no tenían clases?, se giró de lado, para observar a su amiga Ginny que seguía dormida como un tronco, decidiéndose al final a levantarse para cambiarse de ropa. Los findes de semana, no era necesario que llevara el uniforme del colegio.

Se puso un vaquero, su sudadera favorita azul y bajó al gran comedor a desayunar. El incidente de ayer con Parkinson no le dejaba descansar. ¿De verdad Hermione se había atrevido a llamarla por su nombre? cómo no se iba a atrever, la Slytherin había usado un hechizo para curarla, no se había burlado de ella, o le había echado un maleficio. Entre pensamientos a cada cual más disparatados del porqué el cambio de actitud de la chica, desayuno prácticamente con el salón vacío. Observó en el centro de la mesa de los profesores, a Mcgonagall con una taza de té, que le hizo un gesto de saludo con la cabeza. Al menos no estaba enfadada, no tanto como ayer, pensó la castaña aliviada.

Comenzó a deleitarse con tritones de jengibre y pastel de calabaza. Dios, la comida del colegio era tan rica, entendía perfectamente a Ron cuando se ponía las botas y apuraba con todo lo que podía, estaba francamente deliciosa.

Iba a dar por finalizado su improvisado desayuno cuando la Slytherin se sentó enfrente suyo. En el banco de Gryffindor, en el espacio de su casa. ¿a qué estaba jugando, porque no iba con Flint o sus amigos?

Hermione se percató de que varios alumnos de Slytherin las observaban sorprendidos, por la acción de la morena.

-Hola- Susurro Hermione tímida.

-¿Que tal sangre sucia?- Le contestó burlona. Hermione puso mala cara y automáticamente no pudo evitar ponerse rígida.

-Eres una idiota...pierdete Parkinson, déjame en paz, a que has venido, a reírte de mi con tus amigos los inteligentes?- le pregunto haciéndole un gesto a los amigos de la Slytherin que se reían mirándola.

Pansy se quedó muda, y ¡oh demonios!, ¿ eso era Pansy sonrojándose? no podía ser verdad.

-No.. no, esto, quería darte las gracias... por haberme cubierto con miss simpatía ayer- Contesto avergonzada.

Hermione, se quedó paralizada, y asintió con la cabeza mientras esbozaba una tímida sonrisa.

-De nada, tú me curaste- Contestó llanamente.

Pansy miró hacia el suelo, estaba siendo una situación bastante incomoda, y su "compañera" no se movía del sitio.

-Bueno... será mejor que me vaya, he quedado con mis amigos para ir a Hogsmeade, ya sabes, hoy sábado, las tres escobas estará lleno y queríamos estar pronto, para bueno ya sabes.-

La verborrea de Hermione dándole unas explicaciones que no había pedido la morena, le hizo reír a la serpiente.

-Respira Granger, o te vas a ahogar.- Dijo maliciosa.

-Eres idiota- Sonrío.

Otra vez ¿porque demonios sonreía?, ¿estaba intentando ser simpática? ¿con Parkinson?

-Gracias, se hace lo que se puede- contestó divertida la otra.

Hermione, incómoda por los pensamientos que no hacían mas que arremeter en su cabeza, se levantó como un resorte, y miró por instinto a su profesora favorita, que tenía una cara indescifrable, sorprendida por tal escena de ver a las dos chicas dialogar, y no matándose.

Salió del Gran Comedor a trompicones decidida a despertar a su amiga y beber una cerveza con mantequilla para calmar sus nervios cuando de nuevo una voz le detuvo.

-Hombre Granger a tí te quería ver- Le espetó Draco cortándole el paso.

-¿Que pasa Malfoy? no tengo tiempo para discutir.- Le contestó a la defensiva. No tenía ningún miedo, pero podía ser bastante cruel si Draco se lo proponia.

-Dile a tu amiguito San Potter que ande con cuidado esta tarde... No se me olvida lo que hizo el finde pasado..-

Hermione puso una cara extraña. No sabía a que se refería Draco, y a decir verdad lo que se llevaran entre su amigo y el le daba bastante igual.

-Y por que no se lo dices tú y a mi me dejas en paz- contestó hosca.

-No te atrevas a hablarme así asquerosa sangre sucia.-

Hermione iba a replicar pero Pansy apareció cómo por arte de magia saliendo del gran comedor, y yendo directa hacia ellos.

-Draco, ya basta, te están esperando para desayunar- Le ordenó la morena con voz firme. Draco pareció vacilar, observó cómo le echó una mirada amenazante a la Slytherin y desapareció por la puerta.

-No dejas de meterte en problemas Granger- sonrió Pansy en un intento torpe de calmarla.

-Créeme, muchas veces me gustaría ser más valiente y devolverle todos sus ataques con su propia medicina.- Le contestó casi en un susurro.

-Pero entonces no serías tú..-

¿a que había venido eso?

Otra vez de nuevo volvió a sentir esa sensación, su estómago revuelto cómo si estuviera en un parque de atracciones muggle y tuviera constantemente esa emoción de vértigo antes de lanzarse al vacío.

-Gracias, otra vez..- Dijo con sinceridad. Pansy le miró a los ojos fijamente, y le quitó importancia con la mano desapareciendo del vestíbulo.

Hermione, desconcertada por las nuevas emociones vividas fue en busca por fin de su amiga Ginny para ir al pueblo, necesitaba hablar del tema y que alguien le dijera que es lo que estaba pasando... y qué mejor que su amiga y una cerveza de mantequilla de por medio.

ESTIRÉ LA CUERDA. PANSMIONE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora