Lourel Fiore y Axel Grace.
Complicado. Emocionante. Y a tiempo el uno para el otro.
¿Por que? Porque no es pecado, es aprendizaje.
¿Su propia destrucción o salvación? Tal vez ambas.
Somos la casualidad, llena de intención.
¿Es justo lo que necesit...
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Más alcohol y una ¿confesión?
Lourel.
-Me encantas- dice en un balbuceo.
-Eso lo sé, tonto. — rio.
-Lo digo de verdad, te amo y quiero que te cases conmigo. —eso lo entendí a la perfección. Todo su peso recae en mí, haciéndonos tambalear.
-Estas diciendo babosadas, cuando estés en tus cinco sentidos hablamos bien. – me burlo.
-Estoy en—empieza a darle hipo. – sentidos. Aunque desde que te conocí nunca he estado en ellos del todo. —cierra los ojos por un momento. —cásate conmigo, Lourel. —se tumba en la cama dejándome perpleja.
Con la cara boca abajo me dice algo que de nuevo no logro entender. Me acerco y le doy la vuelta, dejándolo boca arriba.
Mirándome dice. —Me haces perder la puta cabeza, angelito, sentimientos y todas esas cosas. —me guiña un ojo.
-Eres un idiota. —sonrió. —no eres el único quien pierde la cabeza aquí.
-Lo ves, estamos perdidos el uno por el otro. No queda de otra, hay que casarnos.
-Descansa un poco. —digo para entrar al baño y cambiarme.
- ¡Espera! Quédate conmigo. No me dejes, Lourel. Duerme conmigo. —me abre los brazos para que me acueste con él.
-Está bien, solo cinco minutos. —voy a sus brazos y me enrolla en ellos. Encuentro tanta calidez aquí.
- ¿Algún momento me dejaras tú?
- ¿Qué? —me burlo a carcajadas.
-Lourel, ¿en algún momento me dejaras, ¿verdad?
-Es cierto, ambos sabemos muy bien que nada es para siempre como en los cuentos de hadas, pero, prometo quedarme.
- ¿Lo prometes?
-Lo prometo, niño consentido. —beso su frente.
Hace un puchero para que bese sus labios y lo hago.
