ACTO DE AMOR.

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POV HERMIONE.

Hermione seguía en la misma postura desde que habían abandonado la mansión de los Malfoy; cuando de repente la leona notó que sus pies tocaron tierra firme, abrió los ojos lentamente, y miró confundida a su alrededor. Pansy, lo había logrado. Habían llegado a la mansión de la Slytherin. ¡Rayos, estaban vivas! Estaban vivas, ¡Por Merlín!, ¡Estaban vivas!.

-Pans, Pansy, ¡Estamos vivas mi amor!- Susurró todavía sin podérselo creer. Hermione, intentó separarse levemente para comprobar el estado de su novia, pero la morena no le dejó, tenía otros planes ya que la retuvo más contra ella cuando averiguó las intenciones de la castaña. La Gryffindor notó cómo el cuerpo de la Slytherin temblaba cómo una hoja, y se enroscaba más en su cuello sollozando. Hermione, con toda la devoción y el cariño del mundo que podía procesar, la envolvió de nuevo en sus brazos, dejándole todo el tiempo que necesitara para serenarse.

La castaña era consciente del acto de amor tan grande que había realizado su chica. La había elegido por encima de cualquier cosa, incluso de nuevo por encima de su familia, había dado vuelta atrás en el tiempo para salvarla, le había protegido con su cuerpo cuando atravesaron el cristal y a pesar de lo traumante que había sido para ambas ver al señor Parkinson morir por salvarles la vida, había vuelto a elegirla a ella.Las saetas del reloj corrían en su contra,  y ella seguía abrazándola con fuerza, haciéndole saber que no se iba a marchar de su lado, no tenía ninguna prisa. Iba a propiciarle toda la calma que pudiera entregarle. 

Después de que pasaran unos minutos logró su cometido y el cuerpo de la Slytherin dejó de temblar, la leona aprovechó esa bajada de guardia por parte de la serpiente, para colocar sus finas manos en las pálidas mejillas de la chica.

-Mi amor..- Hermione no sabía muy bien cómo empezar o qué decir para reconfortarla, ya que dijera lo que dijera, sería insuficiente.

-Hermione... no digas nada, no me arrepiento de la decisión que tomé, mi padre nos salvó la vida y...- La voz de la Slytherin se resquebrajó de nuevo- Es lo que tenía que suceder,- Volvía a repetir.

POV PANSY.

Vacía, rota, y gris... así se sentía la Slytherin en esos mismos instantes. Había verdad en sus palabras, era consciente que por la vida de Hermione, volvería a repetir cada uno de sus pasos y decisiones con tal de tenerla junto a ella, pero lo de su padre... ¿Qué le iba a decirle a su madre cuando la viera?. Tenía el pecho encogido, y le costaba respirar con dificultad. Necesitaba aclarar sus ideas, necesitaba espacio, y desgraciadamente era algo que con la Gryffindor a su lado, no podía hacer.

-Hermione, ¿por qué no vas a explorar un poco la casa?, igual encuentras algo interesante en ella- Le propuso de manera delicada. Pansy, percibió como la cara de Hermione se volvía rígida cómo una tabla por la proposición de la morena y cómo acto seguido la castaña le volvía a agarrar las manos con fuerza.

-¿Esa es tu manera sutil, de decirme que necesitas espacio?- Le preguntó la leona de manera sana. La Slytherin elevó las comisuras de los labios levemente en un amago de sonrisa, y se inclinó para besar su preciosa frente. Su bruja, que inteligente que era, tenía toda la empatía emocional del mundo, y aun con la situación en la que se encontraban ambas, seguía sabiendola leer. Hermione no era de este planeta y no podía tener más suerte de tenerla a su lado.

La Gryffindor, tomó su pregunta y su beso cómo una afirmación y subió escaleras arriba para explorar la casa y dejar a la Slytherin el espacio que necesitaba.

