Nosotros.

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Nosotros.

Lourel.

Terminado de hacer compras, camino a casa digo.

-Como me va a encantar modelare mis nuevas prendas. -

-Me va a encantar apreciarte. - me mira de abajo para arriba.

En un largo, pero no incomodo silencio mi mente estaba invadida de muchos pensamientos, pero uno en particular resalta. "se muy poco de él, somos tan parecidos, pero hay algo que no me deja en paz, debería estar concentrada últimamente en mis exámenes penales". Me quedo mirándolo como si tratara de sacarle información telepáticamente, pero al parecer el leyó la mía, me mira confuso y me dice

- ¿Tengo algo en la cara? O hay algo que quieres decirme. – me digno a solo mirarlo con una sonrisa fingida.

Sin darme cuenta llegamos al edificio donde vivimos. Entramos al parqueadero, nos bajamos y el queda delante mío.

-Y bien? ¿Me quieres decir algo? - dice él dudoso.

-Si...- apoyo mis manos en su pecho seguidos de mi cabeza y el me abraza.

-Entramos y hablamos. ¿Te parece? -

-Está bien. – suspiro.

Entramos juntos al elevador y se me ocurre de por momento la escena de Christian con Ana Steel, pero borro de mi mente esa imagen de inmediato a regaña dientes. Subiendo por el ascensor llegamos al último piso llegando al apartamento. Al entrar dejo las cosas en el cuarto mientras Axel se sienta en el sillón de cuero que está en la sala a esperarme. Llego y lo observo con un poco de melancolía.

-Bueno, ¿de qué quieres hablar? - pregunta de manera paciente.

-Quiero saber más de ti. - digo un tanto insegura.

Al parecer el entendió que no es una pregunta para una respuesta superficial, suspira y decide hablar.

-No te puedo soltar la información de golpe como si fuera lo más normal en el mundo, Lourel. Los días siguen y yo me voy destapando contigo, solo ten paciencia conmigo, ¿sí? - en su mirada veo un poco de dolor y supe que debía ceder ante ello, y si es cierto, los últimos días me ha contado más sobre su vida, lo que era antes de mí, pero necesito más. Aun así, asiento con mi cabeza. Nos miramos de forma tierna y quedamos en un silencio que no es incómodo, no para mí.

-Axel...- digo de la nada. - te quiero, no sé por qué, pero lo hago. Me muero por saber qué piensas, quiero saber si la espera valdrá la pena. - queda inmóvil ante mis palabras, pero mirándome de una forma como si tuviera que cuidar de mí.

Axel.

Sus palabras me han vuelto indefenso. No le quiero hacer daño, pero por más que lo digamos, muchas veces no somos conscientes de que realmente lo estamos haciendo. Ella es fuerte, egoísta, pero amable, tiene algo en ella que no me hace querer alejarla. Lourel es tan para mí y la quiero, de verdad que lo hago.

-Yo también. - digo.

-Tú también, ¿Qué? - me pregunta.

-Yo también te quiero, Lourel. Si alguien te lastima, acabaría el maldito mundo por ti. Te has vuelto especial para mí, de una forma la cual no puedo comprender con exactitud; tu haz querido alejarte, yo no, yo no te quiero lejos de mí, me haces bien y me gusta. Te quiero, mi ángel negro. – ella ladea la cabeza y muestra una sonrisa tan vulnerable, yo me resisto a solo darle un beso en la frente. - sé que quieres saber más de mí, así como yo de ti, porque tampoco es que seas un libro abierto para mí, por favor ten paciencia te lo pido, como yo la he tenido contigo. - sonrió.

-La razón por la que te dije esto es porque sé que has esperado, y no he sido muy clara, en un momento me dije que te estabas cansado...

-No. Nunca me cansare de ti. No vuelvas a decir eso. - la interrumpo.

-Está bien, pero si necesitaba decirlo. - la abrazo y rio. - ¿Qué te da tanta risa? - me pregunta.

-Aun me tienes que modelar la lencería, amor. - ella me empuja.

-Eres un completo idiota. - ella ríe conmigo. Pongo mis manos en su rostro y lo acaricio.

-Aun así, me quieres, tonta, y tú misma lo dijiste el juego apenas comienza. - esbozo una sonrisa aún más grande.

Dirigiéndonos al cuarto ella dice. - te voy a modelar la lencería y vas a disfrutar lo que vas a ver. - la miro deseosa.

Ella empieza a quitarse cada prenda hasta quedar en ropa interior, agarra una venda que había por ahí y me tapa los ojos. - veamos, por cual comenzamos. - dice riendo para provocarme.

-No me importa cual, solo quítame esta cosa de la cara para follarte como queremos. - digo ansioso.

Ella me quita la venda y la miro como un depredador a su presa. Se sienta encima de mí, pasa sus manos por todo mi cuerpo y me pregunta- ¿Te gusta lo que ves? –

-Siempre. - entonces la beso. Nos besamos como si dos mundos colisionaran y nadie podría evitarlo.

Aunque no sabemos que pase en un futuro. La vida da muchas vueltas.

-Sabes hay que cenar, ¿cierto? - dice ella.

-Sí, lo sé y mi cena serás tú. - dejo besos húmedos en su cuello como mariposas posando se en su cuello de rosas.

Lourel.

Empiezo a querer más de él, por lo que veo él se percata de eso.

-Eso es, muéstrame como te hago sentir. - acaricia un lado de mi rostro continuando lo que estaba diciendo. - tan única, y solo mía. - termina y siento como el cuarto se llena de deseo, al igual que nosotros dos. La lujuria en nuestros ojos es candente. Yo lo guio con la mirada a la parte baja mía y el con su sonrisa pecadora baja, sin dejar de obsérvame.

-Muéstrame que tanto puede llegar a arder nuestro infierno, mi demonio. –

Con eso el comienza a masajear el punto más débil de mi cuerpo, queriendo hacerme sufrir temporalmente, sin separarse introduce un dedo en mi haciéndome arquear un poco la espalda, lame y chupa más rápido, mojándome más, mete el segundo dedo haciéndome soltar un gemido, con la mano que tiene libre sube hasta mis senos y aprieta uno con fuerza, llevo mis manos hasta su cabello, enredando mis dedos en el.- Dios!! ¡No puedo más!!- llegando a mi punto, él bebe todo de mí, lo separo y le doy un beso.

-A dios no es a quien tienes que agradecer, angelito. - dice riendo.

Después de pasar un rato jugando, suena mi celular...

11:36 pm.

Nico.

Necesitamos hablar.

Axel lo lee por mí, ya que no quise mirar el teléfono. Me observa, frunce el ceño, tensa su mandíbula, deja el dispositivo donde estaba y se marcha, sin decir nada, solo me dirigió una mirada y se fue.

¿Qué mierda acaba de pasar?

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¿Nico? 

¡Voten!

Con mucho amor

Laura G. 

Pecado o Aprendizaje.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora