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Soobin suspiro de nuevo ya un poco cansando de tener que esperar a su amigo, los tres ya habían descansado y comido y después de asomarse para asegurarse que los abusadores ya no estaban cerca y  regresaron donde supuestamente debían esperar a sus amigos, Yeonjun había optado por esperar para ir a la casa de las bromas. Para matar un poco el tiempo los tres habían compartidos anécdotas cortas sobre cómo les fue con los castigos, allí se enteró de que Beomgyu y Yeonjun ya se conocían al menos de cara, pensó que iba a ser incómodo pero Beomgyu entendió del por qué el silencio de Yeonjun y que realmente no le guardaba ningún rencor. Pasaron varios minutos hasta que lograron divisar a Huening y para su sorpresa Taehyun iba a su lado cargando a un pequeño bulto en sus brazos, cuando se acercaron se dio cuenta que era un gato lo que sostenía. 

Beomgyu chilló de emoción al verlo levantándose del suelo donde estaba y se acercó al chico de cabello rojo, Soobin por otro lado estaba curioso de que ambos chicos parecían cómodos uno al lado del otro cuando hace unos días se habían gritado aunque más intriga tenía acerca del por qué Huening tenía la cara sucia en el mentón con algo negro. Vio su oportunidad cuando Yeonjun también se distrajo con el gato de Taehyun. 

— ¿Y a ti que te ha pasado? —preguntó señalando hacia la zona sucia de la cara. 

Huening lo miró un largo rato como analizando si debía decirle algo, aunque al final negó con una sonrisa. 

—Nada solo encontramos un gato en una de las calles, Taehyun se lo quiere quedar. 

Soobin asintió desconfiado sin creerle mucho, sabía que su amigo no vacilaba y si lo había hecho era por que ocultaba algo pero no era el momento para sacarle respuesta, los demás se habían sumado a su plan de querer ir a la casa de las bromas, Soobin realmente nunca había entrado a una solo había visto de manera superficial varias de esta aunque nunca le interesó, al entrar noto que no eran muy distintas a las del mundo no mágico aunque los objetos para hacer bromas eran un poco más agresivas existiendo caramelos que podrían hacer creer la lengua o pócimas que te hacían invisible por un corto período. 

— ¿De verdad funciona? —le pregunto a Yeonjun quien era su guía en aquel lugar y se tomó el tiempo de explicarle cada objeto. 

—Sí aunque el efecto es realmente corto, dura cuando mucho 10 minutos. 

— ¿Y esto que es? —tomó un frasco de vidrio en forma de corazón de un color azul. 

—Esa es una pócima de amor, si se la das a alguien se va a enamorar de la primer persona que vea. 

—Debería dársela a Yeji a ver si así le caigo un poco mejor —bromeó dejándola en su lugar, no tenía interés en un objeto así. 

— ¿Te gusta? —preguntó de pronto serio Yeonjun. 

—Qué va —hizo una mueca de desagrado —. Además no creo que una pócima sostenga por mucho tiempo una relación, son sentimientos falsos después de todo. 

—Pero duradero. 

—Creo que es algo deprimente que lo único que haya entre dos personas sea un pócima, si alguien está conmigo quiero que sea por que lo desea —sus ojos huyeron de la mirada de Yeonjun hacia otro frasco pero este tenía forma de un corazón roto—. ¿Y este? 

—Ese es de odio. 

—Quizás este tomó Hwasa antes de verme entrar al salón, en serio parece que quisiera hundir mi cabeza en el caldero cada vez que cometo un mínimo error. 

Yeonjun dejó aquel gesto serio y se rió de su broma, aunque luego miró al estante como si buscara algo hasta que lo encontró, sacó del estante un frasco en forma de rombo igualmente de vidrio color amarillo. 

Obliviate [Yeonbin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora