Lourel Fiore y Axel Grace.
Complicado. Emocionante. Y a tiempo el uno para el otro.
¿Por que? Porque no es pecado, es aprendizaje.
¿Su propia destrucción o salvación? Tal vez ambas.
Somos la casualidad, llena de intención.
¿Es justo lo que necesit...
Para esas personas que solo vienen a abrir heridas del pasado y no avanzar.
Primera parte.
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Lourel.
-A solas. - Nicolás me mira.
- ¿Por qué siempre con ella? ¿acaso no hay algo de lo que no pueda saber o enterarme? Si le tienen que decir algo a ella, que sea conmigo, si con tanta urgencia vinieron a interrumpir todo. Como siempre, cabe aclarar.
-Bien, si así lo quieres. –me observa. - queríamos decirte que te alejes de él. – señala a Axel.
- ¿Disculpa? –suelto en desagrado.
-Que pérdida de tiempo que vinieran. – Axel voltea los ojos.
-Lourel... escúchanos una sola vez, ¿por favor? - Ryan se digna a hablar.
-Tu ni me hables, mucho menos si tiene que ver con Axel. - la ira empieza a brotar de mí. Siento una mano tomar la mía. Axel, siempre al rescate.
-Es por tu bien, nos preocupamos por ti. - hace una pausa. - no queremos que salgas lastimada.
- ¿Lastimada? ¿Por mi bien? - suelto una carcajada sarcástica. - y se preocupan por mí. Vaya, que novedad. ¡Este par preocupándose por mí! - aprieto la mano de Axel.
La ira se está apoderando, y no puedo llorar. ¿Por qué siempre que da rabia tienes que llorar? Toma el control y respira.
Inhalo y exhalo. - Lourel...- dice Nico.
-No. Lourel nada. Si les importara, no me hubieran lastimado en un pasado, par de cobardes e insensibles. - Axel soba mi mano con su dedo.
-Satis. - susurra Axel a mi oído.
-Amore, sono idioti. - me sorprende entenderle.
-Oye, eso dolió. - dice Nicolás con su mano en el corazón.
-Es verdad.
Pasan unos segundos, parecen eternos.
-No tendré esta conversación así, desnuda. Si quieren decirme algo al respecto sobre eso, Axel estará y si no, lo sabrá. Ahora, les pido amablemente que se vayan de aquí.
Nico está dando media vuelta, cuando el bocón tiene que hablar.
- ¿Aun te duele lo que hicimos? - Ryan suelta en un suspiro, casi no logro escuchar lo que dijo.
- ¿Veramente?
-Háblame en español. - dice.
- ¿De verdad me preguntas? Como les dije a ambos. Yo los perdono, pero no olvido. Y si aún duele, sobre todo Nicolás.
- ¿Ancora, Lourel?
-Sí, te lo recordare cuantas veces yo quiera. Ustedes son los menos indicados ahora para meterse en mi vida, como si nada. Vienen aquí a interrumpir mi poca paz. No ha pasado ni un mes Ryan, ni un mes, y ya estas decidiendo sobre mi vida, mi relación. – Axel sostiene mi sabana. – MIA, no de ustedes, ni nuestra, ni de nadie más. Esto es entre él y yo, solo nosotros nos entendemos. ¿Quedo claro?
-Claro. - dice Ryan. – vámonos no vale la pena dijo el otro.
-Dijiste dejarlo atrás. - voltea Nico a decirme.
-Quedo atrás, Nicolás. Pero créeme, en el año después de que pasara, me sobran cosas por decirte. Dame inicios para hablar y veras.
-Sicuro.
- Oigan.
¿Qué estás haciendo Axel Grace?
- ¿Qué? - dicen ambos al tiempo.
-Vengan mañana.
No, no, no. Axel que mierda.
- ¿Estás seguro? - pregunta Nico.
-No tanto.
- ¿Lourel?
-Hagan lo que quieran. - les doy la espalda y me voy a la habitación.
Ellos se quedan hablando un momento, y escucho la puerta cerrarse.
Estoy sentada en una silla, cubierta por la sabana, dejando solo mi cabeza descubierta, mirando a Axel entrar.
¿Diosito? Dame paciencia, porque si me das fuerza lo acabo, gracias.
Lo escaneo con la mirada, aun con la tela blanca a la cintura.
-Antes que nada, no me mates. Segundo, ¿confías en mí? - sonríe un tanto confiado.
Dios odio su sonrisa, y esos hoyuelos, es imposible no enamorarse de eso.
-Si. - enderezo mi espalda. - solo que ahora, la decisión no me agrado del todo.
- ¡No me digas! - pone sus manos en su cara en forma de asombro.
-Idiota. - rio.
-Ven, ángelus paulo. – besa mi cabeza. - confía en mí.
-Lo hare. Más te vale no salir un desastre. - alzo mi rostro para poder mirar el suyo y me besa. - eres la prueba por la que perdí el juicio. ¿sabes?
-Lo tengo muy claro, pero no pierdas uno real o intenta no hacerlo, alguien iría a la cárcel por ti, y no será por amor.
-Que gracioso.
-Lo sé, don comedias me dices. - reímos ambos.
Me levanto y voy a sus brazos, dejando caer la sabana, caemos a la cama, jugamos, dando vueltas en la cama, hasta que caigo al suelo.
- ¡Ay!
- ¡¿Estás bien?!- se asoma a mirarme.
Rio a carcajadas. - Estoy bien.
-Sube, torpe. - ríe.
Tiene una sonrisa hermosa, con unos hoyuelos que me ablandan el corazón. - Te odio. - lo beso.
-No es cierto, ni tú te lo crees. – sigue besándome.
-Cállate.
-Lourel...
- ¿Si?
-Gracias. - gira su rostro quedando lado a lado del mío.
- ¿De nada? ¿Por qué?
-Por confiar en mí, con este tema.
Ladeo mi sonrisa, tomo su rostro, pego su frente con la mía, lo beso.
