☁7. Introduccion☁

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El amor te puede hacer cosas muy tontas y a veces hasta pasar por un gran ridículo. El amor te puede hacer tener todas estas grandes esperanzas de felicidad y si estas pasando por un momento depresivo o un capítulo horrendo de tu vida, ya sea el amor de una familia, el de amigos o el de una pareja amorosa te ayudará a sanar. El amor te hace actuar tontamente, te hace tartamudear, te hace temblar, sudar, tener ganas de vomitar o si prefieres algo más romántico para esa frase: te hace sentir "mariposas en el estómago". El amor es un sentimiento muy complicado, no es fácil de describir, muchas personas lo pueden describir de mil formas distintas, pero aún así ni el mejor científico puede saber con certeza cómo es esto. Como es el verdadero amor.

Helmut Zemo, un joven de Sokovia, conoció esta extraña y hermosa sensación; experimentó este preciado sentimiento cuando tenía veincinco años de edad. 

Él era un joven violinista, muy bueno para tener tan sólo veinticinco años de edad. Asistió a una entrevista y demostración de sus habilidades en el violín, para tocar en una orquesta bastante conocida, pues uno de los violinistas se había fracturado su muñeca y le era imposible asistir al concierto, por lo cual estaban en busca de un buen violinista. Helmut dejó todo en su presentación, lo demostró todo. Los presentes quedaron impactados por las habilidades en el joven castaño. No escucharon a más, pues estaba decidido que él sería el nuevo violinista. 

Para cuando tocó en la orquesta, todo el público quedó fascinado, fue una presentación grata y hermosa. Al finalizar la orquesta, bajaron del escenario. El joven iba en dirección de el camerino, pero un hombre más alto que él, lo detuvo a medio camino. Vestía un elegante esmoquin negro, camisa blanca, moño negro y zapatos de vestir que hacían juego a su demás ropa. Lucía encantador. Tenía el pelo corto y negro, piel blanca, una ligera barba que apenas le crecía, una sonrisa encantadora y la mirada azul más hipnotizadora y hermosa que el joven Zemo jamás había visto. Se podría decir que quedó flechado por la belleza y presencia de este hombre, que al momento era un total desconocido.

El hombre se presentó con una amable sonrisa pintada en sus rosados labios. Su nombre era James Barnes. "Un nombre perfecto para alguien perfecto", pensó el violinista Zemo. El hombre alto le hizo saber su impresión en sus habilidades en el violín, le contó lo fascinado que había quedado. Lo aludió en exceso, cosa que ponía cada vez más rojas las mejillas de Helmut.

Ambos corazones hicieron click. Se enamoraron a primera vista.

Era una relación hermosa, James le llevaba flores en cada cita que tenían, le hacía saber lo hermoso que era, le fascinaba escuchar a Zemo tocar el violín para él. Leían libros juntos en la mullida cama de Helmut. Veían películas en la sala de James. Disfrutaban de preparar el desayuno. Amaban hacer el amor a cualquier hora del día. 

En todos los aspectos era una relación perfecta y hermosa. 

Se casaron, salieron de New York para comenzar su vida de casados en Rumanía. Vivían felices. Helmut hablaba por videollamada con su mejor amiga Sharon Carter, Bucky también hablaba con sus amigos Sam y Steve por videollamada. Todo parecía perfecto, como la hermosa vida de Barbie en su mansión de ensueño.

James amaba dejar marcas en el cuerpo de Zemo, demostrando que era de él. Cada día había más moretones en el cuerpo de Helmut. Un paso en falso del joven violinista y representaba una marca más en su cuerpo. Una sonrisa por amabilidad al mesero y una marca más se agregaba a su álbum. 

Dejó de tocar el violín por diversión, sólo lo tocaba cuando James se lo pedía; si lo tocaba sin su permiso, había un espacio más en su blanca piel para otra marca.

Las caricias amorosas pasaron a segundo plano. Los besos con dulzura y cariño, ya no eran tan seguidos. Las sonrisas con sentimientos puros y cálidos, se marchitaron de poco en poco, como las últimas flores que le regalo. Los detalles de las flores y chocolates, simplemente dejaron de llegar. 

Todo acto bondadoso, dulce y con un gramo de cariño y amor, dejaron de existir, en su lugar, los celos tomaron su puesto. 

A la vista de la gente, podían ser la feliz pareja de esposos perfectos e inalcanzables. Pero en privado, era totalmente otra historia.

Al fin salió la verdadera cara de aquel ángel con mirada azulada de ensueño. 

Helmut se acostumbró, pues como se dijo anteriormente, el amor te hace soportar muchas cosas y Helmut, soportó toda la ultraviolencia que su amado James le demostraba como si fuera un cálido y dulce beso.

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MAGIC CITY/One-Shots WinterBaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora