Lourel Fiore y Axel Grace.
Complicado. Emocionante. Y a tiempo el uno para el otro.
¿Por que? Porque no es pecado, es aprendizaje.
¿Su propia destrucción o salvación? Tal vez ambas.
Somos la casualidad, llena de intención.
¿Es justo lo que necesit...
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Otra vez tú.
Mi mundo paro por unos instantes, no dije nada, estaba en frente de mi con una expresión en su rostro de vergüenza, egocentrismo y tristeza, como si estuviera vacío, pero no quisieran que lo notaran, pero yo lo hice.
-Bien, estas aquí. ¿Qué es lo que quieres hablar conmigo? ¿Que necesitas de mí? - digo al fin.
-Lourel...- hace una pausa para pensar detalladamente que decirme. - ha pasado un tiempo y quiero saber ¿cómo estás? ¿Qué has hecho?, quiero saber si estás bien. -
-Estoy bien. Entre a la escuela de derecho penal siendo una de las mejores, amo lo que estoy haciendo, aunque a veces me canse, pero es interesante. No trabajo, aun así, lo hice un tiempo, estoy feliz en cierta parte. Estoy bien. ¿Qué me dices de ti? – ladeo mi cabeza, observando su rostro con determinación y se ve sorprendido por lo que dije.
-Ohh, estoy feliz por ti. Pues yo estoy a la mitad de mi tecnólogo en electricidad industrial. No tengo mucho que decir, estuve en una relación y no fue como esperaba, las cosas acabaron rápido...- baja un poco su cabeza.
- ¿Estás bien? - pronuncio un tanto preocupada.
Sin importar lo que paso entre los dos, él fue un buen amigo y lo amaba como si tuviera mi sangre, soy una persona que cumple sus promesas, le dije que iba a estar para el cuándo me necesitara, así no hablemos, así me hiciera daño, estaría para él, fue mi promesa.
- ¿Te soy sincero? - su voz es baja.
-Claro, siempre. Sabes cuánto odio las mentiras y creo que te quedo muy claro cuando lo hiciste. - bromeo para liberar tensión en mí.
-La razón por la que te escribí y quería que nos viéramos es porque no estoy en mis mejores días o semanas si se puede decir, han pasado un par de cosas, dijiste que cuando te necesitara o estuviera mal lo único que tendría que hacer era llamar o buscarte, aquí estoy, Lourel. - me dice sentándose en el sofá.
El realmente está pasando por un mal rato para que se exprese tan abiertamente. Dejo que el aire llene mis pulmones y hable...
Supe exactamente que decir.
- ¿Qué necesitas?
-Dime que soy el mejor, que es solo un momento. Yo se estas cosas, sé que es lo que tengo que decirme, pero no es suficiente auto repetírmelo. Me han traicionado, he confiado y sigo haciéndolo, las personas se van, lo entiendo, pero...
-Pero es difícil créelo en el momento, lo sabes. Sabes que las personas se marchan, sin embargo, cuando la ocasión llega es como si no supieras nada, así te repitas a diario que sentirás ciertas emociones, ellas y tus sentimientos toman el control de ti, aunque tú no lo quieras. Lo sé. - me situó frente a él. – no te diré que eres el mejor, no soy quien para hacerlo. Eres egocéntrico, pero confías tan fácil en los demás. Te diría tantas cosas de ti, te conozco más que tú mismo, sé que algunas cosas han cambiado desdés nuestra última conversación extensa, pero para saber quién eres y donde estas tendrás que descubrirlo tú. - tomo aire y lo suelto despacio calmándome. - sea lo que sea que esté pasando, solo es un momento o puede que no, no te mentiré. Muchos dicen que después de la lluvia sale el arcoíris, pero no siempre es así, puede que después de la lluvia venga la tormenta y arrase todo a su paso, para después llegar la calma y un nuevo comienzo. Somos humanos, no somos indestructibles, ni tú, ni yo, no lo olvides. – le sonrió amablemente soltando un suspiro de ¿alivio?
Ese vacío que estaba en mí se estaba llenando poco a poco mientras le decía esas palabras a Nicolás, por fin estoy hablando sin odio, rencor o dolor. Está viendo esa parte que nunca pude ser con él. Si, después de la tormenta hay calma y un nuevo comienzo.
Entonces él se para, me mira a los ojos sin ninguna expresión como si no supiera que decir, se envuelve en mí, dándome un abrazo. Otra vez sus brazos, otra vez él y yo.
Se sintió incómodamente cálido. No sé cuánto tiempo duramos así, cuando escucho una voz.
Axel.
- ¿Qué carajos? - suena confundido, pero se acerca a nosotros con enojo. - ¿Quién es él? ¿Qué hacían abrazados? Por eso no respondiste los últimos mensajes o llamadas, por estar abrazada con este... disculpa ¿Cómo te llamas? Ah sí, me importa una mierda. Ahora largo.
- ¿Tú quién eres? ¿te crees el dueño del mundo? O por que llegas aquí como el propietario de todo. Lárgate tú. - ambos se van acercado cada vez más. Quedan cara a cara, juntándose tanto que sus frentes por poco y se tocan.
-Soy Axel Grace. Sí, soy propietario de todo esto, no soy el dueño del mundo, pero si de ella- dirige su mirada a mí. -, y sería capaz de joder al mundo entero si sale lastimada o dañada. Así que no lo volveré a repetir, lárgate de mi casa dejándome a solas con ella. - dios! Eso fue realmente sensual, me ha calentado.
-Nicolás, vete por favor. - mis ojos encuentran los suyos.
-No te dejare a solas con él. - dice con autoridad. - además no hemos terminado. - lo último me lo dice decaído, como si quisiera hablar de algo más.
-Yo se defenderme sola, no te necesito. - al parecer eso le dolió porque de estar irritado paso a una emoción neutra, su mirada estaba fija en mí, pero a la vez perdida. - si me necesitas me escribes o me llamas, ya lo sabes, si no hemos terminado lo haremos después. Ahora vete, te lo pido amablemente, después no lograre detenerlo. - miro a Axel.
-Bien. - dice poco convencido.
Da media vuelta y se dirige a la salida.
***
- ¿Entonces?
-Te dije que te explicaría, no era necesario hacer una escena por celos, señor dramático. - digo sarcásticamente.
-Por lo que vi, conociendo te bien, te excité y ahora lo estas. Un tanto pervertida, amor mío. - se va acercando a mi oído depositando pequeños besos en mi cuello. - pero tendrás que contenerte, angelito, me debes una explicación. - termina y se aleja para sentarse donde yo estaba hace un rato.
-Eres un aguafiestas. - me cruzo de brazos como una niña chiquita formando una rabieta porque no le dieron su dulce, mi dulce.
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