Era posible sentirse solo incluso cuando estaba rodeado de personas, Yeonjun veía la luna desde la única ventana que tenía el salón común de la casa de la serpiente, aún le costaba creer que sus padres hayan aceptado que regresar al colegio, bueno los suyos y el de la mayoría de estudiantes de hecho, incluso los padres tan sobreprotectores de Soobin como el los pintaba lo dejaron venir aunque no sabía la razón exacta pues ni siquiera había podido verlo.
No creía que había algo peor que estar encerrado en su habitación sin ver a nadie, pero si lo habia: estar encerrado en el colegio sin poder hablar con sus amigos y novio.
La devuelta a clases no había sido tan fácil como pensaron en un comienzo, antes pensaba que tenían poca libertad y se arrepentía enormemente de pensar ello ahora que hasta la ida a las duchas estaban reguladas pudiendo entrar solo tres a la vez y con un regulador observando a cada momento. Los reguladores eran guardianes que el ministerio había mandando al colegio para vigilar y anotar cualquier pensamiento extraño, aún no encontraba al responsable de la muerte de la chica, tampoco había sospechosos o alguna pista así que todo se mantenía igual. Yeonjun los odiaba porque se sentía observado en todo momento (incluso podrían estarlo observando en aquel momento) aunque también lo hacían sentir seguro pues tenían la orden de atacar si encontraban una amenaza. Yeonjun aún recordaba el discurso del director.
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—Los reguladores no tienen permitido interactuar con ningún alumno o maestro a menos que sea necesario, si reciben algún maltrato injustificado por parte de ellos deben notificar para abrir un debido proceso. Los reguladores tampoco están para jugar así que cuidado si tienen alguna riña pues será tomado como comportamiento sospechoso y también si le comienzan a jugar bromas —escuchó varias risas de la multitud de estudiantes aunque no supo de dónde provenía.
Así los reguladores se volvieron como los nuevos fantasmas, que no podían oírlos venir, tampoco te hablan y merodean por allí. Aunque ellos no eran la parte más negativa, tenían prohibido reunirse en las salas comunes, no podía ir a la biblioteca o ir a comer junto con los chicos todo debía hacerse con la misma gente de la casa incluso tomar clases, así que no había cruzado ni una palabra con ninguno de los chicos, las cartas tampoco estaban permitidas así que lo hacía más frustrante. Miró sobre sus piernas la capa de su casa, admirando como como el emblema plateado brillaba con la luz de la luna. Al menos mañana era día de reencuentro donde al menos podría comer junto con las otras casas, esperaba que al menos los dejaran sentarse donde quería. Escuchó unos golpes en la ventana y miró extraño hacia ella, quizás era una de las lechuzas que buscaba comida, se acercó más a ella cuando un fuerte golpe sonó y una mano extendida se posó sobre el vidrio.
Grito aunque se tapó la boca recordando que los reguladores podrían estar cerca y miró de nuevo la ventana hacia la mano que se le hacía extrañamente familiar. Se acercó de nuevo y miró como una cabeza castaña se asomo por el borde de la ventana, giró la cabeza confundido como los ojos brillantes y risueños de Soobin se asomaban ahora para verlo con una sonrisa de ojos. Estuvo más confundido cuando noto el resto del cuerpo levitar por encima de la cabeza, el chico se alarmó y le hizo una señal de ayuda, también se alarmó cuando noto que se tomaba fuerte de la baranda y corrió abrir la puerta.
— ¡Sostenme! —grito Soobin antes de que pudiera preguntar qué pasaba.
Yeonjun sacó medio cuerpo por la ventana y pasó sus brazos por debajo de los de Soobin y los cruzó por su espalda jalando dentro de la sala, noto extraño como Soobin no pesaba nada y de hecho parecía estarlo levantando a él también ¿que había hecho par anular su gravedad?
— ¡No me sueltes!
— ¿pero qué hiciste? ¡Arreglalo!
—Voy voy —Yeonjun apoyo su cara en el hombro y trató de agacharse para retener a ambos lo más posible en el suelo. Lo escucho buscar entre sus ropas—. Cancel.
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Obliviate [Yeonbin]
Fanfiction¿Los Slytherin siempre tenían el corazón oscuro? Para Soobin era un misterio, pero ver los ojos tristes grisáceos de Yeonjun se le hacía difícil imaginar que su corazón estuviera lleno de maldad. Claro que sólo él podía verlo de esa manera pues sus...