Prefacio

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La frialdad de la nieve traspasaba como eco sonoro por mi piel, desgarrándome la garganta y haciendo estragos en mi débil cuerpo. Una mancha de sangre se expandía considerablemente sobre aquella superficie nevada, brillantemente roja como el fulgor del cardenal. Sentía el palpitar de 30 corazones y las miradas platinadas realmente hostiles que aguardaban a mi alrededor para asesinarme... o simplemente devorarme. Las señas de algo distinto se dejaron ver, cautelosas, misteriosas y desconfiadas, mientras mis sentimientos se descongelaban bajo el rayo incesante de un magnifico sol.

 Las lágrimas enfriaron mi rostro y el capullo entre mis manos se abrió dejando aflorar una naturaleza oculta... indescriptible y al mismo tiempo libre y de un alma magníficamente pura.  

  

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Amarga Aurora © [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora