LA NIÑA.

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¡HOLA!, ESTA SEMANA, VOY A ESTAR BASTANTE OCUPADA Y NO VOY A PODER ACTUALIZAR PARA EL VIERNES ASI QUE OS DEJO YA EL CAPITULO ADELANTADO. PERDONAD LAS MOLESTIAS Y TANTO CAMBIO, Y UN BESO MUY FUERTE, ¡GRACIAS POR LEERLO! :)



POV PANSY.

Un pitido martilleaba sus oídos sin cesar. La Slytherin cerró los ojos intentando concentrarse en su respiración. La ansiedad que sentía en esos instantes era desbordante. ¿que más tenía preparado el destino para ella?, primero su padre, ahora su madre.. ¡Por Merlín! ¿podía parar ya?¿Podía el Karma dejarla respirar un poco?. Ambas chicas habían recogido a su madre del porche y la habían tumbado en el sofá. Menos mal que estaba la Gryffindor con ella, la leona con la varita de Pansy tuvo la valentía de usar los hechizos sanadores, y poder sacarla del inminente peligro en el que se encontraba. La Slytherin se veía incapaz. Todo le retumbaba, y le daba vueltas. ¿será lo que los muggles llaman ataque de pánico?

Habían pasado varias horas desde que su madre había llegado a la mansión y todavía no había podido entablar una conversación con ella. No tenía el valor, ni siquiera ella tenía asimilado todo lo ocurrido. Decaída, se dejó caer en el suelo al lado de Hermione, que estaba con la cabeza apoyada en la pared, y observaba a la señora Parkinson por sí tenía algún ligero cambio, y requería de su ayuda.

La Gryffindor al notar la presencia de la Slytherin sonrió y apoyó su melena rizada en el hombro de la serpiente. En respuesta, la morena, más en calma, agarró su mano y depositó un suave beso en el dorso de la mano de la  leona.

-¿Cómo estás?- le preguntó Hermione de manera afable. Pansy sabía que la Gryffindor estaba intentando sacar el tema de la manera más delicada del mundo, pero no tenía respuesta para semejante pregunta. La Slytherin simplemente se encogió de hombros, y la Gryffindor se adelantó a su reacción dándole ese beso que tanto necesitaba y le obligaba a que siguiera manteniendo la calma. Hermione era su toma de tierra, la que hacía que no perdiera los nervios, y mantuviera su mente en modo avión ante este tipo de situaciones tan adversas.

-¿Pansy?- Preguntó llamándola, la señora Parkinson con una voz poco audible. La Slytherin se levantó de un salto prácticamente y fue corriendo hacia donde se encontraba su madre. Se sentó en el suelo junto a ella, y le agarró la mano para hacerle saber que estaba a su lado.

-Madre, ¿cómo te encuentras?- Preguntó preocupada. La señora Parkinson emitió un débil quejido, acompañada de una tímida sonrisa. Ese pequeño gesto, tranquilizó interiormente a la Slytherin.

-Tranquila hija, estoy bien, sobreviviré.. Gracias a Merlín, tus amigos me salvaron- Dijo entre susurros. Todavía estaba muy débil, y no podía alzar mucho la voz.

-tu padre... ¿Cómo está tu padre?- Volvió a inquirir preocupada. La Slytherin se dio la vuelta, en busca de la mirada de Hermione, que estaba al margen de la conversación dejándoles el espacio que necesitaban madre e hija. La Gryffindor le lanzó una de las miradas más reconfortantes que había sentido en su vida. Necesitaba tiempo, ¿Cómo le explicaba a su madre que su pareja, su marido y su vida entera, había muerto por proteger el fruto de su amor?.

-Madre...- La mirada de la señora Parkinson se ensombreció ante las palabras de la morena, dejando al descubierto una visible cara de aflicción.

-Está bien, Padre está bien, está escondido... simplemente me dijo que viniera a la mansión, y nos escondieramos aquí- Le explicó la serpiente apenada. No pudo decirle la verdad, no pudo ser sincera. Le faltaba valor. Su madre necesitaba recuperar fuerzas, y si le hubiera dicho algo sobre el fallecimiento de su padre, no quería ni pensar lo  que podría  haber llegado a pasar... Necesitaba paz y descanso y si eso era algo que podía propiciarle ella, lo iba a hacer, no merecía más sufrimiento. Al menos por el momento. La señora Parkinson suspiró aliviada, y besó con ímpetu su mano.

ESTIRÉ LA CUERDA. PANSMIONE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora