Obliviate [Yeonbin]

XX

Los magos menores no era algo especial, con enviar explosiones a sus ojos estos quedaban fuera de combate y los más necios los golpeó contra los árboles hasta que ellos se desmayaron, rápidamente el mago más adulto incluso que ellos quedó solo, Taehyun y el lo rodeaban uno a cada lado con bastante metros de distancia, aunque el hombre no miró a Huening, ese hecho le preocupaba y le alegraba de cierta manera. 

Feliz de no ser el objetivo pero preocupado de que en cambio Taehyun estaba en peligro. 

El brazo de hombre se alzó con la varita y de la punta salía un humo verde escucho las palabras "Kedavra" su cuerpo se heló por completo y apenas pudo susurrar el nombre de Taehyun, su corazón se hundió cuando vio el rayo verde dirigirse  su amigo y sin pensalo lanzó un círculo de fuego a la espalda del hombre, su corazón dio un vuelta cuando bastante agilidad Taehyun esquivo el rayo rodando por el suelo. 

Escucho el chasquido de la ropa quemarse seguido del grito del hombre quien se dio la vuelta lanzando esferas negras, sin tener tiempo prefirió ahogar las esferas con fuego, esto solo hizo que la esfera cayera al suelo envuelto entre llamas moradas demasiado oscuras. Vio cómo de nuevo el humo se hacía presente en la punta de madera, sabía lo que veía e iba a hacer lo mismo que Taehyun de no ser por que el fuego morado comenzó a expandirse hasta llegar a ambos extremos, chasqueo la lengua al verse atrapado y obligó a su cerebro a trabajar en alguna salida sin embargo este se encontraba paralizado. 

¿Aquel era su final? 

Un escalofríos recorrió todo su cuerpo, la varita bajo pero nada salió de los labios del mago, la mano que sostenía la varita quedó suspendida en el aire con los dedos extendidos y temblando, la madera cayó sobre la grama y los labios del hombre se apretaron. Miró un poco más encima notando cómo Taehyun sostenía su propia varita y un punto verde brillaba en la punta. Murmuró algo que no podía oír y noto como los ojos del hombre salían de órbita y la piel de su cuello se encogía. Como si algo invisible lo sostuviera. Los segundos pasaron y el cuerpo cayó como plomo sobre la grama. Los ojos sin brillo y estáticos quedaron mirando a su dirección. 

Él había sido lo último que vio el hombre en su vida. 

Su cuerpo comenzó a temblar de manera incontrolable y comenzó a sentir que el aire le faltaba tanteo el árbol tras él buscando un soporte y miró a su alrededor. Todo demasiado borroso para enfocar. Escuchó algo moverse y trató de ver cómo las llamas moradas ya no lo rodeaban, algo lo sostuvo y lo alejó del cuerpo. No observó hacia Taehyun, sino como el fuego morado seguía extendiéndose hasta alcanzar el cuerpo de los caídos. 

—Hay que ir por el prisionero. 

La voz de Taehyun lo regresó a la realidad, todo comenzó a funcionar demasiado deprisa y empujó a Taehyun lejos de él. Este lo miró sorprendido y dio un paso atrás. 

— ¿¡QUÉ HAS HECHO!? 

El grito rasgó su garganta, pero lo necesitaba, necesitaba algo que doliera para no tener una crisis en aquel momento, Taehyun apretó los labios. 

—Salvarte por sí no te diste cuenta. 

— ¡Mataste a ese Hombre! 

—¡ERA ÉL O NO NOSOTROS! —grito desesperado Taehyun también—. Además ese es nuestro papel en todo este desastre. 

Soltó una risa sin gracia que más parecía una exaltación para aguantar las ganas de golpear a Taehyun. 

— ¿Nuestro papel? Nuestro papel es reconocer e informar ¡NO  MATAR PERSONAS! —se agachó sosteniéndose de las rodillas—. Ignoraste nuestro papel  y actuaste a tu conveniencia.