POR NUESTRA FAMILIA

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POV PANSY

Un ruido ensordecedor, anunciaba la rotura de la barrera de protección. Pansy tembló como una hoja, pero no se movió de su posición, firme con su varita mirando al frente.

-Tranquila chica, mente fría, que no noten que tienes miedo- es algo primordial- Le aconsejó la directora.

- Lo siento profesora- Musitó avergonzada. Mcgonagall puso su mano en el hombro de la Slytherin reconfortandola.

-Está bien sentir miedo, pero no podemos dejar que nos domine.- Dijo la más mayor.

Pansy se quedó pensativa, asimilando el consejo que le había dado la directora, y busco a su amigo rubio, para contemplar cómo se encontraba. Draco estaba igual o peor que ella, observó que le temblaba la mano que enfundaba la varita, y no quitaba la mirada del frente, por temor a que alguien entrara en algún descuido al castillo. Sonrió amargamente.

Si hace unos años le hubieran dicho que iba a estar presenciando otra batalla en Hogwarts, y en defensa de todos los muggles y estudiantes del colegio se hubiera echado a reír. La Pansy de antes era fría y muy arrogante. Pero esa Slytherin había quedado atrás en el pasado, ahora era una persona más sensata, cariñosa a su modo, y creía que algo más empática. La vida le había dado la oportunidad de conocer a un ser de luz, e iba a aprovecharlo hasta el final, ahora que había conocido la felicidad, no iba a renunciar a ella.

Cientos de mortifagos, junto con algunos dementores, irrumpieron en las inmediaciones de los terrenos del colegio. El clima se volvió gris y oscuro, cualquier pizca de esperanza que hubiera tenido en ganar esa batalla o evitar que ocurriera, se esfumó en ese instante.

-No te dejes amedrentar Parkinson, por eso han venido, los dementores crean esta sensación, recuerdalo- Le dijo Macgonagall de manera apaciguada.

Parece que hubiera leído sus pensamientos, pues la sensación que tenía en ese momento dentro del cuerpo era nefasta. Supuso que todos los presentes se sentían igual que ella y echó un vistazo rápido a sus acompañantes; en mayor o menor medida seguían todos en guardia y esperando cualquier signo de ataque.

Un mortifagó se acercó hacía ellos, con la varita mirando hacia el suelo, sin ninguna imperiosidad de atacar, se quedó a pocos metros de la profesora Macgonagall mientras observaba a todos los presentes.

-No queremos otra guerra, ya perdimos mucho en la anterior por favor, os ruego que os marchéis- Proclamó la directora para todos los presentes.

El mortifago, se quitó la máscara orgulloso de portarla. No podía ser otro que Lucius Malfoy. Pansy se quedó sorprendida y buscó con la mirada a sus padres. Estaban todos con las máscaras situadas en sus caras, imposible de adivinar ningún rostro. ¡Por Merlín! ¿Iban a ser capaces de pelear contra ella? ¿Contra su hija? De repente se acordó de cuando era niña y su madre le llevaba entre risas a los columpios mágicos de debajo de su casa o su padre le enseñaba a montar en escoba.

Esperaba que todos estos recuerdos que estaba teniendo ella en esos delicados momentos, también los tuvieran sus padres y detuvieran esta guerra absurda. Draco temeroso, se acercó hacía su padre separándolo escasamente un metro entre los dos.

-Hijo, ven aquí tu madre te está esperando.- Ordenó Lucius invitándole con la mano a unirse a él.

-Padre, basta, se acabó ¿ De verdad estáis dispuestos otra vez a destruirlo todo? ¿ vas a volvernos a hacer pasar por esto, de nuevo?- Preguntó desolado.

Lucius, lanzó una mirada de advertencia hacia su hijo, Pansy miró al rubio conmovida, el Slytherin estaba siendo muy valiente enfrentándose a su padre, la morena sabía del terror que le causaba a su amigo su progenitor y los quebraderos de cabeza que tenía.

ESTIRÉ LA CUERDA. PANSMIONE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora