26. Gato negro

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Elizabeth.

Caminaba de la mano de Kam, me giraba algunas veces a ver su rostro sus mejillas estaban rojas por el frió y la piel de nuestras manos la separaban nuestros guantes.

—¿Me veo mal?—Me sonrió al darse cuenta que lo veía. Sentí un cosquilleo en mis frías mejillas y negue.

—N-no—le sonreí—¿Falta mucho para llegar?—Bajé mi mirada a la nieve.

Kam sonrió para mi
—No, falta muy poco.

Llegamos.

Desvié mi mirada pude ver una linda caja de regalo frente a mi.

Me sonrojé y bese su mejilla—¿Qué es?— Pregunté emocionada.

—Es mejor que lo averigües tú—
Me animo a acercarme al objeto

Asentí animada y caminé a la caja, puse mis manos sobre ella, y comencé a quitar la envoltura, conforme la quitaba pude notar que el día se ensombrecia cada vez más y más. Con cuidado abrí la caja de donde un millar de cuervos me hicieron caer al suelo. Rápidamente me cubrí la cabeza mientras las aves volaban vueltas locas por el cielo.

Levanté la vista al escuchar algo extraño que venía dentro del bosque. Mi vista se posó en los árboles donde una figura me asechaba.

—Kam—Dije entre un grito y suplica. Di un brinco y me giré a tomar su mano.

Cuando lo hice sentí su mano fría, demasiado... Mis guantes tanto estaban y mi piel se estaba volviendo blanca frente a mis ojos. Horrorizada levante mi vista mientras retrocedía y sin evitarlo resbaló y caigo al piso.

Y lo veo ahí de pie, Jeff.

Mis manos tiemblan y comienzo a entrar en pánico.

Jeff se fue, Jeff se fue. ¿Verdad?

—¡Tu no eres real!, no piedes serlo— Suplicó en llantos desesperados.

Él me sonríe y se acerca, desgarro mi garganta aterrada mientras me levanto y siento como el me toma de la mano, y a la fuerza, me abraza. Él no es real... maldita sea no es real, ¿Cierto?

—¡Kam!—La sangre en mi boca me alerta que ya no puedo tal vez perderé la voz, pero solo quiero que alguien me salve.

«Jeff... Él solo desea acabarme... no... no... »

—Elizabeth—Me llama con tanta tranquilidad pero yo entre llantos logró escucharlo como si todo fuera paz.

—Vete—pedí—Largate—Un sentimiento comienza a nacer en mi. Y es tan fuerte que las lagrimas, comienzan a caer como si de una cascada se tratasen—¡¿Qué no lo entiendes?!— Él se separó de mi y limpió un hilo de sangre que salía de mi boca y sujetó mi rostro con tanta fuerza, casi arrancando mi piel.

Desesperación, Irá, Temor... Dolor. Se acumulaban en mi pecho, entrujando mi corazón, todos deseando salir a la vez.

Retrocedí alejándome de sus brazos cuando noté que aflojó su agarre. Pude sentir como todo me da vueltas.
Comencé a caminar de un lado para otro... el mundo entero giraba hasta que caí inconsciente.

Cuando por fin abrí mis ojos la oscuridad me rodeaba como si me aplastara. No sé dónde estoy, o si aun sigo en el bosque o no, solo hay un espejo gigante frente a mi.

*Esa eres tu*

Las voces se unen en coros demoniacos mientras me sostengo en el espejo para ponerme de pie. Esta vez las voces son más nítidas, y ya había caído en cuenta de que estaba soñando.

Grados bajo cero «Jeff The Killer»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora