Obliviate [Yeonbin]

IX

Los zapatos resonaban en el piso cubierto de hielo, era una suerte que ambos no hubieran caído al suelo aún. 

Aunque es no empañaba el momento que Soobin estaba viviendo. 

Tal y como en la torre no bailaban de manera ordenaba o con elegancia, el baile de ellos se había vuelto un juego de giros y suaves saltos donde en algún punto debido a las caídas ambos terminaron bailando abrazados, gracias a su altura la cabeza de Yeonjun quedaba unos centímetros más abajo, perfecto que él pudiera apoyar el mentón. 

—Se me había olvidado decirte que te ves muy bien —comentó de pronto Yeonjun levantando su cara, la luz de la luna hizo relucir las piedras pequeñas que tenía en formas por el mentón. 

—Dile eso a Huening, sino no dirías lo mismo. 

—Me cuesta imaginar que te veas mal con algo puesto. 

—Oh no digas eso si no me has visto usando mi sombrero de aguacate —Yeonjun hizo una mueca rara antes de echarse a reír, Soobin se contagio antes de quedarse viendo el brillo de las piedras y de los ojos de Yeonjun. Ahora no había un aura triste en ellos sino que se veían llenos de vida y alegría—. Tu también te ves muy bien esta noche. 

Y todos los días, quiso agregar pero no quería verse demasiado meloso. 

—Es una pena que te perdieras tu cita para el baile —Yeonjun murmuró un poco desanimado. 

—No pierdas el sueño por eso, igual veníamos en plan de amigos. 

— ¿Yuna no te llama la atención? 

—No —respondió simple al verse incapaz de poder mentir mientras veía los ojos de Yeonjun. 

— ¿Y alguien más? 

"te volverás amargado si no dices lo que sientes" las palabras de su amigo tallaron en su cabeza, sus manos temblaron por los nervios ¿que pasaría si llegaba a confesar su interés? Yeonjun se había mostrado como alguien comprensible y tranquilo, incluso nunca hizo algún comentario o dijo algo acerca de los padres de Soobin. Se regañó a sí mismo por pensar que el hecho de decirle que sus padres eran hombres y decirle que sentía cosas por él eran igual. Estaba claro que Yeonjun no podría sentir lo mismo y el aceptaría el rechazo con respeto, pero no quería aguantar esos sentimientos que lo comenzaban ahogar.

—Si. 

—¿En serio? ¿Quién? —preguntó ansioso. 

El problema es que las palabras morían en la garganta de Soobin, no podría con los nervios y el continuo temblor de su cuerpo. Pero su cuerpo aún correspondía para moverse. Así terminó apoyando su frente contra la de Yeonjun, éste se vio sorprendido por el repentino acercamiento aunque no se alejó, desde esa posición sus ojos se veían directamente sintiendo algo dentro de sí que apretaba aunque no de forma dolorosa. Tembloroso acercó sus labios a los otros, al no ver una queja o un signo de querer detener lo que iba a ocurrir por parte de Yeonjun, Soobin simplemente cortó la poca distancia que los separaba. 

Algo pareció quebrarse en el interior de ambos. 

Como si dos piezas finalmente pudieran unirse. 

Soobin se había prometido no forzar o apresurar las cosas, simplemente quería expresar sus sentimientos con una acción. Pero algo en lo más profundo le pedía a gritos no separarse, haciendo que los labios que apenas estaban entre abiertos comenzarán a moverse, para su sorpresa Yeonjun aceptó el beso correspondiendo y alzando los brazos sobre su cuello. El pensó que si aquello iba a terminar al menos haría que fuera un buen recuerdo, acariciando la espalda y cabello del chico. El beso terminó de manera abrupta cuando sintió un golpe en su labio inferior, ambos se alejaron jadeando con el confundido apenas procesando el hecho de que Yeonjun lo había mordido.