.
.
.
☁El día lucía prometedor, un hermoso sol brillante se encontraba en lo más alto del cielo, cubriendo todo con su cálida y dulce luz blanca. Las montañas abrazaban el calor mañanero del sol con halago, el pasto se veía aún más verde en las mañanas en los campos, las vacas ya se encontraban pastando, los gallos comenzaban a cantar con su clásico cántico, era un ambiente cálido y hogareño, dulce y perfecto, muchos morirían para estar ahí, a excepción de alguien.
—¡hora de despertarse. No tenemos todo el día, Helmut—La puerta de la habitación del joven se abrió de repente, mientras sonidos metálicos venían acompañados de aquella voz que solía odiar por las mañanas.
—ya voy—dijo aún dormitando.
—Arriba, no parare de chocar esto hasta que te vea de pie y tendiendo tu cama, ¡vamos!—Esto último lo grito en el oído del joven.
—¡ya voy!—Se levantó enojado, con sueño aún sobre él.
—Vamos, te espero en el granero—le dio una sonrisa, el capataz para retirarse de la habitación.
Helmut aprovechó y se volvió a acostar.
—¡sabré si te vuelves a dormir!—Gritó desde el pasillo.
Helmut se levantó asustado, comenzaba a sospechar que era brujo.
El joven Helmut Zemo llevaba un mes aquí, en el rancho de su padre, un mes de apalear el estiércol de las caballerizas. ¿quien diría que caballos frician, caballo hermoso, podía hacer algo tan horrendo y apestoso?
Sacar huevos del gallinero cada mañana para el cocinero, arrear a las vacas, y aveces, tener que tomar a la pequeña cría de un cerdo, muy rápidos al parecer de Helmut. Aveces pensaba que el capataz James, sólo lo ponía a hacer esta tarea para reírse de él, y vaya que lo hacía, cada que Zemo caía al lodo, Bucky soltaba una enorme carcajada. Zemo lo detestaba, al inicio claro, lo ponía a hacer tareas muy pesadas que su flacuchiento cuerpo aveces no podía. En cambio, Bucky tenía un cuerpo trabajado, él podía hacer esas pesadas tareas, pero como se dijo: James disfrutaba reírse del niño de papi. Con el tiempo, ya no odio tanto hacer estas tareas, pues ahora James Barnes se le unía, y vaya que amaba trabajar con el capataz. Cada que este hacía un esfuerzo en algo, se veía jodidamente bien, se le marcaba absolutamente todo. Algunas veces, por el calor en el lugar, se quitaba la camisa para trabajar más fresco, y vaya que Helmut disfrutaba de la bendita vista. Muchas veces se quedaba viéndolo mucho, de hecho Barnes lo atrapó varias veces observandolo, pero no decía nada al respecto, pues le gustaba que el niño de papi lo viera.Después de una ducha rápida, ya que no podía tardarse más de 10 minutos porque sino James perdía la cabeza por su tardanza, se vistió con ropa muy rústica, pantalones jeans, una camisa básica negra y unas botas de trabajo. Salió veloz de la casa, para ir directamente al Granero, donde encontró al capataz Barnes sepillandole las largas melenas a un excelente ejemplar de frician.
—Llegas tarde, Helm—dijo mientras seguía haciéndo lo suyo.
—Me duche lo más rápido que pude, así que no me presiones—dijo, mientras metía sus manos a sus bolsos traseros.
—Bueno ya llevas un mes aquí, deberías de acostumbrarte a mis reglas—lo miró serio, con esa mirada azul.
Helmut se sintió nervioso por unos segundos, no soporto la vista y la bajo. Bucky dio una ligera sonrisa de lado al ver eso.
ESTÁS LEYENDO
MAGIC CITY/One-Shots WinterBaron
Fanfic☁ Aquí encontrarás pequeñas historias de este nuevo Shipp (WinterBaron, BaronWinter), estoy abierta a pedidos, así que pueden dejar sus ideas en comentarios. Cada capítulo tendrá una pequeña introducción, para que te des una pequeña idea de lo que t...