Pansy aprovechó para retirar todas las telas de protección que cubrían los muebles del salón y abrió las ventanas para ventilar y airear la estancia. Se atrincherarían en el salón e intentarían descansar un poco ,no pensaba subir con Hermione al piso de arriba a descansar, de pequeña siempre le había dado mal rollo esas habitaciones tan grandes con esos ventanales tan siniestros. A ver, pensemos manifestó la morena en voz alta. ¿que iban a necesitar? agua, comida, mantas, ¡Rayos! ¿cómo había podido ser tan inutil, y no había caído en eso? ¿de que iban a alimentarse? ¿de piñas de los árboles?. Hermione se va a pensar que soy una fracasada, pensó la serpiente frustrada.

Desilusionada, fue a la chimenea del salón y sacó su varita apuntando a su interior.

-INCENDIO- Bramó. Al momento unas llamas de fuego empezaron a consumir la leña seca que todavía se almacenaba en el interior de la chimenea. Bueno, para empezar no está mal, pensó un poco más animada.

POV HERMIONE.

Hermione, había recorrido maravillada la mansión de los Parkinson. Tenía que reconocer que tenían un gusto exquisito. Sin poder evitarlo sonrío al pensar en una pequeña Pansy, correteando por esos mismos pasillos. ¿sería traviesa? o al igual que Hermione , una niña obediente. No, seguramente sería lo primero, pensó entre risas. Gracias a Merlín, el ambiente en la mansión se relajó, después de que Pansy le confesara avergonzada que no sabía de que se iban a alimentar en esos días, y Hermione realizara un hechizo de aparición de comida. No había sido un gran banquete, pero si lo suficiente para poder hidratarse y recuperar las fuerzas que habían perdido en casa de los Malfoy. Ambas chicas se encontraban recostadas en el sofá una encima de la otra en un agradable silencio. 

Según Pansy, era necesario que estuvieran en esa posición para conservar el calor, ya que la lumbre de la chimenea no calentaba lo suficiente para toda la estancia, y no llegaba el calor a todos los rincones, pero según la gryffindor, en fin, tenía otra teoría, que no podía argumentar en voz alta, ya que la vergüenza y el orgullo de la slytherin, nunca se lo permitiría. Entre mimos y arrumacos, se adentró la noche, sin que ninguna de las chicas se dieran cuenta. Estaban ambas durmiendo en un agradable silencio, cuando un grito del exterior las despertó, poniendo a la castaña en alerta.

-Pans.. ¿Has oído eso?- Preguntó la Gryffindor con temor.

-Tranquila, será algún animal... Estamos prácticamente en la naturaleza, por las noches al no haber ningún ruido, escuchamos más sonidos- Intentó razonar la morena. Hermione la miró, y observó que estaba intranquila, ya que tenía la mano en el bolsillo donde tenía guardada su varita. Otro alarido, provocó que la castaña se pusiera rápidamente de pie.

-Pans, tu padre cuando te explicó sobre la protección de la casa... te dijo que solo podías entrar tu y quien tu quisieras no?-

-Exacto, no tengas miedo cariño, si fuera un mortifago la casa quedaría invisible para ellos...-

-Si, pero ¿y si es alguien que tiene permitida la entrada?- Murmuró al escuchar otro ruido proveniente de la noche.

La Slytherin se quedó pensativa durante unos segundos, y la cara de horror que transmitió su novia, le heló la sangre. El cerebro de Hermione comenzó a pensar a gran velocidad. Las piezas del puzzle empezaban a encajar. ¿Y si era...?

-Madre- Gritó desesperada la morena. La castaña casi no tuvo tiempo en correr detrás de ella, ya que la Slytherin corrió a toda prisa a la puerta principal. Cuando abrió la puerta, la sorpresa fué para ambas.

La escena era dantesca. La señora Parkinson yacía tumbada en el suelo con el pelo revuelto y gravemente herida. Se encontraba en un estado muy deplorable. Ambas chicas actuaron rápido, y corrieron a socorrerla.

-Mamá, mamá, ¿Qué te ha pasado?.- Le preguntaba la morena a su madre una y otra vez.-Ayúdame a meterla dentro, tenemos que ayudarla- 

ESTIRÉ LA CUERDA. PANSMIONE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora