DISCIPLINA Y CASTIGO

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POV PANSY

El día estaba siendo horrible, y no parecía mejorar, primero dos horas de pociones, otras dos de encantamientos, y ahora para terminar la tarde tenía clases de repaso de transformaciones. Gárgolas galopantes, ¿la querían matar de aburrimiento?, el sol se estaba empezando a esconder y tenía la impresión de que no había aprovechado nada el día y para rematar tenía clase con la profesora que más odiaba, Mcgonagall. Con un suspiro de hastío, abrió la puerta con valor, y entro dentro del aula.

-Llega usted tarde señorita Parkinson, póngase al lado de Granger a ver si se le pega algo y consigue en mi clase hacer algo más que no sea la risa.- Le ordeno la profesora nada más llegar.

Pansy resignada, y con cierto desagrado se sentó al lado de la Gryffindor, que tomaba apuntes concentrada. La serpiente, miro de reojo los apuntes y se le escapó una sonrisa socarrona.

-Tan empollona no serás cuando estás perdiendo tiempo igual que yo en clases de repaso, Granger.- Le provocó Pansy en un susurro para que no le escuchara la profesora.

-Vaya, ¿vas a hablarme ahora?, pensaba que solo eras capaz de entablar conversación y amenazar a niños pequeños.- Le devolvió la castaña con un semblante serio. Pansy estaba que echaba humo, parecía una locomotora. Volvió a observar a Granger malhumorada, y sin decirle nada, volcó a propósito el bote de tinta manchándole todo el pergamino.

-¡AH, PARKINSON!, eres estúpida como un troll me has manchado el pergamino con todos los apuntes- Grito la Gryffindor levantándose de golpe del asiento.

-Vaya Granger, lo siento mucho, que torpeza la mía...- Sonrió Pansy con picardía. Mcgonagall, que escuchó el bullicio de las dos chicas, se acomodó las gafas, y con voz firme exigió explicaciones.

-Profesora, Parkinson me ha tirado el bote de tinta encima a propósito.- la morena al escuchar su acusación puso los ojos en blanco.

-Oh Granger, que tienes ¿tres años?, puedes hacerlo mejor.- Le exigió divertida.

Para Pansy las discusiones o problemas que tenía en clase con los profesores era algo de su día a día pero para la castaña, era todo un mundo, por un momento se apiado de ella pensando que se iba a echar a llorar ahí mismo y la dejaría en ridículo.

-Granger, usted está en mis clases para apoyar a los alumnos, no para interrumpir en mis explicaciones.- Dictaminó la profesora con severidad.

Pansy se quedo a cuadros, ¿cómo podía ser tan estúpida, y pensar que Granger estaba ahí para repasar?, estaba claro que la castaña era una chica inteligente. Parkinson no pudo evitar reírse por lo bajo, que tonta que era, perder su tiempo por ayudar a los demás pudiendo estar en el gran comedor poniéndose las botas con pasteles de cereza o zumo de calabaza.

-Parkinson, clase a la que viene, clase que destroza..- Pansy iba a interrumpir para pedir disculpas, pero Mcgonagall la detuvo.

-Se acabó la clase por hoy, denle las gracias a vuestras dos compañeras... Granger, Parkinson, van a limpiar la clase de arriba abajo, sin varita, es todo.- Ordeno visiblemente enfadada.

Los compañeros restantes que estaban en clase, le miraron mal por haber provocado que la clase terminara y no poder aprender para los exámenes que venían. En cuestión de minutos la clase se quedo vacía, y se quedaron las dos chicas solas.

-Eres horrible Parkinson, por tu culpa seguro que me echan de esta clase, se supone que estaba para ayudar, y tú lo has destrozado todo...- Le dijo Hermione visiblemente enfadada.

-Eh, eh cálmate, te acabo de hacer un favor ya me lo agradecerás..-

La Slytherin se sentó en uno de los pupitres de madera, y observó a la chica, que estaba limpiando la mesa de la profesora con un trapo limpio que les habia dejado.

-¿No piensas ayudarme?- Inquirió la castaña mientras frotaba con fuerza la mesa de un asqueroso liquido azul.

-Lo siento, eso lo hacen los elfos y los sangre sucia, no es mi estilo.- Provocó. Hermione, ya harta, agarró una de las sillas de madera que estaban al lado de la mesa y la tiró con fuerza al suelo. Parkinson se quedo estupefacta, con los ojos muy abiertos, viendo a la chica que nunca había roto un plato fuera de sus casillas.

-Relajate, Granger.-

-¡Que no me digas que me relaje! eres, eres... eres imposible, sacas lo peor de mí, no te aguanto- Grito la Gryffindor fuera de sí.

-Estas sangrando.- Susurro la morena.

-¿Qué?- Hermione se quedo descolocada, ante el cambio de conversación. Miro su mano sorprendida, tenía el dorso de la mano con un pequeño corte. Alguna astilla rebelde de la silla, le había cortado y no se había dado ni cuenta.

- No te preocup- No pudo terminar la frase.

-EPISKEY- Pansy hizo un ligero movimiento de varita, y le curo el corte. Hermione se miro la mano sorprendida y se sonrojo.

-Gracias.-

-Era para que dejaras de llorar, Granger- Contesto fria.

-Pero de nada..- Susurro molesta. Hermione sonrió, iba a replicarle con algo pero la puerta se abrió de golpe.

-Se puede saber que hacen ustedes dos, que es esto una fiesta de leprechaun, y no me he enterado- Rugió Mcgonagall.

Hermione, se sonrojo levemente, mientras que Parkinson se rio ante tal comparación de la profesora.

-Es culpa mía, se me cayó una de las sillas y me corté... Pansy me curo y ...-

-Espera espera, yo no hice nada de eso yo..- Contesto avergonzada.

-Ya vale las dos, se van cada una a su sala común, no quiero oir nada. Desfilando.- Ordeno la profesora.

Pansy comenzó a andar con Granger pisándole los talones.

-Hasta mañana, empollona-

-Hasta mañana Pansy.-

La morena se quedo paralizada. ¿Pansy?, le había llamado por su nombre, ¿como se atrevía?, no eran amigas... aunque en el fondo sabia que no le molestaba tanto, quien sabe, quizá podían empezar a llevarse bien, sacar de quicio a la leona se había convertido en uno de sus hobbies favoritos.

ESTIRÉ LA CUERDA. PANSMIONE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora