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Draco

Mantuvimos nuestras manos entrelazadas por unos segundos, hasta que ella habló.

—¿Las puedo ver? —preguntó mientras que sus mejillas se tornaban a un tono rojizo.

Jalé de ella y la acerqué más a mi. —Ven, sube. —La coloqué a horcajadas sobre mi y puse mis manos en su cintura. —Puedes hacerlo.

Llevó sus manos temblorosas a los botones y empezó a desabrocharlos, dejando ver mi torso desnudo y magullado. Rozó las primeras cicatrices, mientras las miraba con tristeza. Mi abdomen se contrajo al notar su toque. La necesitaba.

—¿Te hice daño? —preguntó preocupada.

—No, no —contesté rápidamente—. Sigue.

Pasaba sus manos frías por todo mi torso y lo acariciaba de manera delicada.

—Lethe —la llamé.

Levantó la cabeza y me miró con esos ojos negros que brillaban cuando se encontraban con los míos.

—Dime.

—Lo siento —confesé—, siento lo del último mes.

Subió las manos hasta mi cuello y las puso en la nuca. Tiró de mi para ayudar a incorporarme hasta que quedé sentado —aún con ella a horcajadas—, me miró a los ojos y unió sus labios a los míos. Eran suaves y nuestras lenguas se entendían a la perfección. Nos separamos por falta de aire y ojalá no lo hubiésemos hecho.

—No te voy a presionar para que me cuentes lo que no me quieres contar-

—No es que no quiera, es que no puedo —me justifiqué.

—Como sea, pero no voy a ser tu secreto.

—Creo que esta mañana te dejé bastante claro que no eres mi secreto. —Sonreí con picardía al ver sus mejillas ardiendo de la vergüenza. Posiblemente recordando el momento.

—¿Y seguirá siendo así? —preguntó y yo fruncí en ceño—. ¿Me hablarás o me ignorarás? ¿Te sentarás junto a mi en las comidas, o te pondrás en la otra punta de la mesa con Nora mientas me quemas con la mirada porque no eres capaz de apartar los ojos de mi?

Wow, me había calado.

Mi silencio la hizo cerrar los ojos, seguido de un largo suspiro.

—Lethe y-yo-

Puso su pulgar sobre mis labios y susurró: —Déjalo-

—Lethe, me encantaría contarte, pero...

—...no puedes... —completó ella bajándose de mi regazo.

Yo asentí.

—Bien, te espero en tu habitación. ¿Saldrás al anochecer, no?

—Sí... me dejan salir cuando pase unas horas en observación. ¿Por qué?

—Despidámonos en condiciones. —Me guiñó el ojo y yo me tensé.

—¿Despedirnos?

—Hasta que tú decidas ser sincero conmigo, claro está.

Lethe

Sabía que lo que estaba haciendo no estaba bien, pero era algo que tenía que hacer, no me podía quedar con la duda. Si al final resultaba que no había nada, Draco me odiaría por utilizarlo de esa manera, pero si descubría que sí lo había, la que lo odiaría sería yo. De una manera u otra, esto no acabaría bien para nosotros.

Llegué a su puerta y, como siempre, tenía un hechizo el cual me era imposible de romper. Me recargué sobre ella y esperé. Pasó casi media hora hasta que lo vi; caminaba hacia mi, con esa forma de andar tan imponente que tenía.

Oblivion | Draco Malfoy (memoria #1) © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora